“Las tres fundaciones de la US, que llevan a cabo proyectos contratados a demanda por el sector productivo, poseen en torno a los 30 millones de euros de trabajos realizados para dar productos que requieren las industrias”
¿Cómo se está desarrollando este curso 2022-2023?
Es la primera verdadera y completa vuelta a la realidad tras la pandemia, el desarrollo de todas las actividades programadas se está realizando con absoluta normalidad, con las incidencias propias de un curso académico prepandemia y con la satisfacción de poder volver a la rutina que teníamos experimentada.
La pandemia obligó a acelerar el proceso de digitalización en las instituciones académicas ¿De qué manera se está trabajando en la Universidad de Sevilla la digitalización?
La digitalización es, y no cabe duda, el mayor legado positivo de la pandemia. No solo ha incrementado el uso de herramientas digitales, como el espacio virtual, entre otros; sino que, también, se han desarrollado importantes medidas, tanto a nivel nacional como internacional, en aras de disminuir la brecha en el acceso a las tecnologías. En el conjunto de las universidades europeas se están desarrollando 44 proyectos de digitalización –empleado este en su término más amplio– como apoyo a la formación y la educación superior.
Por otro lado, durante la pandemia, se puso de manifiesto que existía en todas las universidades españolas un déficit de formación del profesorado en materia de digitalización. En el caso particular de la US tuvimos que crear al inicio de la pandemia una comisión de asesores y profesores nuestros, que tenían una experiencia sobresaliente en el mundo digital, para diseñar cursos y elegir qué nuevas herramientas otorgamos a nuestra plantilla, con el objetivo de poder sacar el máximo partido al desarrollo formativo.
Las necesidades de las empresas son muy cambiantes, ¿es capaz la universidad de moverse al mismo ritmo que el mundo empresarial?
En mi opinión, existe una visión extendida que no se adecúa fielmente a la realidad. Se habla mucho de la desconexión entre las necesidades del sector productivo y las posibilidades formativas que las instituciones académicas suministran. Sin embargo, hay cuestiones claves que se desconocen. En primer lugar, cuando una universidad desea poner en marcha un título oficial, esta ha de incorporar en la memoria de verificación toda la información pertinente a la demanda existente y, posteriormente, se comprueba la veracidad de la misma. En otras palabras, es obligatorio incorporar las necesidades que los sectores productivos conectados a esa formación requieren.
En particular, la US tiene una conexión muy importante con el sector productivo, tanto nacional como internacional. No solo por lo anteriormente mencionado, sino porque nuestro Vicerrectorado de Transferencia, que fue el primero con ese nombre en España, tiene una comunicación constante con las sociedades y con la confederación de empresarios, ya sea local, autonómica o nacional. Además, las tres fundaciones de la US, que llevan a cabo proyectos contratados a demanda por el sector productivo, poseen en torno a los 30 millones de euros de trabajos realizados para dar productos que requieren las industrias. De igual modo, la Confederación de Empresarios de Andalucía, junto con empresarios de otros 8 países, es una society partner de nuestra universidad europea Ulysseus, y a todos ellos los escuchamos y atendemos.
Por otra parte, creo que se aborda la idea de que la formación tiene que ser muy cambiante de una forma que a mi parecer es excesivamente superficial. Es cierto que hemos de avanzar en las habilidades transversales, como, por ejemplo, ser más activos para que nuestros egresados aprendan a relacionarse como ciudadanos globales. No obstante, los cambios no pueden ir en detrimento de los elementos fundamentales formativos.
La investigación es un pilar fundamental en las universidades ¿En qué punto se encuentra la US en esta materia?
La US ha alcanzado unas puntuaciones que la colocan en unas posiciones relevantes en los indicadores nacionales e internacionales. En el ranking de Shanghái, que es la clasificación de universidades más importante y que fundamentalmente mide la investigación, estamos dentro de las 500 mejores universidades del mundo. Esto es muy positivo por dos razones: estamos entre las 500 primeras de 20.000 analizadas; y, porque si representamos esa clasificación unidireccional en una gráfica bidireccional, donde un eje es la posición en el ranking, y el otro eje es la inversión, vemos cómo la inversión en investigación en la US es menor al del resto, pese a cosechar resultados similares.
¿Qué cambios se podrán percibir en la US de cara al curso 2023-2024?
Las universidades en general estamos haciendo frente a un momento de reflexión, puesto que existen tres realidades que van a incidir en la preparación de los cursos siguientes hasta, al menos, 2027. En primer lugar, a nivel nacional tenemos el Real Decreto 822/2021 que, a diferencia del anterior, permite cierta flexibilidad en el desarrollo de las titulaciones. A su vez, incluye la novedad de las microcredenciales, que son píldoras formativas de pequeños créditos que pueden formar parte de los catálogos formativos de cada una de las titulaciones oficiales o pueden ser complementarios. Pero, pese a ser una clara declaración de intenciones, todavía se tiene que desarrollar y aplicar correctamente.
En segundo lugar, a nivel autonómico tenemos en trámite para el Consejo de Gobierno de Andalucía un decreto de titulaciones. Como presidente de la sectorial académica de las universidades andaluzas, hemos formulado una serie de propuestas para que sean incorporadas, si así lo desea el gobierno. La tercera cuestión es la creación y renovación de las universidades europeas. Por ejemplo, hemos incorporado a Ulysseus dos universidades: la Universidad de Münster y la Universidad de Montenegro. Además, estamos llevando a cabo acciones concretas para avanzar en las titulaciones conjuntas bajo el sello Ulysseus que queremos impartir hasta el curso 2027-2028, que es el tiempo en el que el programa Erasmus tiene la financiación aprobada y otorgada.Todos estos cambios que realicemos serán inmediatos, pero no serán visibles para el siguiente curso.
Del mismo modo, a las universidades del sistema público andaluz nos preocupa la diferenciación en los ritmos con respecto a las universidades privadas. Nos sorprende que, mientras nosotros no podemos añadir nuevas titulaciones, las universidades privadas puedan ampliar su abanico de ofertas. Esto genera incertidumbre en la sociedad porque a las privadas no se accede por examen, sino por otros requerimientos, lo que perjudica a la igualdad de oportunidades.
Para finalizar ¿Cuándo va a materializarse el acuerdo con el ayuntamiento para la creación del Museo y el Centro de las Letras en Sevilla?
Estamos trabajando intensamente en ello. Espero que para finales de febrero se apruebe el proyecto con el que desarrollar un espacio histórico y emblemático de nuestra ciudad, como es el espacio Santa Clara. En este espacio se van a dar cita los tres protagonistas de la historia de Sevilla: el municipio en sí mismo, la iglesia de Sevilla y la US. Así podremos mostrar, al hilo de las grandes universidades de la Unión Europea, la imagen esencial de la US en la historia de Sevilla y todo nuestro patrimonio durante más de 5 siglos para el disfrute de los ciudadanos y los visitantes.
