Magallanes y Elcano fue una pareja de marinos que trabajaron para la corona de Castilla y que consiguieron una hazaña sin límite, una tierra sin frontera, un mundo sin final. Ambos marinos uno de Guetaria el castellano y otro de Oporto el portugués, bajo la tutela de Carlos I y con la financiación mixta del estado y del financiero Cristóbal De Haro consiguieron lo mas difícil, circunvalar la tierra y todo ello partiendo de Sevilla.
Una hazaña de 3 años de duración que mostró a los castellanos una nueva ruta para ir a la tierra de las especias, salvado el dominio marítimo de Portugal y aportando a Castilla nuevas riqueza y territorios al abrir Asia a nuestros intereses.
Todo esto se fragua en Sevilla, se gesta en el Real Alcazar, interviene marinos de mas de 20 nacionalidades y la singladura toca en 15 países uniéndolos para siempre; y toda esta gesta de tres años de duración se ha conmemorado de una manera parcial a ratos inconexas, con muchas diferencias entre administraciones y con mucho afán de protagonismo entre ellas.
Los empresarios una vez mas han quedado muy al margen y los muchos proyectos presentados ensalzando la conmemoración han quedado en aguas de borrajas, sin ejecución alguna, desde la sinfonía al monumento, desde los jardines y museos a reflejos universales en la ONU.
Sevilla de mis amores tan grande en lo efímero y tan dispersa en lo permanente y estructural. Hay que jugar a corto ya largo y nosotros solo jugamos a corto, a muy corto, nuestros caballos como los de Ben-Hur tienen que dar todas las vueltas al circo de la vida y no como Aldebarán querer correr la carrera el solo y de manera acelerada.
Una vez mas se nos va la oportunidad de decirle al mundo cual fue nuestro papel en la historia y hacernos visible para una universalidad en la cual tuvimos un destacado papel y que ahora buscamos para señalarnos en el mapa del comercio, la industria, la cultura y el turismo.
