10/10/2024

Sanlúcar de Barrameda: La Sevilla que mira al mar
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Sanlúcar de Barrameda, en la provincia de Cádiz, y situada en la desembocadura del río Guadalquivir, es una ciudad con un rico patrimonio histórico y cultural que se fusiona a […]

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Sanlúcar de Barrameda, en la provincia de Cádiz, y situada en la desembocadura del río Guadalquivir, es una ciudad con un rico patrimonio histórico y cultural que se fusiona a la perfección con su vibrante actualidad y un pasado glorioso.

Su historia se remonta a la época fenicia, y su nombre proviene de la palabra árabe Bab-rhamda, que significa ‘puerta de tierra o movediza’, que hace referencia a la barra trasversal que había en la ría, dificultando la navegación.

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Tras el paso de griegos y romanos alcanzó su máximo esplendor en la Edad Media, convirtiéndose en un importante puerto comercial y punto de partida de la expedición de Magallanes y Elcano en la primera vuelta al mundo.

Es agradable andar por sus calles las mañanas de verano, contemplar su rico legado histórico, que se refleja en numerosos monumentos, como el Castillo de Santiago, construido en el siglo XIII, la Iglesia Mayor de Nuestra Señora de la O, de estilo gótico-mudéjar, y el Palacio de los Duques de Medina Sidonia, residencia de una de las familias más poderosas de España y que un día plantó cara a la monarquía del rey Felipe IV y su valido del Conde Duque de Olivares, ocasionando su ruina y declive.

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Manzanilla y gastronomía

La ciudad es también famosa por sus bodegas de manzanilla, un vino blanco seco elaborado con uva palomino fina, y por su rica gastronomía, basada en productos frescos del mar y del campo. Entre sus platos más típicos destacan el pescado frito, la tortilla de camarones y el carpacho de atún rojo, además de una gran variedad de aliños, todos condimentados con el famoso vinagre joya de las bodegas de la zona, anteriormente denostado y hoy convertido en producto gourmet.

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Playas y naturaleza

Más allá de su historia y cultura, Sanlúcar ofrece a sus visitantes playas de arena fina, como las de Bajo de Guía, la Calzada y las Piletas, ideales para disfrutar del sol y el mar.

En agosto el espectáculo de las carreras de caballos inunda sus orillas, convirtiéndose en un acontecimiento único que congrega a miles de visitantes en este hipódromo marino del Sur.

Sevilla y Sanlúcar

No quisiera seguir este artículo sin reseñar el vínculo, que más allá del geográfico, es anímico, sentimental y comercial, tiene con Sevilla. Sanlúcar de Barrameda y la ciudad hispalense han estado estrechamente ligadas a lo largo de la historia, compartiendo un pasado rico y complejo que ha moldeado la identidad de ambas ciudades.

Son muchos los lazos históricos que las unen, así, en la Edad Media, tras la Reconquista, Sanlúcar pasó a formar parte del reino de Sevilla, concedida en señorío en 1927 a la poderosa Casa de Medina Sidonia, familia nobiliaria que desempeñaría un papel crucial en el desarrollo de ambas ciudades.

  • Descubrimientos y comercio: Sanlúcar se convirtió en el puerto de salida y llegada de numerosas expediciones hacia las Indias, impulsando el comercio y la riqueza de Sevilla, que fungía como centro neurálgico de la actividad mercantil. La Casa de Contratación, encargada de regular el comercio con las Américas, tuvo su sede en Sevilla hasta 1711.
  • Exploración y aventura: Figuras históricas como Cristóbal Colón y Fernando de Magallanes partieron de Sanlúcar en sus viajes de exploración, consolidando la importancia de la ciudad como punto de partida hacia nuevos mundos.

Declive y resurgimiento:

Los siglos XVII y XVIII marcan un cambio; la primacía de Sevilla en el comercio con América comenzó a disminuir en favor de Cádiz, lo que afectó a Sanlúcar. Sin embargo, la ciudad conservó su encanto y relevancia, convirtiéndose en un lugar de retiro, impulsada por la llegada de la familia Montpensier, que instaló en ella una mini corte estival, atrayendo a la aristocracia y alta burguesía andaluza.

Un capítulo muy especial y poco conocida es la estrecha relación de Sanlúcar con la monarquía española, que ha estado estrechamente ligada a la monarquía española desde la Edad Media. La ciudad ha sido escenario de importantes acontecimientos históricos y ha sido frecuentada por numerosos reyes y reinas a lo largo de los siglos.

Los orígenes de esta relación se remontan al siglo XIII, cuando el rey Sancho IV “el Bravo” promete el señorío de Sanlúcar a Guzmán el Bueno como recompensa por su heroica defensa de Tarifa. Aunque el rey muere antes de formalizar la donación, su hijo Fernando IV la confirma en 1297.

Ya en los siglos XIV y XV, Sanlúcar se convierte en un importante puerto y centro comercial, lo que atrae la atención de la monarquía. La ciudad también se convierte en un lugar de parada habitual para los viajes entre España y las Indias.

En 1551, el rey Felipe II concede a Sanlúcar el título de Ciudad, y se convierte, además, en un importante centro de producción de vino de manzanilla.

Los siglos XVII y XVIII hacen de Sanlúcar un lugar frecuentado por la realeza. La ciudad es especialmente popular entre los miembros de la Casa de Borbón. En el siglo XIX, con la construcción del Palacio de Orleans-Borbón en 1853, consolida la relación entre Sanlúcar y la monarquía. El palacio se convierte en residencia de verano de la familia real española. Es frecuente la presencia del Infante Don Alfonso de Orleans y Borbón.

En los siglos XX y XXI la monarquía continúa apoyando a Sanlúcar de Barrameda, siendo constantes las visitas de miembros de la Casa Real. Esta relación es una parte importante de la identidad de la ciudad: la monarquía ha contribuido significativamente al desarrollo económico y cultural de Sanlúcar.

Podemos terminar este articulo reseñando algunos de los lugares de interés relacionados con la monarquía en Sanlúcar: Palacio de Orleans-Borbón, que es residencia de verano de la familia real española; Castillo de Santiago, una fortaleza medieval que ha sido utilizada por la monarquía española como residencia y prisión, Convento de La Victoria, perteneciente a los franciscanos y se haya la tumba de Guzmán el Bueno, Convento de los Capuchinos, Palacio del Botánico.

Querido lector, venga a Sanlúcar, deguste sus manjares, pasee por sus callejas y se sentirá como un rey.

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