¿Recuerdan la pandemia? Claro que sí. Dirán que menuda pregunta que les hago, tras tres meses de encierro, cierres perimetrales, restricciones, etc. ¡Cómo para olvidar algo así!
Aquella fue una época que sumaron años y que provocó un serio problema a la economía no sólo de Andalucía, sino a nivel europeo y mundial.
Tres años más tarde, seguimos intentando cuadrar los números y recuperarnos. Y aunque algunos sectores se vieron más afectados que otros, lo cierto es que Andalucía, poco a poco, va recuperando “músculo”.
Aquellos primeros momentos fueron instantes de caos, o eso pensábamos. Los lineales de los supermercados y centros comerciales, se vieron desabastecidos. La gente compraba de manera compulsiva, pensando que todo se iba a acabar. Ciertos artículos (todos sabemos cuáles) desaparecían en cuanto eran repuestos; actuaciones que, ahora cuando las analizamos, lo que trasladaba era una sensación de que el mundo se paraba.
Pero no fue así. Aquellos fueron meses duros e intensos pero un tiempo en el que también se demostró que Andalucía podía dar respuesta a todas las necesidades, en casos de extrema urgencia, tal y como quedó evidenciado.
A pie de calle, el pequeño comercio supo cubrir todas las demandas porque las grandes empresas logísticas no interrumpieron sus procedimientos, y supieron seguir trabajando, sin ningún tipo de entorpecimiento.
Este tiempo decisivo, dio la razón a los que apostaban y trabajaban para que Andalucía se convirtiese en la gran plata- forma logística más importante al Sur de Europa gracias a su situación estratégica. De los más de siete mil quinientos kilómetros de costa que tiene España, novecientos veintisiete, pertenecen a Anda- lucía. El enclave estratégico de nuestra comunidad para la distribución de mercancías, ha convertido, a la conocida como “Puerta de Europa”, en un auténtico motor para la recuperación económica, del que no sólo saldría beneficiada nuestra autonomía.
De nuevo miro atrás porque de aquel, llamémosle “pulso” salimos fortalecidos. Muchas fueron las líneas trazadas desde las distintas administraciones y más concretamente, desde el Gobierno de la Junta de Andalucía, en las que se están diseñando objetivos claros, tras esta experiencia en la que pudimos saber más de nuestras debilidades.
Se empezó a trabajar en un plan de desarrollo que abordara esta situación pero que, claramente debía trascender y permaner en el tiempo, porque se partía de la base de que había que aprovechar el enorme potencial de nuestra tierra.
Desde 2021, y hasta el 2027 está previsto invertir más de 176 millones de euros. Una cantidad nada desdeñable, teniendo en cuenta que lo que se quiere lograr es, nada más y nada menos, que: “Fomentar el comercio internacional y las inversiones empresariales, la implantación de grupos logísticos vinculados al transporte y la distribución de mercancías que requieren un conjunto de instalaciones modernas y servicios de alto valor añadido integrados en una gran red de Áreas Logísticas multimodales que se apoya en el potente sistema de transporte marítimo-portuario de Andalucía”.
Todo esto habría que traducirse en cifras que nos dan la razón porque esta red cuenta con una superficie de 1.800 hectáreas, once nodos logísticos de los cuales siete son portuarios y cuatro de interior, además de estar conectadas e integradas a las infraestructuras de transporte.
Esto nos puede dar una idea bastante clara de en lo que nos podemos convertir, en apenas unos años. Unos años que van a ser esenciales y decisivos para llevar a cabo todo el protocolo de actuación y que viene a confirmar, a aquellos que desde hace tiempo venimos afirmando que estamos en el lugar y que este es el momento de Andalucía… Y que lo tenemos que aprovechar.
Las ocho provincias que vertebran a Andalucía, están trazando un mapa difícil de igualar: El área logística de la Bahía de Algeciras, Sevilla, Córdoba, Málaga, Antequera, Níjar (Almería), Granada o el nodo logístico en Jaén son una realidad de la que ya, podemos presumir y sentirnos orgullosos.
Una realidad que va a contribuir al impulso socio-económico y que va a ayudar a potenciar y a respaldar al sector privado, como solución para que Andalucía siga creciendo, porque de éste, también depende en gran medida, el crecimiento y la generación de trabajo como mejor política social. La conectividad marítima, terrestre, ferroviaria y aérea refuerzan nuestro papel protagonista, como la parte más sólida de un eslabón que está llamado a integrar, no sólo a las cadenas de suministros, sino también a facilitar la conexión entre los múltiples modos de trasportes con los que contamos en nuestra Comunidad Autónoma.
Una vez más, Andalucía da un paso al frente y se posiciona como referente de cómo trabajar juntos en pro del beneficio de todos. Por eso es necesario que, desde el Gobierno Central, una vez esté constituido, y liberado de los vaivenes que todos conocemos, y en los que no nos vamos a parar, dé prioridad y término al Corredor Mediterráneo y al Central-Atlántico, entre otros.
Ya lo he escrito antes. Este es nuestro momento pero urge continuar con la inversión sostenible que venida desde Europa, con los famosos Fondos Next Generation, nos permita seguir mejorando infraestructuras. Unas infraestructuras que no solo son importantes, para que seamos camino de paso entre África y Europa, sino que son imprescindibles para que Andalucía, por fin, esté perfectamente conectada.
Y es la comunicación es nuestro “talón de Aquiles”, ya que de esto depende que seamos ejemplo de la verdadera transformación económica que todos esperan que se dé en Andalucía, y lideremos nosotros, los andaluces.
