Rafael, hablamos de la Academia Progressus, una academia de oposiciones en Sevilla, ¿qué servicios ofrecen? ¿Cuáles están siendo los más demandados en los últimos tiempos?
En Academia Progressus nos dedicamos a la preparación de los exámenes de acceso a las oposiciones de Policía Nacional, Guardia Civil, Ayudante de Instituciones Penitenciarias y Policía Local.
El nivel de demanda es alto y similar en todos los servicios ofrecidos. El perfil de los alumnos se corresponde con gente muy joven, de los que la mitad acaba de terminar una carrera universitaria. En efecto, el funcionariado se ha convertido en un refugio para los más jóvenes, que se enfrentan a una realidad donde los trabajos existentes a nivel privado suelen ser precarios y de corta duración. Por ello, para alejarse de una situación de incertidumbre y poder alcanzar una estabilidad económica, optan por prepararse unas oposiciones.
¿Cuál es la metodología que emplean en esta academia?
En la academia Progressus seguimos un sistema de aprendizaje de alta intensidad, a diferencia del resto de instituciones. Por lo general, los métodos pedagógicos llevados a cabo suelen estar basados en sistemas anticuados, donde el progreso del alumnado se traslada a la voluntad de estos por estudiar, mientras que, en nuestra academia, sometemos a los alumnos a una presión enorme, obligándoles a hacer exámenes semanalmente y a estar en constante contacto con el temario. De hecho, esta metodología les quita el peso, entre otros, de tener que diseñar los calendarios de estudio porque se los imponemos nosotros.
Si todo dependiese del opositor, cuando este tiene una bajada anímica, disminuye el ritmo y deja de estudiar. Por esta razón, en Progressus las posibilidades de aprobar las oposiciones en 1 año son muy elevadas, y no en 3 o 5 años, que es el tiempo medio del resto de las academias. Sin duda, es imposible obtener una plaza tras un año de preparación, si en ese tiempo solo se le ha dado una única vuelta al temario.
¿Ofrecen formación online?
No, no ofrecemos formación online porque hemos comprobado que, si bien es cierto que puede funcionar cuando se trata de ciertos títulos, lo cierto es que no funciona con las oposiciones. Con esto me refiero a que, cuando se trata de títulos, sí funciona porque a las dos partes –que son las personas interesadas en obtener un diploma y el centro educativo que busca vender ese diploma– les interesa hacer lo mínimo para satisfacer su necesidad. Por el contrario, no funciona para las oposiciones porque se ha de superar un examen, lo que obliga a los opositores a enfrentarse a la realidad de que, si no van preparados, no van a aprobar. Además, la mediocridad tampoco sirve de nada, puesto que necesitan una nota de corte alta para hacerse con una de las plazas ofertadas. Por esta razón, hay exámenes todas las semanas y las notas se colocan a vista de todos, con la finalidad de que vean su nota y la del resto de compañeros. No les maquillamos la realidad: les hacemos ver que, si otros se sacrifican más, serán estos quienes se llevarán la plaza. Es cierto que nuestro sistema es muy duro; no lo digo yo, me lo dicen los alumnos. De hecho, el abandono que tenemos en la academia no se corresponde con un grado de satisfacción bajo, sino porque los alumnos en cuestión se han dado cuenta de que, o no quieren dedicarse a ello o han vivido en sus propias carnes que es imposible compatibilizar trabajo con oposición, y que este último requiere cierta exclusividad.
¿Qué ambiente se respira entre el alumnado, los compañeros y los profesores de la academia?
Considero que el ambiente es bastante bueno. Los profesores tienen un perfil de edad bastante joven, por debajo de los 30 años. Hay que recalcar que todos ellos cuentan con estudios superiores y másteres en la materia de especialización que imparten, pero es cierto que en la Academia Progressus la media de edad es baja porque primamos, antes que una gran experiencia docente, el interés y la implicación en el trabajo.
Además, es cierto que al ser jóvenes conocen mejor cómo funcionan las oposiciones de hoy en día y tienen un mejor feeling con los alumnos. Esto posibilita que el alumnado tienda a relacionarse de una manera más personal con los profesores, lo que les ayuda bastante en el proceso de preparación de las oposiciones.
Por su parte, en los alumnos hay mucho compañerismo, y siempre intentamos fomentarlo. Entre los grupos de cada clase comparten todo aquello que encuentran y que puede ser de gran utilidad para el estudio, desde esquemas propios hasta enlaces webs.
A modo de conclusión, ¿qué planes tiene esta academia a corto o medio plazo?
En nuestros inicios, comenzamos como una academia del Ministerio del Interior que se dedicaba a preparar a graduados universitarios de derecho, criminología o psicología para trabajar como peritos judiciales. Sin embargo, observamos que muchos de ellos tenían en mente opositar, sobre todo por la seguridad laboral que otorga el funcionariado. Por ello, ampliamos nuestra oferta y creamos el método Progressus, un método único, y el cual hemos patentado, para preparar al alumnado en un año.
En la actualidad, estamos teniendo una gran aceptación. Cada vez es mayor el número de inscripciones de personas que proceden de otras academias y, sobre todo, lo que nos da mucho éxito es el número de egresados universitarios que acuden a nuestras instalaciones, ya que, generalmente, son personas serias con un nivel académico que les otorga cierta ventaja.
Nuestra intención es seguir creciendo como academia e ir ampliando nuestra oferta de servicios. Por ejemplo, en el mes de marzo comenzaremos con la preparación a las oposiciones de policía local. No obstante, dudo que nos movamos más allá de este tipo de enseñanza, porque al ser del Ministerio de Interior, estamos especializados en Fuerza y Cuerpos de Seguridad del Estado.
