El pasado 15 de diciembre, en el Foro Tribuna de Andalucía: Presente y Futuro del Turismo en Sevilla, presentamos desde Intelqualia, Investigación de Mercados & Estudios de Opinión, el estudio Presente y futuro del turismo en Sevilla. Una síntesis de la inteligencia colectiva sectorial ante los retos de un crecimiento turístico equilibrado.
En este sentido, cuando hacemos una investigación, más allá de responder preguntas, nos hacemos otras nuevas y esto quizás, a mi juicio, es lo que tiene más valor: el poder cuestionarnos y pensar el porqué de las cosas, no como un acto filosófico, sino como un ejercicio que nos lleve a materializar las enseñanzas del pensamiento crítico, tan necesario en nuestros días, para construir entre todos, una sociedad mejor.
En este estudio se dejaba más que patente las ventajas competitivas de una ciudad como Sevilla, que, a día de hoy, es evidente que está de moda. Ese “estar de moda” tan beneficioso para nuestra ciudad hace que la afluencia de turismo sea una constante, de tal manera que la estacionalidad característica del sector turístico sevillano de años atrás, haya desaparecido por completo y recibamos turistas durante todo el año de todas partes del mundo, lo cual impacta, lógicamente, de manera positiva a nivel económico en la provincia sevillana.
Sin embargo (y sin duda este es el gran reto), en este estudio cuya metodología partía de la voz de expertos en materia turística, se evidenciaba los puntos críticos que el turismo trae y que afectan tanto al turista como al residente. No es objeto de este artículo criticar a nuestra joya de la corona. Sin duda, el turismo es clave y, por tanto, hay que cuidarlo, pero siendo conscientes y críticos para poder poner las soluciones necesarias antes de que sea demasiado tarde.
Como decía, hay dos problemas fundamentales que nos afecta a todos. Uno de ellos es la creciente masificación del centro histórico, un problema que persiste y crece. Y esto nos lleva a un segundo problema, que es la turistificación y tematización de la ciudad real, que hace que se pierda el carácter urbano por colonización de franquicias y por desarraigo de los vecinos, lo cual puede limitar tanto el atractivo turístico como llevar a la pérdida de identidad, corriendo el riesgo de convertirse en un parque temático.
Estas dos cuestiones además conllevan otras amenazas, como la incomodidad para los residentes, la pérdida de servicios esenciales o la despoblación y gentrificación, donde el alquiler y la compra de la vivienda se vuelven inalcanzables y desertizan la zona. Las consecuencias de esta situación pueden provocar la pérdida del valor turístico y la competitividad en el mercado, abaratando el destino y su deseabilidad, además de provocar una reacción social como la turismofobia, que podría incrementarse en caso de no atajar el problema.
A este respecto, las propuestas que apuntan los expertos en el sector, entrevistados en nuestro estudio, señalan que la gran prioridad es la satisfacción de visitantes, residentes y la preservación de la identidad local. Por tanto, es imprescindible que haya un crecimiento equilibrado. Las soluciones pasan por “poner coto” efectivo a la vivienda con normativa; desviar turistas a otras rutas urbanas o provinciales que descongestionen el centro; o revertir una tasa turística en beneficio de los vecindarios más perjudicados por las visitas masivas.
Entre los objetivos turísticos propuestos se pone de relieve la explotación de otros espacios, como el aprovechamiento del río, así como la corona metropolitana. Una estrategia fundamental es abrir el flujo del turista hacia otros puntos de la provincia, poniendo en conocimiento del mismo el entorno natural y el patrimonio histórico, lo que haría más sostenible el impacto del turismo, descongestionando la ciudad y dando sentido al incremento de pernoctaciones, lo cual puede conseguirse siendo un destino unido con cooperación institucional. Y, evidentemente, apostar por un público premium, con el fin de rentabilizar los costes sociales de la masificación y la captura de valor.
En cualquier caso, se hace necesario de igual manera, la divulgación y concienciación del beneficio del turismo. El turismo es la industria principal de la ciudad, lo cual conlleva una serie de implicaciones a muchos niveles, tanto desde el punto de vista económico como de mantenimiento y recuperación de los activos del patrimonio, lo que supone un efecto multiplicador. Por ello, es necesario hacernos todas estas cuestiones, seguir manteniendo el debate y materializar de forma efectiva las soluciones para que Sevilla siga estando de moda y para que los sevillanos sigamos disfrutando de nuestra ciudad y de nuestra provincia.