Una revolución de la que tiene que tomar las riendas Andalucía, y en el que la totalidad de nuestra industria tiene que asumir el proceso de digitalización y afrontarlo sin excepciones y desde la seguridad.
Andalucía se posiciona en los primeros lugares de sectores en los que cuenta con una larga trayectoria y siempre ha demostrado tener visión. Pero ahora toca volver a “enseñar los dientes”, porque deben adaptarse a una realidad y entrar en un escenario global en el que participan distintos actores.
Ya saben los que me conocen, que me gusta hacer un recorrido histórico por nuestra región. Para mí es fundamental y necesario mirar hacia atrás. Hacer este ejercicio de retrospectiva me muestra cómo éramos, lo que hicimos y lo que hemos conseguido en el trascurrir y devenir de nuestra historia. Por nuestra tierra han pasado distintas civilizaciones. Gente de otros tiempos que nos han marcado, que nos han enseñado y que nos han hecho lo que somos: trabajado-res, innovadores y a la búsqueda permanente de lo que nos puede dar Andalucía y lo que encontramos en ella.
Una Andalucía en la que, y a pesar de los numerosos acontecimientos que empobreció a nuestra región, y la colocó a la cola de todo, ahora se va situando en el lugar que le corresponde porque los números lo dicen, y es que, en este momento, el sector industrial andaluz, representa más del 15% nacional.
En un momento en el que la tecnología y la Inteligencia Artificial, la conocida “industria 4.0”, está suponiendo una renovación radical en nuestras vidas, también lo está siendo para una industria pujante que comienza a asumir su rol e importancia en un ámbito que traspasa fronteras porque ha conseguido extender la suya propia.
Y para muestra y dar respuesta a esta afirmación, nos servimos de los datos. Y es que los datos nos dan la razón porque, y según el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), ya son más de medio millón las empresas constituidas en nuestra comunidad. Un número que si lo analizamos con detenimiento, nos muestra que de éstas, más de treinta y un mil son las que pertenecen al sector industrial.
No estamos muy lejos de colocarnos en primera línea pero para que esto ocurra se necesitan gran-des inversiones, confianza y apostar por nuevas líneas a desarrollar, y el apoyo incondicional que debe y tiene que venir desde las distintas administraciones.
Está claro que industria y tecnología tienen que hacer la gran revolución desde Andalucía, y por eso es absolutamente imprescindible contar con un respaldo que dé oxígeno a las distintas iniciativas que vienen de
la mano de empresarios y emprendedores que, en numerosas ocasiones, lo arriesgan todo.
Y es que las personas y las industrias ya se están transformando, por lo que se necesita que todos los actores, “vayan de la mano” en este cambio que ya es imparable, y en el que Andalucía debe seguir creciendo, creando empleo y cumpliendo las expectativas que muchos espera de nosotros.
No sólo depende de la voluntad de unos pocos sino de la del conjunto de todos, incluida la sociedad que la compone y que es, finalmente, quien más y mejor se va a ver beneficiada de los resultados que se puedan ofrecer.
Estamos en un momento decisivo. Un momento en el que la industria se encuentra en un punto de inflexión con esa “Industria 4.0” a la que hacíamos referencia y que, muchos ven con cierto escepticismo y desconfianza. Una desconfianza que no en-tendemos porque se están haciendo grandes esfuerzos para lograrlo.
Pero debemos ser más competitivos, para incrementar la industrialización en Andalucía y fomentar el desarrollo innovador y tecnológico de las empresas. Estos, y no otros, son los pilares que pueden sustentar a una industria que está hecha para conseguir el bienestar de todos y, por qué no decirlo y sin caer en un lugar común, hacernos la vida más fácil. Pero también, y esto no podemos olvidarlo, para que la Comunidad Autónoma Andalucía, sea un auténtico referente.
Sí, es cierto, el turismo arroja cifras estratosféricas y Andalucía es el destino escogido por millones de personas que llegan, diariamente de todo el mundo; por eso es importante recordar que no hace mucho, apenas tres años, una pandemia “paralizó”, o eso creíamos, nuestra fuente de ingresos.
Así que, es apremiante que de verdad “pongamos las cartas sobre la mesa” y establezcamos un verdadero plan de acción. Un modelo novedoso, estudiado y en el que de verdad seamos capaces de encontrar nuestras debilidades y amenazas, ya que desde la fortaleza, esa que venimos demostrando desde tiempo inmemorial, es la que nos ayudará a encontrar grandes oportunidades. Los andaluces hemos comenzado numerosas veces, y si no, ahí está la Historia para dar fe. Hemos superado miles de obstáculos, pero nunca hemos estado en un momento tan trascendental y decisivo como este. Un nuevo punto de partida en el que empezar, pero siendo “cabeza de león” y conscientes de cuánto nos estamos jugando.
Esta es una ocasión que no podemos desaprovechar, y no podemos hacerlo porque, y para que lo entendamos mejor: Este tren lo tenemos que coger; no lo podemos dejar escapar porque es nuestra oportunidad. Una oportunidad excepcional en la que por supuesto, vamos a saber reconocer estas debilidades que conforman nuestro propio DAFO, y que son las que nos permitirán progresar y seguir creciendo.
Y lo haremos con total seguridad, sin miedo y juntos porque esta, y no otra, es la manera de mirar de frente a un cambio en todas las estructuras de nuestra industria, y del que se espera lo mejor de Andalucía.