Esta empresa se ha posicionado como un estudio de referencia en el ámbito de la arquitectura. Cuéntenos, ¿cómo nació el proyecto y cuál ha sido la filosofía que lo guía desde sus inicios?
El proyecto nació a partir de la conexión y las sinergias entre los tres socios fundadores. Cada uno de nosotros se formó en distintas escuelas de arquitectura en España: Jaime Daroca y José Mayoral en Sevilla, y yo en Madrid. Posteriormente, adquirimos experiencia internacional trabajando en Suiza, Reino Unido y Estados Unidos en estudios de referencia como Herzog & de Meuron, Rafael Moneo, E2A, Sergison Bates o David Chipperfield. Durante un máster de dos años en la Universidad de Harvard comenzamos a colaborar de manera más intensa, inicialmente en trabajos académicos y posteriormente en concursos con proyección profesional.
Tras completar nuestros proyectos individuales en distintos países —Jaime en Nueva York, José en Santiago de Chile y yo en Londres— decidimos regresar a España para crear un estudio propio que reflejara nuestra experiencia internacional combinada con una visión local. Desde el inicio, nuestra filosofía ha sido integrar innovación, sostenibilidad y un enfoque humano en la arquitectura, buscando proyectos que generen impacto positivo en el entorno y en la sociedad.
¿Qué diferencia a PRÁCTICA de otros estudios de arquitectura y cómo definen ese sello propio, qué imprimen y qué proyectan en cada proyecto?
Lo que nos distingue es nuestra identidad como estudio español con base en Sevilla, pero con ambición internacional. La experiencia de trabajar en diferentes países nos ha permitido combinar la sensibilidad local con enfoques globales. Buscamos siempre aportar valor a través de la arquitectura, entendiendo cada proyecto como un espacio único que integra innovación, funcionalidad y contexto cultural. Trabajamos tanto para clientes públicos como privados, lo que nos obliga a ser flexibles y adaptables, aplicando conocimientos aprendidos en distintos entornos. Esta combinación de experiencia local e internacional nos permite crear proyectos con una visión transversal, capaces de enriquecer la arquitectura española y de aprender de los marcos internacionales.
Andalucía está viviendo un gran dinamismo en lo que es el sector de la construcción y de la vivienda. ¿Qué papel juega la región dentro de su actividad y cómo influyen sus particularidades en el desarrollo de proyectos?
Nuestro trabajo en Andalucía es muy diverso, abarcando diferentes escalas y programas. Desde el inicio, nos hemos centrado en concursos públicos y licitaciones de la administración, que nos permiten tener un impacto amplio. La vivienda pública y los espacios urbanos generan beneficios tangibles y visibles en la sociedad. Además, hemos desarrollado proyectos privados de vivienda colectiva y unifamiliar, tocando todas las ramas de nuestra especialidad.
Actualmente, estamos finalizando un edificio de 125 viviendas en Sevilla, en colaboración con “Daroca Arquitectos”, para la empresa pública municipal de la vivienda de Sevilla. También hemos desarrollado un proyecto de 116 viviendas en Málaga, ganado en un concurso de 2017 que incluye cinco edificios en una parcela destinada a usos mixtos con vivienda pública, privada y equipamientos. Aunque el proceso ha sido lento, hemos completado el proyecto de ejecución y esperamos que la construcción comience pronto.
Andalucía representa para nosotros un marco estratégico de trabajo y crecimiento. Su dinamismo económico y la calidad humana de su población nos motivan a invertir esfuerzo y talento en la región, generando oportunidades que creemos necesarias para el desarrollo local.
Sin duda, es maravilloso que personas tan formadas como vosotros reviertan ese conocimiento e inversión en su tierra.
Así es. Para nosotros era fundamental volver a nuestra región, aplicar lo aprendido en el extranjero y generar un impacto positivo en nuestra comunidad. Queremos que nuestra experiencia sirva para abrir oportunidades similares a las que nosotros hemos tenido y contribuir a mejorar el entorno desde la arquitectura.
Por otro lado, el sector de la construcción y la arquitectura atraviesa una etapa de transformación marcada por la innovación y la sostenibilidad. ¿Cómo se refleja esto en su trabajo diario?
Desde la crisis de 2008, la arquitectura en España ha tenido que adaptarse a nuevas condiciones económicas y sociales. Esto nos ha llevado a replantear cómo trabajamos con clientes y consultores, adoptando un enfoque más integral, sostenible y colaborativo. Hoy cada proyecto se analiza profundamente antes de su ejecución, considerando no solo la funcionalidad y la estética, sino también el impacto social, ambiental y climático.
Aplicamos estrategias pasivas para mejorar la eficiencia energética de los edificios y diseñamos espacios que fomenten la habitabilidad y el bienestar de los usuarios. La arquitectura se convierte así en una herramienta para mejorar la calidad de vida y el entorno urbano, y no solo en un objeto estético.
De cara al futuro, tanto nacional como internacionalmente, ¿qué objetivos estratégicos o líneas de trabajo se marcan para seguir creciendo y consolidando la posición del estudio?
Nuestro objetivo es consolidar nuestra posición en Sevilla, Andalucía y España, trabajando con clientes privados y participando activamente en concursos públicos. Internacionalmente, hemos iniciado proyectos en Europa del Este, donde nuestra arquitectura española es muy valorada. Uno de nuestros proyectos más relevantes fue la regeneración fluvial del río Someș en Cluj-Napoca, Rumanía, que ganó premios importantes, como el Premio Andalucía 2024 y el Colegio de Arquitectos de Sevilla 2025.
Actualmente desarrollamos proyectos de gran escala en Europa del Este, tanto públicos como privados. Estos mercados permiten aplicar nuestra experiencia y aprender de errores pasados en urbanismo y desarrollo urbano, generando un impacto positivo y exportando nuestra formación y metodología de trabajo. Nuestro compromiso es mantener un equilibrio entre consolidar nuestro trabajo local y expandirnos internacionalmente, siempre con una arquitectura de calidad, sostenible y con impacto social.