El próximo mes de junio, se celebrará la Segunda Edición del Córdoba Fashion Journey, un encuentro que empezó como un intento de identificar, unir y poner en valor la moda que se está haciendo en Córdoba. Una iniciativa que nació en colaboración entre Xeito Meeting e Intelqualia, Investigación de Mercados y Estudios de Opinión, con el apoyo del Ayuntamiento de Córdoba y el IMDEEC (Instituto Municipal De Desarrollo Económico Y Empleo De Córdoba). La propuesta no fue casualidad, ya que el talento andaluz y en este caso cordobés es más que palpable si tenemos en cuenta a firmas como Silbon, Juana Martín, Palomo Spain, Barey Collection, Mompiel o Michonet entre otras. Más allá de la moda, propiamente dicha, el negocio de este sector tiene cada vez más peso en el tejido empresarial andaluz.
En Intelqualia tuvimos ocasión de entrevistarnos con los propietarios de estas firmas que nos trasladaron sus inquietudes en un informe que pudimos realizar para la pasada edición, el cual sirvió de marco para estas jornadas, donde contamos con Pablo López, CEO de Silbon, el diseñador Rafael Valverde, Mar Reyes, propietaria de la firma Barey Collection, entre otros. De hecho, ya estamos trabajando en un segundo informe, donde se analiza la evolución del sector, tal es así, que el pasado mes de marzo nos volvimos a reunir, concretamente en las instalaciones de Silbon, con un buen grupo de empresarios de la industria de la moda, para volver a tomarle el pulso al sector y ver los avances en relación con la edición anterior.
Aunque todavía no podemos desvelar los principales hallazgos que hemos obtenido de estas entrevistas grupales, sí me gustaría aprovechar estas líneas para hablar de las complejidades que vive el sector, haciéndome eco del informe de la primera edición y cómo han ido poniendo soluciones, de tal manera que la evolución de todas estas firmas ha sido incremental en un período muy corto de tiempo. Y es que, cuando hablamos de moda, hablamos de moda, pero poco se habla del sector como negocio, y aquí en Andalucía y concretamente en Córdoba, el sector está haciendo las cosas realmente bien.
Las situaciones acontecidas en los últimos años han golpeado fuertemente al sector: la pandemia limitó severamente las compras en las tiendas e incluso la compra online se vio estancada por las medidas de limitación de movilidad de la población. En la actualidad, las subidas de precios están nuevamente ejerciendo una presión agotadora a los talleres de confección y consecuentemente, también a las tiendas. Los empresarios del sector reconocen que el encarecimiento de las materias primas textiles supone otra vuelta de tuerca a los costes de la producción hecha en España.
Los creadores y distribuidores de ropa, calzado y complementos se enfrentan en la actualidad a tomar medidas ante los incrementos de costes de sus proveedores, que se encuentran primero en la cadena de la inflación. Y eso va a obligar a repercutir las subidas en el PVP o a reducir la variedad de referencias en cada colección para encajar las subidas con menor riesgo. Al mismo tiempo hay que considerar que las marcas de diseño y retail están compitiendo frente a gigantes nacionales e internacionales.
Esta competencia se produce en todos los frentes: precio, imagen de marca en el recuerdo del público o en el de las copias y falsificaciones de marcas originales. Una consecuencia de la competencia con las grandes es que éstas han marcado un ritmo muy intenso de renovación de colecciones a lo largo del año, y ha obligado al conjunto del sector a actualizar diseños con mayor frecuencia, creándose más modelos que antes porque el público espera novedades continuas en los escaparates y estanterías.
Todas estas circunstancias hacen que se tenga que reorganizar la logística, ya que los artículos rotan más rápido que antes en los comercios, para que las colecciones no se solapen y las marcas ofrezcan esa renovación que demanda el comprador. Esto provoca cambios en los procedimientos de fabricación, con series más cortas y, por ello, relativamente más costosas. También se acorta el tiempo en el que decidir qué prendas reponer para responder a los gustos del público, teniendo en cuenta que las próximas prendas deben poder combinarse con aquellas que han tenido más éxito de ventas.
Sin embargo, la moda cordobesa saca pecho: La mayoría de estas empresas nacieron o despegaron con la crisis financiera e inmobiliaria de 2008. La recesión no les alcanzó con una gran estructura en esos momentos y de esas necesidades hicieron virtud, ya que su tamaño les hizo flexibles y la flexibilidad les permitió adoptar con rapidez las estrategias más oportunas para el momento, incorporando la digitalización o el comercio electrónico desde los inicios de su actividad económica o bien en respuesta a la pandemia. En este sentido, cuando son empresas que operan en el terreno fast fashion, la moda rápida de corta rotación en tienda, estas empresas han sabido adaptar a su escala los procesos que desarrollan gigantes como Inditex. Han apostado por la diferenciación, detectando y trabajando en segmentos de mayor calidad y valor añadido.
La máxima es observar y escuchar al cliente. Se trata de firmas que han permanecido, en general, atentas a los cambios de su entorno, tanto en el extremo productivo, reorganizando su producción, como en la atención a los cambios en los hábitos de los consumidores. Ambas líneas de acción son las que parecen estar detrás de que hoy sean empresas que apuntan crecimientos. Esas experiencias de adaptación las ha convertido en ejemplos de resiliencia, de resistencia a los cambios y de búsqueda proactiva y flexible de soluciones empresariales a través de recursos propios.
Como decía, mucho que aprender de este sector y así será en la próxima cita de la segunda edición del Córdoba Fashion Journey que nos espera en junio, donde escucharemos en primera persona las inquietudes y casos de éxito que hacen que estas empresas sigan creciendo y dando muchas alegrías a la economía andaluza.
