¿Cuál considera que es actualmente la principal misión del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga dentro del contexto local y global?
El Colegio, como corporación en defensa de los intereses profesionales del arquitecto, también vela por los intereses generales vinculados a la arquitectura en sentido amplio. Nuestra función es social: actuamos como guardianes de la ciudad y del territorio donde se desarrolla la actividad arquitectónica, que al final no es otra cosa que la actividad humana.
Los arquitectos ideamos, diseñamos proyectos y dirigimos obras, siempre acorde a los requisitos básicos de calidad. Uno de los énfasis principales de todos los colegios es precisamente ese: garantizar la calidad, colaborar con las administraciones —especialmente las locales— para dar respuesta a los problemas del sector y, sobre todo, preservar el medio ambiente con un objetivo final muy claro: mejorar la calidad de vida de las personas.
¿Qué les diferencia de otros colegios profesionales de arquitectura a nivel nacional e internacional?
A nivel nacional todos compartimos la misma base, ya que nos regimos por los mismos principios y estamos sujetos a la misma normativa. Defendemos la profesión, ofrecemos servicios comunes y afrontamos retos similares, como la dificultad de acceso a la vivienda. Esa problemática es transversal: afecta a Málaga, pero también a Valencia, Alicante, Barcelona o cualquier territorio donde la construcción y el turismo van de la mano.
Lo que marca la diferencia son las cuestiones locales y culturales. En Málaga, por ejemplo, celebramos este año el centenario de la sede colegial, un edificio diseñado por Fernando Guerrero Strachan, un arquitecto que fue figura clave en la transformación urbana de la ciudad entre los siglos XIX y XX y que incluso llegó a ser alcalde. Este tipo de conmemoraciones refuerzan la identidad del colegio en su contexto local.
En el ámbito internacional sí hay diferencias. En España los arquitectos tenemos competencias más amplias que en otros países europeos, donde nuestras funciones se reparten entre arquitectos e ingenieros. También varía el modelo asociativo: mientras que en España es obligatorio pertenecer al colegio para ejercer, en lugares como Reino Unido existen varias asociaciones entre las que elegir. No obstante, la tónica general en Europa es la existencia de un colegio oficial que garantice la profesión, igual que ocurre con la medicina.
El Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga se caracteriza por una intensa actividad cultural. ¿Qué criterios siguen para seleccionar y promover exposiciones o actividades?
Las actividades no se limitan a la arquitectura. Los arquitectos tenemos una formación humanística y artística muy vinculada al mundo del arte, por lo que también organizamos exposiciones y proyectos culturales más amplios.
En nuestro caso, pueden ser exposiciones de colegiados cuya trayectoria se oriente hacia lo artístico, o bien de autores externos cuya obra tenga calidad e interés. Contamos con comités que valoran las propuestas, y siempre buscamos mantener un nivel alto. Además, colaboramos con otras instituciones para fomentar la cultura y la identidad local.
¿Qué impacto tienen estas exposiciones y cómo se proyectan más allá de Málaga?
El Colegio de Málaga fue pionero en los años 80 en la promoción cultural, hasta el punto de convertirse en un referente provincial. Fruto de esa trayectoria, hoy contamos con una importante colección de arte contemporáneo, de la que piezas significativas se encuentran en préstamo en el Museo Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, en su sede de La Coracha.
En el ámbito internacional no hemos prestado obras, aunque sí hemos recibido préstamos de otras instituciones. Próximamente inauguraremos en el Museo de Málaga una exposición con piezas externas. Además, existe una colaboración entre colegios para rotar exposiciones, lo que permite que no solo los colegiados, sino también la ciudadanía, pueda acceder a estos contenidos.
¿Cómo se vinculan estas actividades culturales con la promoción del urbanismo sostenible y el respeto al entorno?
La sostenibilidad es un eje transversal. Un ejemplo claro es el Observatorio 2030 del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España. Se trata de una plataforma que analiza problemáticas urbanas y promueve debates y jornadas en torno a temas como la gestión del agua, que abordamos en Málaga el pasado octubre.
Estas actividades no se quedan en lo técnico: incluyen casos de éxito, experiencias educativas y fórmulas prácticas que conciencian sobre la preservación del medio ambiente. Apostamos por la lucha contra el cambio climático, el uso de materiales ecoamigables, la rehabilitación del parque edificado y la regeneración urbana. Todo ello forma parte de nuestra responsabilidad como arquitectos y como institución.
Desde el punto de vista tecnológico, ¿qué avances ha incorporado el Colegio para mejorar sus servicios?
Un paso fundamental fue la digitalización temprana de nuestros procesos, especialmente del visado de proyectos, lo que nos permitió adelantarnos incluso a la propia ley de servicios. Hoy todo ese trámite se hace de forma telemática, optimizando recursos y tiempos.
Además, hemos desarrollado herramientas digitales que facilitan la labor profesional de los colegiados. La modernización tecnológica es ya un estándar en nuestro funcionamiento y nos permite dar un servicio más ágil y eficaz tanto a profesionales como a la ciudadanía.
¿Cuáles son los principales retos de futuro para el Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga?
El más urgente es la escasez de vivienda y la dificultad de acceso a ella. Estamos trabajando a nivel provincial y nacional en medidas de choque para impulsar la construcción de vivienda protegida, ya que muchas personas se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Otro reto es la rehabilitación urbana: regenerar barrios, mejorar entornos y garantizar ciudades más sostenibles y saludables.
Finalmente, queremos consolidar la vertiente cultural del Colegio. Desde los años 80 hemos tenido una trayectoria fuerte en este ámbito, que en algunos momentos se ha ralentizado, pero que estamos retomando con energía. Creemos que la cultura y el conocimiento del entorno son fundamentales para fortalecer la identidad de la ciudad y su patrimonio.
Como decana, ¿qué mensaje le gustaría trasladar a la sociedad sobre el papel del Colegio?
Quiero destacar que, aunque somos una entidad privada, tenemos vocación pública. Damos servicio a la sociedad y cualquier ciudadano puede dirigirse al Colegio para plantear dudas o consultas.
También animamos a participar en nuestras actividades, que cada vez tienen mayor aceptación. Un ejemplo es la celebración del Día Mundial de la Arquitectura, el primer lunes de octubre. Todos los colegios organizamos esa semana visitas guiadas, conferencias y actividades para poner en valor el patrimonio cultural y urbanístico de nuestras ciudades. Son ocasiones perfectas para recordar que preservar el medio ambiente no es solo una cuestión estética: repercute directamente en la salud y el bienestar de las personas.
En definitiva, el Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga es mucho más que una institución profesional. Es un agente activo en la vida cultural, social y urbana de la provincia, comprometido con el futuro de las ciudades y con el bienestar de quienes las habitan.