El turismo moderno transita por filosofías muy distintas a aquel que hizo a Andalucía famosa por los años 60 del siglo pasado. La especulación urbanística y la invasión de entornos naturales han dado paso a un turismo responsable y ligado a los objetivos de desarrollo sostenible asumidos por la mayoría de gobiernos, empresarios y viajeros. La extensa y bien reconocida oferta de sol y playa andaluza, mucho más moderna y cuidada, convive ahora con otras propuestas, cada vez más demandadas, en torno a las experiencias relacionadas con la biodiversidad, la geodiversidad, el astroturismo, el turismo científico o el agroturismoecológico.
Otra forma de viajar interactuando con los recursos naturales y culturales practicando un consumo responsable y procurando un menor impacto sobre el medio ambiente.
Esta oferta turística está suponiendo un auténtico revulsivo para el interior de Andalucía en cuanto a que se convierte en una herramienta importante contra la despoblación y favorece la desestacionalización. Son ya muy numerosas las localidades que han empezado a poner en valor su patrimonio, su cultura, su artesanía, sus parajes naturales en torno a los cuales se han creado pequeños negocios, relacionados directa o indirectamente con el turismo, promovidos por jóvenes emprendedores locales. Negocios que por sus características pueden funcionar durante todo el año revitalizando el tejido productivo local y proporcionando puestos de trabajo de proximidad.
El turismo interior ha sido el gran motor durante los dos años de la pandemia y ha salvado de la ruina al sector. En esos momentos de tanta incertidumbre los viajeros apostaron decididamente por destinos que ofreciesen la seguridad del aire libre y esa tendencia se mantiene con lo que se podría decir que el turismo de interior y naturaleza está empezando a vivir una etapa dorada.
Los datos de 2019 ya reflejaban un crecimiento de un 5% por encima de 2018 lo que suponía un nuevo año seguido de crecimiento. En ese momento este segmento aportaba el 20% de la demanda total de Andalucía, porcentajes que empiezan a recuperarse. Los propios andaluces son los principales consumidores de turismo interior en la región lo que hace que los desplazamientos se produzcan en cualquier fin de semana y los destinos tengan un aporte continuo de viajeros.
Esta tendencia favorece la creación de empresas hoteleras, hosteleras, de turismo activo, etc. y la consolidación de otras que llevan ya años trabajando en sus territorios. Les proponemos tres destinos naturales dónde perderse unos días.
Buscadores de estrellas
En esta línea Andalucía se ha posicionado en el turismo en torno a la observación de las estrellas. Un patrimonio que siempre ha estado ahí pero que fue reconocido en 2014 cuando Sierra Morena y la Sierra Sur de Jaén, junto a 67 municipios andaluces consiguieron, por parte de la UNESCO, la certificación internacional como Reserva Starlight, reconociendo la calidad de sus cielos nocturnos que los convierten en únicos y especiales para la observación de las estrellas.
Sierra Morena es la reserva starlight más grande del mundo porque tiene más del 70 por ciento de sus noches con la limpieza de cielos conveniente para ver las estrellas y una contaminación lumínica muy baja a la que han contribuido los pueblos que la integran adaptando la iluminación de sus calles y sus fábricas e incluso apagando totalmente los municipios para que la vista de los cielos sea de la mejor calidad.
Los alcaldes de la zona han comprendido que este nuevo producto turístico puede servir para revitalizar sus pueblos, para crear empleos directos e indirectos y para arraigar la población al territorio. Las empresas de turismo activo también han adaptado sus actividades para incluir la observación de los cielos, como es el caso de TNT aventura, que lleva más de 20 años ofreciendo experiencias relacionadas con la naturaleza en la provincia de Córdoba aprovechando las excelencias de la zona como son el avistamiento de linces, la berrea de los ciervos, visitas a los almendros en flor o rutas micológicas.
“Lo que ahora está de moda nosotros llevamos más de dos décadas haciéndolo”, cuenta Mar Berbén la gerente de esta empresa que ha diseñado varios programas para el disfrute de los cielos de Sierra Morena.
Asegura que “los cielos siempre han estado ahí pero la pandemia ha puesto de moda las actividades al aire libre y estas experiencias ahora tienen una gran demanda”.
“Las estrellas le gustan a todo el mundo”, asegura Mar que nos atiende mientras realiza un paseo en canoa por el rio con unos clientes suecos. “Antes sólo se realizaban actividades en las noches de verano pero nos hemos dado cuenta de que el cielo nos muestra cosas diferentes cada mes y ahora ofrecemos este producto durante todo el año”. Un producto que se adapta a los clientes ya que las explicaciones son diferentes si son grupos familiares o de otro tipo.
Una de las experiencias más emocionantes que ofrece esta empresa es “El sonido de las estrellas” en el que la observación se realiza en grupo tumbados en el suelo de un paraje natural mientras un guitarrista interpreta una canción expresamente compuesta para este momento. “Hay mucha gente que se han saltado las lágrimas de la emoción”, relata esta empresaria enamorada de su tierra y de su trabajo, que ahora lucha porque esta actividad se regule para que no haya intrusismo ni sobre explotación que pueda afectar negativamente a los espacios naturales. Alerta también de que no cualquier oferta de observación de cielos puede considerarse actividad starlight, ya que esta calificación garantiza una observación de gran calidad sin apenas contaminación lumínica.
Un paisaje tallado por el tiempo
Otro de esos espacios que hacen a Andalucía única es el Geoparque de Granada que engloba a 47 municipios de las comarcas de Guadix, Baza, Huéscar y Montes en sus mas de de 4.700 kilómetros cuadrados. Es uno de los pocos sitios de Europa en los que se pueden encontrar hasta 70 lugares de interés geológico, algunos de ellos con una gran importancia a nivel internacional como los afloramientos de sismitas de Galera, la Falla de Baza, los yesos de Castilléjar o los badlands de la Comarca de Guadix. Los badlands son un tipo de paisaje que se desarrolla en zonas extremadamente áridas y que, por la falta de vegetación, se ve sometido a una erosión intensa por parte del agua y del viento formando cañones, cárcavas y barrancos a menudo con una gama de colores muy extensa por la cantidad de capas de sedimentación de diferentes minerales.
Un autentico paraíso para los amantes de la naturaleza que aquí pueden encontrar, por ejemplo, el más extenso y cronológicamente mas amplio conjunto de yacimientos paleontológicos de vertebrados continentales del Cuaternario europeo desarrollados al aire libre. Periodo en el que además se formaron los espectaculares valles fluviales que se pueden visitar en el norte de la provincia de Granada y en la cuenca de Guadix-Baza.
Durante décadas los empresarios de esta zona se han organizado entendiendo que su fuerza era trabajar todos juntos para promocionar la zona. Han luchado y han conseguido la categoría de Geoparque, que se lo pone todo un poco más fácil como nos explica Ángel Hernández vicepresidente de la asociación de turismo del Altiplano y propietario del establecimiento Cuevas Atalaya, “nosotros teníamos el trabajo hecho, pero teníamos claro que la declaración de geoparque era la fórmula para que este territorio saliese adelante”.
“Hay mucha gente de Despeñaperros hacía arriba que está harta de ver verde, y siempre buscamos aquello que no tenemos por eso tenemos muchos visitantes nacionales, pero también otros muchos extranjeros que se programan varios días de ruta por Andalucía e incluyen el geoparque en su itinerario”, indica Ángel que cree que “la posibilidad de alojarse en casas cueva es determinante a la hora de elegir este destino. El paisaje y el alojamiento forman un todo”.
En esta zona de Granada hay 15.000 personas que viven en casas escavadas en la roca. Son estancias naturales y totalmente sostenibles con un gasto energético muy bajo porque son capaces de permanecer a 18 grados cuando fuera hace 45 y en invierno no bajan de 17 grados con lo que necesitan muy poca energía para conseguir una temperatura confortable.
Al hecho de poder dormir en un aloja- miento tan especial
se une la posibilidad de realizar rutas a pie o a caballo, realizar espeleología, descenso de cañones, vías ferratas,
paseos en todoterreno o en canoas. Una amplia oferta que se presenta de una forma conjunta gracias a la cooperación entre todos los agentes implicados en el desarrollo de este territorio en el que por fin ha puesto sus ojos la Unesco.
Cascadas y pinturas rupestres en el corazón de Sierra Morena
Con poco más de quinientos habitantes la localidad jiennense de Aldeaquemada se ha hecho ya con un lugar preferente para aquellos viajeros que buscan formas diversas de disfrutar de la naturaleza. Este pueblo está enclavado en el Parque nacional de Despeñaperros a pocos kilómetros de la provincia de Ciudad Real y posee un patrimonio natural extraordinario que se puede disfrutar en cualquier época del año.
En la primavera la floración en la sierra se convierte en un espectáculo para los sentidos y atrae a cientos de aficionados a la fotografía que también pueden disfrutar del avistamiento de todo tipo de aves como el buitre negro, el águila imperial, halcones, búhos, y de otros animales muy apreciados por sus objetivos como los meloncillos, las nutrias, tejones y gatos monteses, incluso linces.
Ante esa demanda se están recuperando varias construcciones específicamente para que puedan ser usadas para captar esas imágenes según nos cuenta el alcalde de Aldeaquemada Manuel Fernández, un guarda forestal recién jubilado que lleva 23 años al frente de su ayuntamiento de una forma totalmente altruista.
“Hay gente joven ahora se queda porque hay trabajo. Cada vez hacemos más proyectos en torno al turismo porque eso también nos permite hacer que el pueblo sea más atractivo para los que vienen para los que viven aquí”, comenta el alcalde que cree que “las redes sociales, donde los viajeros pueden ver las fotos tan espectaculares de nuestro pueblo, son la mejor tarjeta de visita”.
Sin duda uno de los grandes atractivos turísticos que poseen son sus cascadas naturales, sobre todo la de la Cimbarra de 41 metros de altura declarada paraje natural por la Junta de Andalucía. Un lugar lleno de encanto que siguen utilizando los habitantes del pueblo para bañarse. En sus paredes y en las cuevas del entorno se encuentran hasta 32 grupos de pinturas rupestres, 16 de ellos declarados patrimonio de la humanidad. “Llevamos varios años con un auge turístico muy importante y eso nos ha llevado a poner en marcha el centro de interpretación donde el visitante puede conocer a fondo las pinturas apoyándonos en las nuevas tecnologías de realidad virtual”, explica Manuel Fernández.
Aldeaquemada ha encontrado en el turismo una forma de sobrevivir y por eso se diseñan programas para todo el año. La primavera y la semana santa más concretamente es su época más fuerte por la exuberancia de la naturaleza, pero también atrae a muchos visitantes las berreas en otoño. Por eso “hemos buscado alternativas para el verano, que era una época más floja para el pueblo y ahora hacemos cenas y rutas para la observación de las estrellas porque estamos dentro de la reserva starlight”, nos cuenta Manuel que recuerda como “hace 16 años se puso en marcha la primera casa rural y ahora tenemos casi 100 plazas de alojamiento”.
