Fede Ristori es el CEO y fundador de un centro de entrenamiento vinculado con el sector de la salud y el deporte. Según él mismo explica, “en mi día a día trato de mejorar la calidad de vida de todas las personas que pasan por mi centro, trabajando con todo tipo de personas, pero con especial atención a los mayores con los que realizo ejercicios de carácter funcional en donde intento involucrar muchos grupos musculares para que cualquier usuario adquiera fuerza y agilidad, mejorando así considerablemente su estado de forma y seguridad en sí mismo”. “Tras estar casi toda mi vida ligada al deporte, vi que este era un tren al que me tenía que subir sí o sí. Llevaba ya varios años trabajando como entrenador personal en un gimnasio y por eso fue más fácil dar el paso”
Ristori llegó al emprendimiento porque “las condiciones de los entrenadores no se ajustan a la cantidad de trabajo que realizamos, digamos que la punta del iceberg sería la propia sesión, pero detrás hay constantes formaciones, investigaciones, estudio previo del sujeto, planificación. Todo ello sumado a que el horario es a turno partido, dependes de una empresa, tienes que organizarte con tus compañeros para las vacaciones. Una situación que poco a poco me iba quemando y, motivado por mi prometida y mi suegro en la playa, empezamos a estudiar la posibilidad de emprender, tomando una de las mejores decisiones que he hecho nunca”, explica este joven que no descarta, en un futuro, buscar otros nichos de mercado porque “una vez que tienes el veneno del emprendimiento en la sangre, se te ocurren ideas y proyectos continuamente. Es verdad que esa motivación viene del éxito que tengo con mi empresa y de la felicidad y la satisfacción que me produce ver los resultados en la gente que entrena en mi centro”.
“Entre las cosas negativas de emprender, se encuentra el tener que estar pendiente de muchos detalles ajenos a mi actividad laboral, teniendo que hacer funciones de contable, marketing o gestor de redes, lo desprotegidos que estamos ante cualquier baja que podamos sufrir, al ser autónomos, si no podemos trabajar, no generamos ingresos”, concluye Ristori