Ha escrito usted un libro que se llama “Diario de una autónoma”. ¿Realmente trabajar de forma autónoma es la única manera que tiene una mujer para poder conciliar?
Desde mi punto de vista, es la mejor forma de conciliar nuestra vida laboral y familiar, ya que podemos elegir nuestro propio horario y días de trabajo, poder elegir nuestras vacaciones en función de nuestras necesidades familiares. En mi caso, cuando decidí emprender mi propio negocio, tuve la facilidad de poder viajar con mi hijo a todas las reuniones que me surgían, lo que me permitió pasar tiempo con él y poder mantener la lactancia materna hasta que mi hijo cumplió 16 meses. Esta situación como trabajadora por cuenta ajena no hubiese sido viable. Además, si mi hijo enfermaba y debía de llevarlo al médico, o bien, quedarme en casa con él, podía hacerlo sin problema porque podía teletrabajar, o bien, cogerme el día libre.
Son pocas las empresas a nivel nacional que ofrezcan un buen programa de conciliación que favorezca a los trabajadores, aunque algunas hay. Desde mi empresa es una prioridad, por lo que cada trabajador (ya sea hombre o mujer) tiene un horario de trabajo acorde a sus necesidades familiares, que él mismo elige, primando siempre el bienestar de las personas que componen el equipo, facilitando una conciliación real y necesaria.
El principal objetivo del libro es ser una guía de emprendimiento para ayudar a cualquier persona, a desarrollarse profesionalmente por cuenta propia, y como dice el título de este, sin cerrar en el intento. Es una herramienta útil tanto para aquellas personas que están pensando en emprender, como para las que ya tienen su negocio funcionando. En él, narro mi trayectoria como autónoma, con las dificultades que me he encontrado por el camino (entre otras, la conciliación) y como las he ido superando, con el principal objetivo de que sirva de ayuda a todas las personas que se puedan encontrar en las mismas situaciones.
Usted misma es autónoma, pero no siempre fue así. ¿Por qué decidió dar el paso? ¿Lo recomienda?
El principal motivo por el que decidí ser autónoma fue que me permitía pasar más tiempo con mi hijo. Además, ser mi propia jefa me permitía hacer lo que realmente me gustaba y como yo quisiera. Soy una persona inquieta y con muchas ideas en la cabeza, y ser autónoma, me ayuda a desarrollarlas. Me da la oportunidad de desarrollarme como profesional como realmente quiero, sin depender de ordenes de una tercera persona. Yo elijo en cada momento el qué, el por qué, el para qué y el cómo.
¿Lo recomienda? Por supuesto, aunque no es para todo el mundo. Ser autónomo es un estilo de vida que, aunque nos facilita la conciliación, nos permite realizar los trabajos que elegimos y nos da la libertad deseada en cuanto a horarios, aunque también conlleva sacrificios, sobre todo al
principio. Hay que lidiar con la administración, con el temido trimestre y con
los problemas que pueden surgir cuando tenemos trabajadores. Pero, desde
mi experiencia, aunque a veces los autónomos pasemos alguna noche en
vela, merece la pena.
Usted es consultora en materia de protección de datos. ¿Le ha costado mucho trabajo hacerse un nombre en un sector tan masculinizado?
Sí, sobre todo al principio. En un sector donde toda mi competencia era hombres, no terminaban de tomarme en serio. Para poder hacerme un hueco, tuve que esforzarme al máximo para demostrar que era una buena profesional. Recuerdo que mientras que mi competencia firmaba contratos fácilmente, a mí me llevaba más tiempo hacerlo, ya que, para que confiaran en mí, tenía que demostrar mi valía y mi experiencia. A mí se me juntaron dos problemas, el primero ser la primera mujer en mi provincia dedicada al sector, y el segundo, mi edad, comencé muy joven. Recuerdo que estuve el primer año sin parar de formarme para poder llevar mis títulos a las reuniones con mis potenciales clientes, lo que mi competencia no tenía que hacer.
Actualmente somos la empresa de referencia en el sector de la protección de datos y seguridad de la información en mi provincia, Jaén, donde recientemente hemos sido ganadores de los premios AJE Jaén en la categoría de trayectoria empresarial fruto del trabajo realizado en estos 10 años de superación, constancia y profesionalidad. Hemos pasado de ser una empresa dedicada a la privacidad, a ser un grupo empresarial en el que, además, trabajamos la igualdad, los recursos humanos y la formación.
Como presidenta de la Asociación de Empresarias de Jaén. ¿Cómo es el ecosistema emprendedor femenino en su provincia?
Tenemos un ecosistema emprendedor muy diversificado, con profesionales de todos los sectores. Tenemos desde mujeres que dirigen una constructora hasta empresarias que innovan en el sector de la siderometalurgia a nivel internacional.
Lo que, si hemos notado en los últimos años, es que el perfil mayoritario de las nuevas incorporaciones a nuestra asociación son mujeres de más de 45 años. El principal motivo de esta incorporación tardía al tejido empresarial es que deciden emprender una vez finalizada la crianza de sus hijos. Sienten que tienen mayores dificultades para incorporarse al mercado laboral como trabajadoras debido a su edad, por lo que deciden crear su propio puesto de trabajo a través del autoempleo.
A su juicio ¿qué tiene que cambiar para que esa igualdad de la que tanto se habla llegue a ser una realidad?
El concepto de igualdad cada vez está más vigente en las entidades, aunque aún nos queda mucho camino por recorrer. El ejemplo más claro lo tenemos
en el desarrollo de los planes de igualdad en la Administración Pública, dónde la mayoría de los Ayuntamientos aún no lo tienen registrado en Regcom. Por parte de las empresas obligadas a tener un plan de igualdad, observamos que muchas lo toman como un mero trámite administrativo para evitar sanciones, pero no lo aplican en su totalidad.
Creo que la educación a nuestros hijos en materia de igualdad es fundamental para que en un futuro cercano sea considerado lo normal.
