El turismo está cambiando. No solo por las cifras de viajeros o el impacto económico que genera, sino porque los propios valores que lo sustentan están evolucionando. Y ahí es donde Andalucía puede —y debe— liderar. No como un destino más, sino como un territorio que reinventa el turismo desde la innovación, la sostenibilidad y el talento. Hoy, más que nunca, el turismo necesita responder a las grandes preguntas de nuestro tiempo: cómo generar impacto positivo en el territorio, cómo preservar el patrimonio cultural y natural, cómo integrar la tecnología para mejorar la experiencia del viajero y cómo dinamizar el ecosistema local. Andalucía tiene la oportunidad de convertirse en laboratorio de ese nuevo turismo.
Una estrategia que mira lejos
Andalucía no parte de cero. El año 2023 fue un año histórico para el sector: más de 32 millones de turistas y un crecimiento del 7,2% en el primer trimestre de 2024. Pero más allá de los números, lo relevante es la visión. La estrategia turística andaluza apuesta claramente por un modelo más sostenible e inteligente. No se trata de seguir creciendo en volumen a cualquier precio, sino de garantizar un turismo que genere desarrollo económico, cohesión territorial y bienestar social. El reto es que Andalucía sea referente mundial en sostenibilidad turística. Y para lograrlo, la clave está en innovar: en la gestión de flujos turísticos, en la personalización de la experiencia, en la circularidad de los procesos y en el diseño de productos auténticos y diferenciales.
El futuro es digital y sostenible
La digitalización es hoy una palanca esencial para transformar el turismo. En Andalucía ya estamos viendo ejemplos concretos: proyectos de inteligencia artificial que permiten segmentar mercados emergentes como India o Estados Unidos; uso de Big Data para anticipar tendencias y adaptar la oferta; campañas como Surrender to the Andalusian Crush, que combinan narrativa emocional y tecnología para posicionar el destino. Pero la digitalización no es un fin en sí misma. Es un medio para construir un turismo más personalizado, más eficiente y más conectado con las expectativas de los viajeros del futuro. Y esas expectativas son claras: sostenibilidad, autenticidad y experiencia. Cada vez más turistas valoran la trazabilidad de los productos que consumen, la huella ambiental de su viaje y la posibilidad de contribuir positivamente al destino que visitan. Ahí es donde Andalucía tiene una ventaja competitiva única: su cultura, su diversidad territorial y su capacidad para generar experiencias singulares.
Emprendimiento como motor de transformación
En este contexto, el emprendimiento juega un papel crucial. Las startups están aportando soluciones innovadoras en ámbitos clave: movilidad sostenible, economía circular, gestión de residuos, plataformas de experiencia personalizada, turismo cultural digitalizado.
El ecosistema que dinamiza Andalucía Lab es un ejemplo de cómo conectar talento, tecnología y empresa para impulsar esta nueva economía del turismo. Y la apuesta por programas de innovación abierta y colaboración público-privada en el ámbito turístico abre nuevas oportunidades para acelerar esta transformación en todo el territorio. El turismo del futuro será un espacio de oportunidad para quienes sepan emprender con propósito y con visión global. Y Andalucía debe consolidarse como un hub de innovación turística capaz de atraer inversión, talento y proyectos disruptivos.
Turismo que suma para todos
El gran reto es que este nuevo modelo turístico sea un proyecto de todos. Que no lo lideren solo las administraciones o las grandes empresas, sino que involucre también a las comunidades locales, a las pymes, a los emprendedores y a los propios viajeros.
Hoy, el turismo puede —y debe— ser una palanca para dinamizar comunidades rurales, para revitalizar centros urbanos, para generar empleo de calidad, para atraer talento y para fortalecer el tejido empresarial local. El turista del futuro no busca destinos de postal. Busca experiencias reales, valores compartidos y una relación auténtica con el lugar que visita. Y eso es algo que Andalucía puede ofrecer como pocas regiones en el mundo.
Se trata de sentar las bases para un turismo más resistente, responsable y orientado al futuro. La corresponsabilidad y la involucración de todo el sector, junto con la colaboración entre administraciones, empresas y la sociedad civil, son cruciales para enfrentar estos desafíos. El futuro del turismo “es cosa de todos”; apostemos por el valor de lo que somos, más allá de los tópicos, de forma innovadora, emprendedora, colectiva, abierta y global. Tenemos mucho que ganar. Necesitamos seguir apostando por la innovación abierta, por la colaboración público-privada, por la sostenibilidad real y por una narrativa que proyecte al mundo el verdadero valor de lo que somos. El turismo es cosa de todos. Y el turismo que viene será un turismo más humano, más conectado, más sostenible y más inteligente. Andalucía tiene todo para liderarlo. Estamos en el camino para hacerlo realidad.