Como Gerente de Sach, nos gustaría conocer, en líneas generales, ¿cuál es la misión principal de la empresa y cómo se alinea con las necesidades ambientales actuales?
Nuestra empresa Servicios Ambientales Las Chozas (Sach), comenzó su actividad en el año 2013, nos dedicamos a la transformación de los restos vegetales de hortícolas que se generan en los invernaderos de Almería y de los destríos en el proceso de manipulado para transformarlo en compost. Este producto se vuelve a distribuir a los distintos productores de la zona para volver a producir productos hortícolas, por lo tanto, es un exponente total de la bioeconomía circular.
Todo esto teniendo unas garantías ambientales, por ello, somos gestores autorizados por la Junta de Andalucía, en el cual se controla que los procesos respetan el medio ambiente y no generan problemas ambientales.
¿Cómo valoran su trayectoria? ¿Cómo han transcurrido estos últimos años para la empresa?
La trayectoria ha sido compleja, porque es un sector muy específico. Los restos vegetales en cantidades, intensidad y con las características que hay aquí, no lo hay en ninguna otra parte del mundo.
Cuando Sach empezó a operar, nos encontramos con muchas dificultades, entre ellas la presencia de un tutor, un hilo plástico, que lleva el residuo vegetal y que hay que retirar. Hemos tenido que desarrollar sistemas de tratamiento, de triturado, de volteo y de cribado específicos con nuestra carga y nuestro personal.
Hemos conseguido tener un proceso controlado y ahora estamos trabajando para cumplir unos requisitos legales más específicos que marca la administración.
A partir de septiembre no podremos recibir residuos vegetales con rafias plásticas, solo rafias biocompostables o biodegradables, o que el agricultor retire el tutor de polipropileno antes de traerlo a nuestro centro. Por ello, en este último año también hemos trabajado mucho en difusión, en información, en prueba de materiales, en ensayos de compostaje, etc.
Hemos trabajado para dar información al agricultor de las distintas formas que tiene de proceder. También hemos estado desarrollando una serie de grupos operativos de productos de investigación que queremos continuar en el futuro.
Concretamente, me hablaba de los agricultores, por ejemplo, pero ¿con qué tipo de industrias o sectores suelen colaborar estrechamente y en su práctica habitual?
Fundamentalmente trabajamos con el agricultor y, de forma anexa, también con los centros de manipulación, sobre todo cooperativas y empresas que se dedican a la comercialización de productos hortofrutícolas, todo el producto que está fuera de norma o que ha sufrido un golpe o no es susceptible de ser manipulado y transportado para la alimentación, nosotros lo transformamos también en compostaje.
Asimismo, ¿cómo ve usted el papel de la ingeniería ambiental y de Sach en particular en la adaptación y mitigación del cambio climático en los próximos años?
Consideramos que hay un potencial muy grande. Ahora mismo la ingeniería ambiental y todo lo relacionado con la estabilización de ambientes orgánicas y la economía circular y, sobre todo, la bioeconomía circular, con productos orgánicos va a permitir generar nuevos productos, que van a tener un valor añadido máximo.
Hay dos vías muy importantes, la bioestimulación va a ser fundamental para la agricultura para seguir produciendo con mejor calidad y con menos coste. Todo lo que es la mejora del suelo, a través de enmiendas orgánicas, va a ser una nueva revolución para la horticultura. También es cierto que nuestros centros, como son grandes centros logísticos, nos van a permitir distribuir distintas biomasas de distintos tipos a otras funciones que pueden ser interesantes. Entre ellas, la biometanización de forma directa.
Actualmente estamos trabajando con un proyecto para desarrollar una planta de biometanización, a través de restos vegetales. También otros biomateriales que se pueden producir a través de la biomasa que se genera en el sector productivo primario de Almería.
Muchas veces estas soluciones, como alimentación animal, granjas de insectos, biopolímeros, etc. El problema que hay es que logísticamente es muy difícil manejar residuos, porque el productor no genera el residuo para cuando lo necesita esa fábrica. Nosotros sí que podríamos hacer un cribado y una selección por nuestra masa crítica mayor y derivar a cada aplicación la biomasa que es más interesante para su proceso productivo. En este aspecto tenemos un potencial bastante gran los próximos años.
En este sentido, como ingeniero y gerente, ¿cuáles son los próximos desafíos profesionales que le gustaría abordar en el ámbito de la sostenibilidad y la ingeniería ambiental? ¿Cuáles son, en línea general, los objetivos tanto de la empresa como de usted a nivel profesional?
Fundamentalmente va relacionado con lo que comentaba anteriormente. En primer lugar, tener la capacidad de análisis, tanto de las características físico-químicas de cada biomasa, como de su régimen de producción a lo largo del año, para poder suministrar a otras cadenas de máximo valor añadido.
Por otro lado, también diseñar y establecer los equipos que necesitamos para procesar esta biomasa y que pueda ser susceptible de valorizar energéticamente a través de la energía química, a través de la biometanización. También buscamos la estabilización de los restos vegetales para poder suministrar de forma homogénea a los centros de biometanización. Sobre todo, consideramos fundamental la mejora de tanto la fracción líquida como la fracción sólida que sacamos en nuestro proceso de valorización.
La biotecnología creo que es un reto muy importante de diseño de biofertilizantes que se pueden diseñar exprofeso para las características del suelo de cultivo y cada tipología de cultivo. En Almería contamos con un gran potencial para este sector.