El grupo Kaizen ha hecho una gran apuesta por Andalucía ampliando incluso el número de establecimientos en la post-pandemia. ¿Cuál es el balance de este 2022?
Comencé apostando por Andalucía por razones personales, pero seguimos apostando por Andalucía por razones estrictamente profesionales. Hay muy pocos lugares en el mundo tan completos como Andalucía para el turismo. Yo he viajado mucho y en mi opinión, y lo digo a boca llena, si no es el mejor del mundo, está entre los cinco primeros.
Comenzamos el proyecto de los hoteles Kaizen, con las ideas muy claras y los deberes bien hechos antes de la pandemia. Esta nos pilló construyendo. Así que seguimos con nuestros planes y no paramos ni un día. Es cierto que nos afectó, como a todos, el año y pico que no hubo turistas, pero, como digo, lo dedicamos a ampliar, tal y como estaba planeado, y así, ahora, en el año 2022, hemos podido aprovechar la vuelta del turismo.
El balance del año 2022 ha sido muy bueno en muchos sentidos, no solamente respecto al comienzo de la actividad y las perspectivas para los años que vienen – que son muy buenas en nuestro nicho de mercado -, sino que además hemos formado y consolidado equipos, algo muy importante que nos permite poder dar un servicio excepcional como el que estamos dando.
Aprovechando tu pregunta me vas a permitir también que diga que, en nuestro sector, en el año 2022 partimos de negativo, partimos de las perdidas por falta de ingresos de un año y medio de inactividad, en el que sin embargo hemos manteniendo equipos y planes de desarrollo. Lamento decir que no hemos recibido ningún apoyo de nadie, ninguna subvención, ayuda de algo, reducción de impuestos… Hemos solicitado alguna ayuda pero no hemos recibido ninguna respuesta por ahora. No solo eso, sino que hasta hemos tenido que ir a los tribunales para que no nos cobraran de más. Eso está muy mal. Los empresarios estamos generando riqueza, recuperando patrimonio para la ciudad, creando puestos de trabajo, elevando el nivel de oferta… y pedimos apoyo para invertir, no para gastárnoslo en fiestas. Para generar riqueza, riqueza de la que se beneficia toda la sociedad. Pero nada, lo tenemos que hacer todo a pulso. Hay ayudas hoy en día para tantas tontadas e incluso estamos devolviendo ayudas a Europa por no usarlas, así que no entiendo como no se ayuda a los empresarios serios que demostramos bien demostrado lo que estamos haciendo. No me lo explico. No todo pueden ser ayudas sociales gratuitas porque no podemos solo gastar, hay que gestionar bien y ayudar al que invierte, no al que gasta. Con alguna ayuda podríamos invertir mas y mejor, especialmente en equipos y personas que tanto lo necesitan en estos tiempos tan revueltos.
Ustedes tienen un hotel en la aldea del Rocío que de unos años aquí se ha convertido en uno de los lugares favoritos para la celebración de las fiestas navideñas. ¿Cómo se celebran estas fechas en sus establecimientos?
Os diré que, personalmente, yo estoy enamorada del Hotel La Malvasia, rodeado del Coto de Doñana, con la Virgen del Rocío a dos minutos andando y un alojamiento de lujo en todos los sentidos … no hay otro sitio igual. Las fiestas de Navidad las celebramos por todo lo alto.
A nosotros nos gusta especialmente la Navidad. Es una época preciosa y una oportunidad como ninguna para recapitular y dar gracias a Dios, a los equipos y a toda la gente buena que nos rodea por estar ahí con nosotros y darnos lo mejor de sí mismos.
Por eso, en Kaizen Hoteles, vestimos de Navidad nuestros hoteles con muchísimo cariño, a la manera que lo hacen en Nueva York o en Londres, para aportar a la ciudad nuestro grano de arena de belleza y de alegría en estas fiestas tan bonitas.
Los vestimos con decoraciones bellísimas, árboles de Navidad de 5 y 6 m, de altura, detalles en las habitaciones, en los restaurantes, y además organizamos un montón de actividades como el Cartero Real todas las tardes para los niños, la Jacaranda y el Olivo de los Deseos, recolectas de juguetes para los niños de Cáritas, conciertos, meriendas con Roscón de Reyes, etc. Cada año se nos ocurren cosas distintas y más bonitas. Y por supuesto, hacemos cenas muy especiales para Nochebuena y para Fin de Año. Este Fin de Año en La Malvasia por ejemplo lo van a celebrar de manera muy muy especial, que no desvelo porque si no Saray, la directora, ¡me mataría!
Su apuesta es por un turismo de lujo. En el momento que vivimos ¿hay espacio para tantos hoteles de gran lujo como se están abriendo en Andalucía?
A Andalucía le falta oferta de alojamientos de alto nivel. Esa es la verdad. Tenemos mucha oferta de hoteles y gastronomía barata, pero ya no de Gran Lujo, ni siquiera de lujo. No lo entiendo, porque, en Andalucía, lo que tenemos para ver y disfrutar es espectacular, playas, sierras, monumentos, museos, arte, cultura, flamenco, tradiciones, gastronomía, un clima estupendo… todo es espectacular y extraordinario, apto para turistas internacionales de nivel cultural alto. Y sin embargo a la hora del alojamiento nuestra oferta es barata y de calidad muy mediocre.
Es imperativo que hagamos alojamientos a la altura de la oferta turística que tenemos. Si hay oferta habrá demanda.
No nos damos cuenta de lo importante que es el alojamiento a nivel turístico. Le voy a poner un ejemplo: si uno va a visitar una ciudad preciosa, magnífica con mucho que ofrecer, pero el alojamiento es deficiente, por supuesto que uno disfruta de todo lo que le ofrece la ciudad, pero cuando se levanta por la mañana, se vuelve a su país pensando que, vale, ya ha visto la ciudad, la ha disfrutado mucho, pero no vuelve.
Sin embargo, si el alojamiento es estupendo, ha dormido bien y además de encantarle la ciudad ha disfrutado también del Hotel, cuando se va, se va pensando en volver, en traer a su familia o hacer un viaje con sus amigos y lo recomienda a otros.
Eso nos ha pasado todos y sabéis que es cierto. Por eso, con respecto al turismo no solamente nos tenemos que ocupar de tener la ciudad bonita, segura y mantener bien nuestros monumentos, etc. sino que, además, nos tenemos que preocupar de tener alojamientos buenos, no solo para que la gente venga, sino para que la gente regrese y lo recomiende a otros.
Y, por supuesto, si la oferta es buena, también conseguiremos que el turista que viene gaste más y generaremos más riqueza para todos.
La pandemia nos ha cambiado a todos un poco y supongo que también nuestros hábitos a la hora de viajar y de alojarnos en hoteles. ¿Cómo analiza usted el momento actual por lo que se refiere al sector del turismo?
Pienso que el encierro nos ha hecho valorar más nuestras libertades individuales y nuestro tiempo personal. Estar encerrados, no movernos, es vegetar. Viajar, conocer, hacer cosas, es vivir. Me da la impresión de que ahora valoramos más nuestras salidas, nuestros viajes, nuestro dinero… y queremos gastarlo bien. Es decir, lo importante no es lo que cuesta algo, es que te merezca la pena hasta el último céntimo. Algo, por barato que sea, si es una porquería y no te ha hecho disfrutar a tope es dinero mal gastado. Ahora creo que se valora más la excelencia, la experiencia maravillosa, lo que merece la pena, el dinero bien gastado.
Nosotros estamos en el sector del gran lujo que siempre ha tenido muy claro esto. Y estas personas saben que viajar es cultura, disfrute, experiencias y recuerdos que perdurarán siempre – y que, al final, es lo que te llevas. El alojamiento es una parte importante de esa experiencia y de esos recuerdos, por lo que hay que elegir muy bien para obtener el valor deseado.
Espero que hayamos aprendido a descartar lo que no merece la pena y centrarnos en lo importante. En lo que si merece la pena. Y en vivir en lugar de vegetar. Kaizen Hoteles tenemos como objetivo no solo cumplir las expectativas del cliente, sino sorprenderle. Que cuando se vaya, se vaya feliz y con ganas de volver a disfrutar del hotel y de recomendarlo para que otros lo disfruten también.
En nuestros hoteles desde luego estamos notando esto. El hecho de que la gente empieza a no solo querer una cama limpia y una buena ducha, sino que aprecia mucho la belleza, el bienestar, la calidad, el servicio y la experiencia.
Cuesta trabajo encontrar a una mujer al mando de una gran empresa. En su caso ¿esto ha sido una ventaja o un inconveniente?
Hace más de 30 años, cuando empecé a dirigir y expandir empresas había muchos prejuicios. Te subestimaban, acosaban, y, a veces, incluso te sobre estimaban solo por tu dedicación al trabajo o por haber hecho el trabajo bien, como lo habría hecho cualquiera, cosa que, por lo visto, no se esperaban de una mujer. Era complicado.
Pero, sin embargo, hoy en día la situación ha cambiado totalmente. En el ámbito profesional no hay tanto machismo ni tantos prejuicios, las leyes son exactamente iguales para todos, hombres y mujeres y a la persona, en la empresa, se la valora más por sus capacidades, aptitudes y actitudes que por su sexo, especialmente a las personas que llegan a altos cargos. Eso es así, salvando casos excepcionales que siempre los hay en todas partes, pero en general es así. Ya no sorprende ver a una mujer como primer ministro de un gobierno o presidente de una gran empresa. No se la valora por ser mujer, se la valora, al igual que a un hombre, por sus actos y sus resultados.
El problema de que haya pocas mujeres en alta dirección es porque aún, hoy en día, pocas mujeres están dispuestas a priorizar su trabajo frente a sus hijos, familia u otras cosas.
Mire usted, lo único que se necesita para llegar a la alta dirección de una empresa es lo mismo para hombres que para mujeres: Mucho tiempo y mucha dedicación.
Tenemos claro que uno es mejor cuanto más se practica, cuanto más tiempo le dedica al tema que sea. Ya sea un oficio, un deporte, un trabajo, el golf o lo que quieras. Cuanto más tiempo le dediques, más alto llegas. Hasta la llegada de los hijos ambos sexos evolucionan por igual en la empresa. Pero cuando los hijos llegan, las propias mujeres en un porcentaje aún muy alto, eligen quedarse en casa o dedicar gran parte de su tiempo a los hijos. La alta dirección no distingue sexos, pero si elige aquella persona que prioriza su trabajo por encima de otras cosas.
Y no es un tema que se arregle con ayudas sociales. Es un problema de tiempo. El día tiene 24 horas para todos. 8 horas para dormir y las otras 16 las divides como quieras. O se las dedicas prioritariamente al trabajo o se lo dedicas a la familia o mitad y mitad…tú eliges. Puedes elegir, pero el tiempo no se estira y no te lo pueden regalar.
