Estamos elaborando un mapa de titulaciones dinámico para que las universidades, dependiendo de sus capacidades, puedan adaptarse a las demandas del sector productivo con mayor agilidad
¿Cuáles son las líneas maestras que quiere imprimir en esta Consejería?
Esta consejería que es de Universidad, Investigación e Innovación, y que además tiene la competencia de emprendimiento, es, en cierta medida, el círculo virtuoso de todo lo que tiene que ser la sociedad del conocimiento. Desde la consejería queremos que las universidades puedan cumplir con la misión que tienen encomendadas, y que constituyan ese elemento dinamizador de la cultura, de la formación y de la investigación que necesita Andalucía. También queremos trabajar con el sector empresarial en todo lo que abarca el ámbito de la innovación. De tal forma que, con la innovación empresarial, junto con la formación y la investigación logradas en las universidades, consigamos sentar las bases de una Andalucía que cuente con una gran cantidad de empresas tecnológicas y startups que generen empleo de calidad. Es una línea estratégica que no se improvisa y que tiene unos resultados a medio y largo plazo, pero que resulta crucial potenciar para alcanzar el desarrollo deseado.
Parece que existe una incongruencia cuando hablamos de empleo. Vemos cómo la tasa de paro disminuye poco, pero también vemos empresas que afirman no encontrar personal cualificado ¿Siguen las universidades una vía despegada a la de la consejería y las intenciones anteriormente mencionadas?
En primer lugar, he de decir que la colaboración entre las universidades andaluzas y el sector productivo andaluz es muy buena. A través de estructuras como la Corporación Tecnológica de Andalucía o la propia labor que se realiza desde las universidades y el sector productivo se están alcanzando grandes logros, como, por ejemplo, importantes patentes. De hecho, hay datos que afirman que vamos por el buen camino. Por supuesto, hay que trabajar aún más y mejor, pero se está trabajando en ello y creo que tenemos que transmitir que existe realmente una muy buena relación universidad-empresa.
En materia de formación, nos hemos encontrado con que, desde 2010, hemos tenido congeladas las ofertas de titulaciones por parte de las universidades andaluzas. Por ello, estamos elaborando un mapa de titulaciones dinámico para que las universidades, dependiendo de sus capacidades, puedan adaptarse a las demandas del sector productivo con mayor agilidad. Asimismo, no podemos olvidar la gran labor de las universidades para formar a personas altamente maleables con el objeto de que puedan adaptarse al mercado laboral versátil e incierto actual.
Las notas de corte para entrar en Medicina son muy altas ¿No considera que estemos desperdiciando a un gran número de personas con vocación real?
Sí, seguro. Sin embargo, el problema radica en que no es viable formar a más médicos de los que el sistema puede absorber porque, entonces, estaríamos generando bolsas de frustración importantes a la finalización de la carrera. Medicina, al igual que otros grados de ciencias de la salud, tiene un gran prestigio social, por lo que la demanda es muy alta y, por tanto, la nota de corte –que fluctúa según la oferta y la demanda– sube.
Acabamos de poner en este curso la titulación de Medicina en Almería y Jaén, que ha supuesto la oferta de 120 nuevas plazas; además, ofreceremos 106 nuevas plazas entre aquellas universidades que ya cuenten con facultad de Medicina; también cabe destacar que estamos intentando ofertar para el curso 2024-25 el grado de Medicina en la Universidad de Huelva. Por otra parte, no podemos olvidar que, cuando hablamos de medicina o cualquier otra titulación, no hablamos de estudiantes de Andalucía, sino de estudiantes de cualquier parte de España; pero insisto, lo que no nos puede pasar es que tengamos un overbooking de profesionales que evite un desarrollo profesional y genere frustración.
No obstante, es cierto que algunas comunidades autónomas, como es el caso del País Vasco, no encuentran médicos. Esto ocurre, desgraciadamente, por las propias condiciones laborales de los profesionales de la salud, las cuales suelen ser fácilmente superables por otros países. En efecto, son más de 20.000 médicos españoles lo que han solicitado licencia para trabajar en el extranjero, lo que pone de manifiesto que el problema no reside en el número de egresados, sino en la calidad de las condiciones laborales. Es por eso por lo que, desde la Junta de Andalucía, estamos trabajando en la fidelización de los profesionales, en la mejora de los contratos de temporalidad breve y en la maximización de la estabilidad. A su vez, desde la Consejería de Salud se ha pedido reiteradamente un aumento de las plazas MIR, puesto que, por muchos estudiantes de medicina que nosotros generamos, si el MIR no aumenta el número de sus plazas, nos enfrentaríamos a un cuello de botella considerablemente problemático.
Durante la pandemia pudimos ver el gran talento investigador e innovador que hay en Andalucía ¿Por qué se produce también una desbandada de investigación para otros lugares? ¿Qué estrategias persiguen para evitarlo?
Actualmente estamos trabajando con la base reguladora de convocatoria de personal postdoctoral y alto nivel postdoctoral, que son las Emergias, para incluir un compromiso de estabilización. De forma que, se vayan al extranjero a ampliar conocimientos, pero que podamos garantizar el retorno y no solo que vuelvan, sino que tengan garantía y estabilidad. También queremos incluir en los contratos postdoctorales un compromiso por parte de las universidades a ofrecerles una plaza de ayudante-doctor o la que haya en su momento.
De este modo, si cumplen con todos los requisitos y van a un concurso público por mérito y capacidad, pueden quedarse. En el caso de los Emergias, queremos que haya un compromiso también de estabilización en figuras de mayor categoría. Lo que no podemos hacer, sin duda, es generar bolsas de frustración, no podemos dejar a profesionales muy buenos a la deriva porque no hay oferta.
Usted es, a su vez, consejero de todas las universidades concertadas y privadas ¿Cómo casa esto con la universidad pública?
Es muy fácil, casan si hay calidad. El requisito principal que pedimos a las universidades andaluzas es que nos garanticen que lo que ofrecemos a los jóvenes y a sus familias es una formación de calidad y prestigio. Hemos de garantizar que contamos con universidades reales y no con escuelas. Es decir, que contamos con instituciones académicas que hacen e invierten en investigación y en transferencia de conocimientos, que es lo que les diferencia del resto. Por ello, trabajamos por tener unos controles de calidad estrictos de la actividad docente e investigadora, tanto para las públicas como para las privadas. Los títulos son evaluados y se garantiza si se cuenta con el profesorado adecuado y con las instalaciones idóneas.
Bajo mi punto de vista, son dos sistemas entre los que no se puede hacer diferenciación, puesto que se complementan y retroalimentan positivamente. Eso sí, para que podamos decir que el sistema universitario andaluz es de gran calidad, ambos deberán jugar con las mismas reglas y con los mismos parámetros de calidad.
“El requisito principal que pedimos a las universidades andaluzas es que nos garanticen que lo que ofrecemos a los jóvenes y a sus familias es una formación de calidad y prestigio”
Andalucía ha sido líder en la lucha por una universidad pública y gratuita ¿Seguirá usted esta línea?
Sí. Vamos a seguir manteniendo el modelo europeo de gratuidad para que nadie deje de estudiar por un motivo económico y así nos aseguramos de poder garantizar la igualdad de oportunidades. Ahora bien, es una enseñanza superior gratuita siempre que el alumno apruebe; de lo contario, tendrá que abonar las cuotas correspondientes.
