El hecho de que haya más de siete mil enfermedades raras en el mucho y que por lo menos 1 de cada 14 personas las padezcan es lo que ha llevado a Ana, bioinformática a montar una empresa que se dedica a digitalizar y optimizar el proceso de diagnóstico en el ámbito de la genética clínica y que ha empezado a dar sus primeros pasos con pacientes con enfermedades raras. “Actualmente se tarda en diagnosticar a estos pacientes una media de cinco años para lo que se emplean muchos recursos de pruebas y consultas innecesarias e incluso de medicación que puede ser contraproducente”.
Un asistente virtual ayuda a tomar decisiones en todo el proceso tanto a los médicos como a los genetistas, decisiones mas eficientes para que todo el proceso sea más rápido. Funciona haciendo preguntas al médico para que, partiendo de los datos clínicos del paciente, pueda obtener una lista de enfermedades y genes candidatos y hacer un estudio genético a medida para cada paciente para conseguir el diagnostico en el menor tiempo posible. “La idea surgió porque tenemos familiares que son médicos neurólogos y que les costa muchas horas de investigación saber que estudio genético tenia que hacer a cada paciente”, explica Ana que ha contado con la colaboración de su hermano experto en inteligencia artificial.
“Yo no emprendí porque tuviese la necesidad de emprender. Simplemente se alinearon los astros y detecté un problema que me llamó mucho la atención y encontré una posible solución”, relata esta emprendedora a la que Andalucía Emprende ha premiado en la categoría de empresa con mayor impacto social.
