Las personas somos los seres más transformadores de nuestro entorno. Esto lo hemos conseguido después de miles de años de aprendizaje, investigación y aplicación de conocimientos. De repente, se produce un gran avance tecnológico en la inteligencia artificial. Y decidimos que, a partir de ahora ya no es necesaria la formación ni la generación del conocimiento. Los medios se llenan de debates sobre si se debe parar la investigación en tecnología, olvidándonos de otros campos de investigación que nos han llevado a evolucionar como seres humanos. Uno de esos campos son las ciencias sociales que contribuyen significativamente al entendimiento, análisis y mejora de la sociedad en la que vivimos.
Estamos en un mundo donde muchas familias invierten muchos recursos en la formación de sus hijos e hijas en tecnología, idiomas, deportes…pero muy pocos en lo que de verdad nos diferencia de las máquinas, el desarrollo personal. Sin embargo, las empresas introducen en sus objetivos la sostenibilidad empresarial, centrándose en medioambiente e igualdad de género. Si los empresarios lo tienen tan claro, ¿como es posible que la educación este tan obsoleta que el tiempo que se le dedica a estos temas en los colegios, institutos y universidades es tan pequeño?, por no decir que en algunos casos ninguno.
Si conectamos la educación universitaria, con la empresa y la investigación, para la sostenibilidad empresarial, centrándonos en los recursos humanos, conseguiríamos maximizar el potencial humano en el ámbito laboral. Para ello, tenemos que apostar por la “S “de social, el área concerniente a los derechos humanos dentro de la sostenibilidad empresarial.
En este escenario social donde el cambio y la igualdad son temas de los que se habla habitualmente, he visto como las personas repiten las mismas frases constantemente. Como presidenta de las empresarias de Huelva preguntaba a las personas que constantemente hablan de estos temas, ¿qué impacto tenía esto en nuestra realidad? y ¿cómo influyen en la sociedad? Todas las respuestas se reducían a frases hechas.
Cuando empecé el doctorado de estudios interdisciplinares de género de la Universidad de Huelva y me enseñaron a investigar en una disciplina de la que todos hablan, pero muy pocos investigan, empecé a comprender la importancia de hacer que las personas muestren todo su potencial humano. Esto me ha hecho comprender la huella que tiene la sociedad sobre las personas, que en muchos casos impiden que salga todo el talento que llevan dentro. 2
Andalucía podría ser un lugar estratégico para abordar estos temas y generar un impacto positivo en la sociedad. La relación entre enseñanza universitaria, empresa e investigación en estos temas puede ser clave para impulsar un cambio significativo. Nuestra comunidad autónoma cuenta con instituciones de educación superior que tienen un papel importante en la formación de futuros profesionales. Creo que deberíamos integrar en los grados, asignaturas que fomenten la conciencia de género desde el principio. La combinación de asignaturas específicas sobre economía de género y gestión de recursos humanos desde una perspectiva inclusiva puede ayudar a los estudiantes a enfrentar al nuevo entorno laboral.
Las empresas andaluzas podrían liderar el camino hacia la igualdad de género en el ámbito laboral. La implementación de políticas inclusivas y la difusión de la diversidad en los equipos no solo son éticas, sino que también contribuyen a un entorno de trabajo más productivo y creativo. Si fomentamos la participación de las empresas en programas de colaboración con universidades podemos generar sinergias beneficiosas. La igualdad de oportunidades y las prácticas laborales justas serán el resultado tangible de esta colaboración
La investigación en economía de género y recursos humanos es esencial para la generación de conocimiento y la identificación de retos y oportunidades. La colaboración en la investigación interdisciplinaria de género que aborde cuestiones específicas de la región puede proporcionar información valiosa para la toma de decisiones a nivel local y nacional. La creación de centros de investigación especializados y el fomento de la participación de investigadores en proyectos colaborativos puede mejorar el perfil de Andalucía como líder en este campo.
Algunos de los retos a los que se enfrenta Andalucía en términos de igualdad de género y gestión de recursos humanos, pueden ser la falta de representación femenina en ciertos sectores o la necesidad de adaptar políticas a nuestra realidad sociocultural, así como identificar oportunidades para la colaboración entre universidades, empresas y entidades gubernamentales con el fin de abordar estos retos de manera efectiva.
La enseñanza universitaria, la empresa y la investigación en economía de género y recursos humanos deben encontrarse para construir un futuro más igualitario y sostenible en Andalucía. Si aprovechamos el potencial de esta tríada, podemos superar los retos actuales y transformar la realidad laboral, contribuyendo así al desarrollo integral de la región.
Andalucía tiene la oportunidad de ser líder en el camino hacia una sociedad más justa e inclusiva. La sinergia entre enseñanza universitaria, empresas e investigación puede ser el impulso necesario para el cambio. Es hora de trabajar juntos para construir un futuro donde la equidad y el respeto sean los soportes fundamentales de nuestra sociedad
