Su actividad es muy diversa pero todo se integra en torno a la sostenibilidad. ¿Cuáles son los productos principales que AGQ Labs ofrece al resto de las empresas?
AGQ Labs lleva operando más de 30 años y lo que hemos intentado mantener es nuestra esencia, el denominador común de toda nuestra actividad que es que somos un centro tecnológico que aporta a sus clientes soluciones de valor en el ámbito del control y la inocuidad, centrándonos sobre todo en los análisis químicos y microbiológico, que complementamos con diferentes asesorías de alta especialización en el ámbito en el que nos movemos. Lo que tratamos de evitar es la consultoría genérica, preferimos centrarnos en una asesoría muy especializada y que aporte valor.
Comenzamos, en 1993, con la agricultura, en 1998, motivados por la demanda y las necesitades de nuestros propios cliente, agregamos el área de alimentación, de ahí saltamos al sector medioambiental, después a la minería y recientemente hemos aterrizado en el sector farmacéutico. Ha sido posible porque teníamos el equipamiento y la especialización técnica.
A su presidente, Estanislao Martínez, le gusta decir que la empresa que se creó en los años 90 es una multinacional de pueblo. ¿Por qué? ¿Por qué tienen ese concepto?
Parte de nuestra cultura está en tener un organigrama muy horizontal. Huimos de un organigrama vertical. Nos gusta contar con la participación de todos los profesionales, que trabajan en esta compañía para que se sientan partícipes de su progreso y de su avance.
Personalmente creo que muchos de nosotros trabajamos aquí justamente por ese espíritu. Es la esencia de lo que es la compañía y lo que le ha hecho ganar. Por otro lado, ese espíritu de “pueblo” nos recuerda siempre que por muy internacionales que aseamos, no podemos perder el foco de lo local.
La masa laboral de AGQ Labs es muy considerable y sigue creciendo. ¿Es una buena opción para los jóvenes quieran labrarse un futuro en el sector?
Ahora mismo AGQ Labs tiene alrededor de 1.200 trabajadores en todo el mundo, en España unos 300. La mayoría de la plantilla está compuesta por mujeres que, además, están presentes en toda la línea jerárquica. Tenemos un personal muy joven, unos 35 años de media y requerimos un personal muy especializado al que se compensa adecuadamente haciéndonos una compañía más atractiva que otras, aunque, a menudo, nos cuesta mucho encontrar empleados muy cualificados.
Una de las particularidades que hacen atractiva a nuestra compañía es la posibilidad de participar en proyectos internacionales desplazándose por algún tiempo a los países donde tenemos implantación. Muchas de las personas que han trabajado con nosotros han sido expatriados. Yo mismo he vivido en Perú y en Chile con mi familia.
La tecnología y la innovación es la base de su trabajo, lo que requiere de mucha inversión y también de la formación adecuada.
Este es un tipo de negocio muy demandante de inversión. Tenemos que invertir continuamente, año tras año, importantes cantidades de nuestra facturación para renovación tecnológica, porque la tendencia regulatoria es cada vez más exigente. Contar la mejor tecnología hoy en día es un “must”, tanto por la presión ejercida de los propios mercados como por la ejercida por las grandes multinacionales del sector.
Por poner un ejemplo concreto en el ámbito formativo tenemos desde hace tiempo una estrategia balanceada donde intentamos depender menos de mantenimiento externo y eso nos obliga a fomentar la formación interna del propio personal. Por otro lado tenemos un perfil de profesional en el ámbito agronómico con una altísima especialización en fertiirrigación.
La internacionalización es una de las características de su empresa. ¿Cuál ha sido la evolución en este sentido y qué planes de futuro tienen?
Nuestra expansión es bastante peculiar. Comenzamos dando servicio, sobre todo en los ámbitos agronómico y alimentario, de una manera muy estacional lo que provocaba que toda nuestra actividad se concentrara en pocos meses del año. Entonces pensamos que en el otro lado del mundo las estaciones eran al contrario y por eso nos fuimos a Chile intentando buscar esa desestacionalización. Al principio mandábamos las muestras a España para su análisis, pero empezamos a crecer rápidamente, sobre todo en el ámbito de la nutrición vegetal, y decidimos abrir un laboratorio en Chile. Eso fue el principio y siguiendo esta senda y buscando lugares afines con un mix de costumbres, idioma y riesgo país llegamos a Perú, Estados Unidos, México, Costa Rica, República Dominicana, Colombia. En otros países trabajamos con partners como en Ecuador, Argentina. También trabajamos en Italia, Portugal, Marruecos, Sudáfrica y Arabia Saudí.
Buscamos siempre lugares que nos den seguridad, garantías y complementariedad. Europa podría ser un emplazamiento interesante en el futuro, aunque estamos mirando otras geografías.
Nuestro plan es fortalecer el posicionamiento internacional a través de nuestras tres vías de crecimiento: a través de lo que tenemos, a través de proyectos orgánicos que financiamos y desarrollamos con medios propios y a través de adquisición de otras empresas.
Respecto a las áreas en las que trabajáis y centrándonos en la agricultura y la alimentación. ¿Qué soluciones aportáis desde AGQ Labs sobre todo en torno a la gestión racional del agua?
Creo que en esta área es donde tenemos una mayor capacidad de desarrollo, de aportar soluciones de valor. Hay un gran debate sobre una agricultura intensiva que está llevando a ciertas situaciones de sequía o de déficit de agua. Hay un desafío enorme porque hay una escasez de agua importante en todos los cultivos.
Nosotros aportamos una solución donde analizamos cómo se van trasladando en cada momento los nutrientes en los perfiles radiculares de las plantas, evitando, en primer lugar, pérdidas de fertilizante fuera del ámbito la planta. Es una medida medioambiental muy interesante porque, por un lado, se minimiza el aporte de nitratos a los acuíferos, que es un gran problema, y por otro nos permiten ajustar exactamente nutrición y riego para que la planta tenga exactamente los nutrientes y el agua que necesita. Cuando no tienes esta tecnología lo que haces es trabajar a ojo y no tienen ningún control de lo que realmente está sucediendo.
Las aplicaciones son importantes también a nivel de la industria y la minería que son dos sectores que están haciendo un enorme esfuerzo en sostenibilidad?
Trabajamos estrechamente con casi todas las mineras que hay en España y en otros países como Perú, Colombia y Chile. Ofrecemos soluciones que van desde los planes de vigilancia ambiental, donde simplemente controlamos que su afección al medio ambiente sea la mínima, la que está regulada en su normativa, y, por otro lado, desarrollamos proyectos que lo que buscan es optimizar el impacto de sus vertidos y de sus residuos mineros a través de estudios de geoquímica ambiental muy especializados.
Otro de los sectores implicados en este tipo de planes es el energético que ahora mismo está viviendo una auténtica revolución en Andalucía.
En este ámbito aportamos soluciones relacionadas con planes de control ambiental, básicamente en torno a las plantas fotovoltaicas.
Hay grandes compañías en el mercado que están y tienen que vigilar la afección del medio ambiente sobre todo que vertidos de residuos sean acordes a la legislación. Ahí es donde nosotros ofrecemos nuestro servicio, a través de la tecnología aplicada a planes de control ambiental. Cualquier industria está obligada a tener un plan de control ambiental y estamos en casi todas.
Por otro lado estamos trabajando con los residuos, haciendo algunos proyectos que permitan convertirlos en un subproducto que se pueda comercializar y evite llevarlos a un vertedero. Lo que buscamos es crear un producto diferente con cierto valor comercial. A diferencia de los servicios de plan de control ambiental, más comoditizados, los servicios de residuos presentan un perfil más diferenciador y con un impacto muy interesante.
Este año tienen la previsión de llegar a los 90 millones de facturación, pero parece, según declaraciones que he podido escuchar en diferentes foros y eventos que el techo de 200 millones puede ser un punto de inflexión, por ejemplo, para su salida a bolsa.
Yo creo que ya estamos aplicando políticas muy diferentes a las que aplicamos hace cinco años en ese mix de forma de crecer.
En cuanto al crecimiento orgánico, estamos en lo que es el mercado, en torno al 7-8% anual.
Por otra parte, están los proyectos que llevamos a cargo con nuestros propios recursos, . En este año, por ejemplo, estamos poniendo un laboratorio en Agadir (Marruecos) totalmente construido y desarrollado por nosotros, otro en República Dominicana y otro en Trujillo, en Perú. Son proyectos que requieren mucho esfuerzo y que son lentos.
Y finalmente respecto a la adquisición de compañías, el crecimiento que permite es directo (al incorporar el fondo de comercio ya existente). Sin duda puede ser en el corto plazo el mecanismo más demandante, pero en el medio y largo es muy interesante. Con esta estrategia, no sólo buscamos fondo de comercio, también intentamos poner el foco en empresas que tengan capacidades de valor que nos complementen.
Lo que estamos buscando un equilibrio adecuado entre estos tres componentes de crecimiento. Yo creo que el año que viene podemos estar perfectamente superando 100 millones y posiblemente antes del 2030 podríamos estar los 150 millones, aunque dependerá de muchas cuestiones ajenas de nuestro control.
No tengo tan claro que eso sea realmente un cambio de rumbo. Yo creo que el cambio de rumbo ya lo estamos dando y el enfoque es no poner un límite.
Lo que se tienen ustedes son numerosos reconocimientos, incluido el Premios Tribuna de Andalucía de este año. A parte de los números ¿cuánto hay de satisfacción personal y empresarial?
En el mercado que nos movemos hay grandes competidores a los cuales respetamos muchísimo. Nosotros somos una empresa más pequeña, pero nos sentimos una parte relevante del mercado.
Con nuestros casi 100 millones y apostando a duplicarlos en la brevedad posible, creo que estamos rellenando una parte del mercado donde nos sentimos cómodos. Somos capaces de mantener la esencia, nuestra cultura, nuestra forma de entender el negocio, los valores de la compañía durante todo este periodo. Yo creo que todo esto es muy importante. Queremos crecer sin perder esa esencia que nos ha llevado hasta aquí.