Tiene usted unas competencias muy amplias y que afectan a sectores vitales para la vida de los andaluces. En primer lugar, me gustaría preguntarle por el agua. Hay una preocupación enorme entre los agricultores y ganaderos por la falta de lluvias. ¿Cuánto podemos decir ya que se va a perder sin remedio en el campo andaluz?
Evidentemente, la sequía es un limitante para el sector agrario, que no solo acarrea pérdidas económicas sino también de recursos humanos, porque esta situación tan compleja está tocando de lleno a nuestros agricultores y ganaderos que ya, de por si, estaban también afectados por los elevados costes de producción y la inflación.
Precisamente por eso, desde Andalucía teníamos claro que había que ofrecer todo nuestro apoyo a estos profesionales que se están dejando la piel por seguir llevando a los mercados productos saludables y de gran calidad que son un ejemplo de buen uso de los recursos naturales. Y Andalucía está explorando, junto al sector, todas los instrumentos, soluciones y medias que se pueden poner en marcha para contribuir a paliar los efectos de la sequía. De hecho, contemplamos batería de medias para el sector agrario en los distintos decretos de sequía andaluces a través de ayudas directas tanto para la producción como la realización de infraestructuras cruciales que se pueden hacer para embalsar agua, siendo una de ellas los abrevaderos para el ganado. Y estamos apostando por fabricar agua mediante procesos de economía circular y las aguas regeneradas. Hemos iniciado el camino y ya en zonas como la comarca de La Axarquía facilitamos con nuestras obras 31 hectómetros cúbicos del agua al año que dan garantía deagua para beber y cultivar.
La sequía se vislumbra cada vez más como un problema con el que vamos a tener que vivir. De momento han activado desde el gobierno andaluz el tercer decreto de sequía en Andalucía supone 163 millones para 184 hectómetros cúbicos de agua, pero estos son soluciones puntuales, pero parece necesario un cambio total de modelo.
La sequía ha venido para quedarse, sí. Se ha convertido ya en un rasgo estructural de la Comunidad Autónoma andaluza, especialmente afectada por el cambio climático al encontrarse al sur del sur, y desde el Gobierno andaluz estamos trabajando sin descanso y con previsión para aumentar la resiliencia de esta tierra.
De hecho, entre las principales líneas de actuación del tercer Decreto de Sequía de Andalucía se encuentra el impulso de nuevas obras hidráulicas que apuestan por el aprovechamiento de las aguas regeneradas y la ejecución de conducciones para el regadío. Asimismo, contempla también iniciativas de mejora de la red de abastecimiento de agua para consumo humano, de reducción de pérdidas de agua y de búsqueda de nuevas fuentes hídricas. Todas estas vías de trabajo aportan soluciones no solo a corto y medio plazo, sino también para el futuro, ya que sentarán las bases de un ciclo del agua más sostenible y con mayores posibilidades de subsistir en períodos de escasez de lluvias al no centrarse únicamente en el uso de los recursos superficiales.
En concreto, este Decreto recoge 25 nuevas infraestructuras hidráulicas encaminadas a hacer frente a la sequía para cuya ejecución se movilizarán 120 millones de euros. De estas obras, el 40% suponen avances en los tratamientos terciarios de depuradoras de Andalucía que permitirán obtener aguas regeneradas aprovechables para el riego de los cultivos en campañas futuras.
Usted quiere que Bruselas aumente el presupuesto de la PAC y que además se permita a la Junta adelantar hasta un 90% de esas ayudas. ¿Cómo va esa negociación?
Andalucía confía en que salga adelante esta propuesta que, como las anteriores medidas, hemos solicitado a Europa y que son cruciales en estos momentos de sequía y alta inflación. No es la única medida que solicitamos, también, desde la comunidad andaluza estamos pidiendo que se amplíe el fondo de la reserva de crisis que se activa en momentos como éstos, la prorroga de la medida 22 para dar ayudas a los sectores productivos que aun están muy afectados por el conflicto armado de Ucrania y, sobre todo, una mayor flexibilización de la PAC.
Además, estamos colaborando con expertos de la Universidad de Córdoba en un informe que respalda las alegaciones que Andalucía ha presentado para lograr flexibilizar los ecoesquemas o nuevos diseños que eviten las pérdidas de 500 millones que va a sufrir los agricultores y ganaderos andaluces. En este sentido, tengo que decir que esta petición que, conjuntamente con las organizaciones agrarias hemos enviado al Ministerio, ha sido avalada por el estudio científico que ha realizado la Universidad de Córdoba.
No nos parece justo que los profesionales del campo se vean abocados a perder fondos por no poder cumplir con unos ecorregímenes, que son especialmente exigentes en un momento como el actual; y por otro lado, creemos que aumentar el adelanto de las ayudas serviría en gran medida para aportarles liquidez y ayudarles a responder a los gastos extraordinarios que están teniendo que enfrentar en los últimos tiempos.
Y desde Andalucía lamentamos que el Gobierno de España haya perdido una oportunidad al no ir hacia esa flexibilización de los ecoregímenes que estaban pidiendo el sector dentro del Decreto de Sequía que es insuficiente en sus medidas y que se ha quedado corto en inversiones para frenar la sequía. Lo veníamos diciendo el problema de la sequía necesita menos electoralismo, más anticipación en las medidas y, una vez más, el ejecutivo nacional llega tarde.
El asunto de los regantes en el entorno de Doñana. ¿Es un problema o es una polémica perfecta para la campaña electoral en la que estamos?
El Gobierno de España no ha comenzado en Huelva ninguna obra de la Ley del Trasvase del Tinto-Odiel-Piedras y la presa de Alcolea, por ejemplo, sería de gran utilidad para poder ganar capacidad de embalse en esta tierra. En concreto, esta infraestructura podría albergar 166 hectómetros cúbicos de agua si estuviera construida. Agua que mejoraría la garantía de abastecimiento tanto a los regantes onubenses como a los municipios de la zona.
No es momento de confrontaciones. Hay que arrimar el hombro entre todos y trabajar unidos para encontrar las mejores soluciones a la escasez de recursos hídricos apostando por la sostenibilidad económica, social y ambiental de las actividades productivas. Desde Andalucía insistimos en que el Gobierno han dejado fuera del Decreto la presa de Alcolea cuando es vital junto con el resto de obras para ayudar a Doñana.
El alza de costes es otro problema que están sufriendo los productores. Ya ha habido una rebaja de impuestos, pero ustedes han pedido que se incluya a sectores que se han quedado fuera.
Efectivamente. Desde Andalucía solicitamos mayores rebajas fiscales para aquellos productores que se han visto afectados en 2022 por causas que escapan a su control como las condiciones climáticas adversas, las plagas, la guerra de Ucrania, el incremento de los costes de producción o la sequía. Desgraciadamente, el Gobierno español no ha tenido en cuenta muchas de las propuestas trasladadas por la Junta al Estado entre las que se encuentra nuestra demanda de una rebaja generalizada del 50% para todas las producciones andaluzas. Frente a esta petición andaluza, la Administración central ha fijado una reducción del 25%.
Desde Andalucía insistimos en que el Gobierno han dejado fuera del Decreto la presa de Alcolea cuando es vital junto con el resto de obras para ayudar a Doñana
Además, tenemos propuestas concretas y detalladas para diferentes sectores como, por ejemplo, el ganadero, donde demandamos la aplicación de un índice corrector de entre un 75 y un 100% de reducción. En el caso de los hortícolas, se apuntan diversas correcciones tanto en general como para producciones concretas de cítricos o determinados viñedos; y en la flor cortada y planta ornamental, entendemos que el módulo de IRPF debería bajar de 0,32 a 0,13.
Al final todo esto que pasa en el campo repercute en los consumidores finales. ¿Cree que los precios podrán estabilizarse en un corto o medio plazo?
Parece que los expertos no apuntan a una estabilización a corto plazo. Son muchos los factores que están influyendo en el alza del precio de los alimentos y no parece sencillo que se reconduzca la situación en breve. La reducción del IVA aplicada por el Estado a determinados productos parece haber tenido un efecto positivo y, precisamente, por eso, desde Andalucía reclamamos que se aplicara también a alimentos que habían quedado fuera de esta medida como la carne y el pescado. Entendemos que en este caso debería fijarse el IVA superreducido del 4% porque de este modo se impulsaría el consumo de unos productos que se encuentran en la base de nuestra Dieta Mediterránea y que, sin embargo, se han dejado de comprar en muchos hogares por no poder hacer frente a su precio.
