25/04/2024

Paco Molina: “Todo depende de una buena colección”
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Llevan 54 años en el sector ¿Cómo ha evolucionado la moda flamenca en estos años?

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Diría que de la misma manera en la que han evolucionado el resto de sectores. Cuando mis padres crearon Molina en 1969 no existía internet y, por tanto, tampoco existía esa internacionalización que trae consigo. Fue fundada en una época donde el método de comunicación era, en el mejor de los casos, el teléfono. En la actualidad, contamos con una serie de medios que han revolucionado todo, desde la capacidad para generar contenido como el propio diseño. Además, es curioso cómo podemos vender trajes en lugares a los que no creíamos que un traje regional del sur de España pudiese llegar.

Se palpan las ganas de fiesta en las calles. La demanda es tan alta que en febrero ya se había agotado una gran cantidad de tela en los comercios de textil ¿Considera que se han vuelto a las cifras prepandémicas?

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Sí. Considero que la pandemia ha provocado que las personas tengan un sentido más lúdico de la vida. Es decir, la gente ha descubierto lo fácil que es sucumbir a la enfermedad y lo que significa estar recluidos, por lo que durante un tiempo las ganas de diversión, dentro de las cifras razonables, van a estar presentes en la sociedad. En este caso, las ferias son fiestas que entrañan mucha diversión y una ilusión extrapolables a los negocios, donde estamos volviendo a cifras de negocio prepandémicas.

Es un negocio sacrificado por la breve duración de la temporada de ventas ¿Cómo se logra mantener un negocio de este sector?

Es tremendamente difícil porque, en cierta forma, hay que conocer muy bien las reglas del juego. Uno puede vender a través de su página web y tener gran presencia en los medios de comunicación y en las redes sociales; sin embargo, la venta física es la opción que suele prevalecer en este sector y esta suele realizarse entre los meses de enero y mayo. Por lo tanto, para poder realizar un balance positivo del año, se ha de tener éxito en la colección, la cual una vez presentada no suele sufrir modificaciones. Además, hay que tener en cuenta que en Sevilla estamos concentrados el 90% de las empresas que nos dedicamos a la elaboración del traje de flamenca, por lo que hay mucha competencia. Asimismo, resulta crucial contar con figuras fijas discontinuas porque las características del sector nos conllevan a variar significativamente el tamaño de nuestras plantillas según la demanda en cada momento del año.

Aunque la primavera andaluza no ha hecho más que empezar, ¿cómo atisban las ventas para la primavera 2023?

En este sector el volumen de las ventas depende de la colección que se lance. De hecho, cada uno cuenta cómo le va la feria porque el resultado difiere en función de si las colecciones están bien presentadas, conectan con los gustos del público y si los precios oscilan entre la horquilla de precios que el público objetivo puede permitirse. En nuestro caso, prevemos un buen ejercicio económico ya que, nuestro desfile en SIMOF ha tenido una gran aceptación, incluso mayor a la de años anteriores.

Este año se ha visto la proliferación de trajes lowcost ¿Cómo cree que puede afectar este hecho al sector?

Puedo llegar a entender que tenga un efecto positivo porque permite que personas que no tenían pretensión de vestirse, puedan hacerlo. No obstante, me gustaría recordar que todo fabricante de moda flamenca ofrece, por lo general, una gama más económica que acompasa al resto de la colección. Además, los trajes lowcost se reconocen a leguas de distancia: todos son iguales, tienen los mismos tejidos sintéticos procedentes de China, carecen de forro y tienen una confección que deja que desear. Es más, en las ferias suele haber un componente muy importante que es el hecho de ser vistos y ser admirados. Una flamenca busca lucirse y sabe perfectamente distinguir entre lo que se ha de poner y lo que no.

¿Qué diferencia al traje de flamenca de otros trajes regionales?

La principal diferencia es que el resto de los trajes regionales, con todos mis respetos, evolucionaron durante un tiempo, pero en algún momento murieron y los embalsamaron. En otras palabras, siguen siendo el mismo desde hace siglos. Y es que, si bien pueden sufrir alguna modificación, como por ejemplo en el brocado del estampado; por lo general, no hay grandes diferencias y está tabulado con exactitud cómo ha de ser confeccionado. Sin embargo, nuestro traje no tiene nada que ver con esto. Está vivo, en constante cambio y tiene sus propias modas, tanto en tejidos, como colores, estampados, formas y cantidades de volantes, entre otros.

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¿Qué futuro considera que le espera a la moda flamenca?

La moda flamenca adolece de los mismos problemas que cualquier sector en el que hay una mano de obra intensa. En efecto, hace falta gente muy especializada y mucha mano de obra para hacer un traje de flamenca bien elaborado. Además, necesita diseño e innovación, siempre dentro del canon de lo que es un traje de flamenca. Por ejemplo, para que nosotros presentemos nuestra colección en SIMOF a primeros de febrero, hemos de empezar a pensar en ideas tras acabar la anterior campaña y a partir del mes de octubre fijamos las tendencias y comenzamos con la elaboración de los trajes. Por lo tanto, un buen traje de flamenca requiere esfuerzo, especialización y mucho tiempo.

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