07/09/2025

Roma celebra el Jubileo de la Juventud: la esperanza del presente, y motor de futuro
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Más de 120.000 jóvenes de 85 países se reunieron en Roma para celebrar el Jubileo de la Juventud, presidido por el Papa León.

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Más de 120.000 jóvenes de 85 países se reunieron en Roma para celebrar el Jubileo de la Juventud, presidido por el Papa León. Entre ellos, más de 400 procedentes de Sevilla, que llevaron a la Ciudad Eterna su fe, compromiso y entusiasmo. Un encuentro que, a diferencia de la multitudinaria JMJ de Lisboa, se centró en la acción social y la responsabilidad ciudadana de las nuevas generaciones.

De Lisboa a Roma: del entusiasmo multitudinario a la reflexión activa

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La JMJ de Lisboa 2023 quedará en la memoria por sus 1,5 millones de participantes y su ambiente festivo y universal. Roma, en cambio, ha apostado por una cita más íntima y orientada a la acción concreta. Si Lisboa fue el gran canto de alegría misionera, Roma ha querido ser un taller de ideas y compromiso, donde la fe se traduce en servicio y transformación social.

Para este aprendiz de comunicador la experiencia de Lisboa fue de esas que marcan dejando una huella: trabajar durante días en la oficina de prensa, acudir a las cientos de ruedas de prensa, encuentros con el Papa Francisco y, sobre todo, la convivencia con jóvenes, sacerdotes, monjas y seglares de todo el mundo de diversas razas y continentes.

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Blancos, negros, mulatos, indios, gentes de África, Oceanía, Europa y América era un crisol inenarrable de vivencias continuas, trepidantes, llenas de voces, canciones, mensajes y, sobre todo, esperanza.

Los encuentros de los periodistas a diario con el Papa en esa abarrotada sala de prensa, donde se hablaban mil idiomas, pero donde los idiomas ibéricos —el portugués y el castellano— prevalecían dada la adscripción de los compañeros de prensa.

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En concreto, me gustó cómo la Iglesia es madre y maestra en muchas materias, pero organizando eventos es única, movilizando masas ingentes de manera perfecta y ordenada. Toda la logística era un alarde de virtuosismo: alimentación, transporte, sanidad, seguridad… todo perfecto.

En un mundo convulso, lleno de miedos, guerras, retos y sinsabores, los jóvenes que se reunieron en torno al Papa y a Cristo representaban una esperanza, un grito de que es posible otra humanidad y otros valores, todo en torno a la figura de un hombre que murió hace 2.000 años y que proclama que su mensaje sigue muy vivo.

De Francisco a León

Ahora, dos años después, Roma, la ciudad eterna, coge el testigo. Esta vez ya no estará el Papa Francisco con su sonrisa eterna, con su acento argentino, sureño, nuestro. Ahora su cátedra la ocupa un norteamericano, con muchas raíces europeas, eso sí, pero de EE. UU., que aporta una nueva visión, quizás más moderna, práctica, ecléctica y contemporánea.

Tengo que decirles que me gustó su nombre: León, al sentirse heredero de ese Papa León XIII, el Papa que unió lo laboral, el mundo de las fábricas y del proletariado, el mundo del trabajo con la Iglesia y llevó el mensaje de Cristo a los tajos laborales, proclamando que también Dios estaba allí para transmitir su salvación.

Su doctrina la plasmó en una encíclica, Rerum Novarum, publicada en 1891 y que significa “de las cosas nuevas”, donde recogió su enseñanza sobre la cuestión social y las condiciones laborales de los trabajadores durante la Revolución Industrial. La encíclica estableció principios claves de la doctrina social de la Iglesia, como el derecho a la propiedad privada, el salario justo y la importancia de las asociaciones profesionales para los trabajadores.

Y ahora, este nuevo Pontífice americano con el nombre de León congrega en torno a sí y a la Iglesia al mundo, al mundo más joven, para transmitirles que la juventud es la esperanza, que en ellos está nuestro futuro y que junto a ellos hemos de luchar en pro de nuevos ideales y nuevos valores.

La huella sevillana en el Jubileo

Más de 400 jóvenes de Sevilla y su provincia participaron activamente en talleres sobre inclusión social, medioambiente y liderazgo comunitario. Su implicación fue especialmente visible en la Vigilia de Oración celebrada en la Plaza de San Pedro y en las acciones de voluntariado realizadas en comedores sociales romanos.

El arzobispo de Sevilla destacó: “Nuestros jóvenes son un regalo para la Iglesia y para la sociedad. Aquí han demostrado que fe y compromiso son inseparables”.

La voz del Papa León

En su homilía central, el Papa León envió un mensaje directo y motivador:

“No dejéis que os convenzan de que sois demasiado jóvenes para cambiar el mundo. La historia se escribe también con vuestras manos y vuestro corazón”.

Las cifras de este global acontecimiento son mareantes e ilusionantes: durante el Jubileo se celebraron más de 200 actividades en toda la ciudad, se movilizaron 15.000 voluntarios, se sirvieron 250.000 comidas comunitarias y se recaudaron fondos para proyectos educativos en África y América Latina.

Un mensaje que trasciende fronteras

El Jubileo de la Juventud en Roma ha reafirmado que creer en los jóvenes es apostar por un futuro más justo y humano. La presencia sevillana ha puesto de manifiesto que, desde lo local, se puede contribuir al cambio global.

Esperanzado y expectante, y trabajando ya para acudir a la próxima cita en Seúl, quiero transmitiros que poder es querer y que, junto a la juventud, todo se puede. Roma ha sido, por unos días, el lugar donde la esperanza se hizo visible en miles de rostros jóvenes, recordándonos que el verdadero cambio comienza cuando confiamos en quienes lo harán posible.

 

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