Jordi, ¿podría presentarnos brevemente la trayectoria de Bilba y su posición actual dentro del sector de la construcción?
Bilba nace como una constructora local en Málaga, cercana al cliente y muy enfocada en la calidad. Con el tiempo damos el salto para convertirnos en un referente en Andalucía, integrados en un grupo empresarial sólido como Sinerba, lo que nos aporta músculo operativo y capacidades complementarias. Estamos especializados en edificación y trabajamos tanto con clientes públicos como privados. En los últimos años hemos avanzado en nuestra expansión geográfica hacia zonas estratégicas fuera de Andalucía, con presencia en Madrid y Canarias —donde contamos con delegación propia— para acompañar a promotores y clientes corporativos e instituciones públicas con el mismo estándar de rigor, cumplimiento y transparencia.
En un mercado tan competitivo, ¿qué diferencia a Bilba de otras constructoras y cuáles son sus principales valores distintivos?
Bilba no es la constructora al uso. Nos definimos como agentes de cambio dentro del sector, porque invertimos en I+D, trabajamos con metodologías colaborativas como BIM, IPD y Lean, y apostamos por la innovación tanto en la relación con nuestros clientes como en la gestión interna de cada proyecto. Otro rasgo distintivo es nuestra apuesta por la industrialización, especialmente en proyectos residenciales plurifamiliares, incorporando soluciones que aportan certeza en plazo, coste y calidad.
Además, el hecho de formar parte de un grupo constructor-promotor con empresas especializadas nos permite ofrecer un servicio integral que abarca desde la promoción y el diseño hasta la ejecución, el equipamiento y el mantenimiento, siempre con criterios de eficiencia energética. A todo ello se suma nuestra especialización en residencial de gran escala, un segmento en el que hemos consolidado una posición de referencia gracias al rigor técnico, la fiabilidad en la entrega y la transparencia.
En definitiva, somos innovación al servicio de la construcción colaborativa, con la fortaleza de un grupo sólido y la cercanía de un socio de confianza.
La innovación y la digitalización están transformando el sector. ¿Qué avances o metodologías está aplicando Bilba en sus proyectos?
Como he comentado en el punto anterior, nuestra apuesta por la innovación es transversal: no solo en la relación con el cliente, también en los procesos internos. En obra aplicamos una combinación de metodologías y tecnología que nos aporta más certidumbre en plazo, coste y calidad. Trabajamos con un enfoque BIM de principio a fin, apoyado en un CDE (entorno común de datos) que centraliza la información, facilita la coordinación multidisciplinar y habilita la planificación y la medición con trazabilidad. Sobre esa base, impulsamos la industrialización en residencial plurifamiliar —especialmente en esquemas de colaboración público-privada—.
Más recientemente, estamos desplegando metodologías Lean con Last Planner® para reducir la variabilidad, estabilizar la producción y ganar fiabilidad en plazo y coste. Además, aplicamos simulaciones digitales, junto con captura de realidad, para realizar control de calidad digital y verificaciones previas a la entrega. Hace dos años pusimos en marcha una colaboración con la Universidad de Málaga a través de la Cátedra Bilba, orientada a investigar y transferir al mercado soluciones de arquitectura industrializada. El objetivo es claro: acelerar la respuesta a la escasez de vivienda con sistemas más eficientes, sostenibles y accesibles, desde la evidencia técnica y la colaboración público-privada.
La sostenibilidad es ya un requisito imprescindible en la edificación. ¿Qué medidas está impulsando la compañía para reducir el impacto ambiental y avanzar hacia un modelo más eficiente?
Para nosotros la sostenibilidad es un criterio de decisión en Bilba, no un añadido. Actuamos en tres frentes claros para reducir impacto y ganar eficiencia. En primer lugar, actuamos desde el diseño con BIM, lo que optimiza cantidades y evita reprocesos, reduciendo la huella de carbono desde el origen.
En segundo lugar, acompañamos a los clientes en objetivos de LEED, BREEAM o WELL cuando buscan certificaciones, priorizando medidas de ahorro con mejor retorno.
Y, como tercer punto, planificamos acopios y logística para minimizar traslados, segregamos residuos en origen y potenciamos su valorización. Todo esto lo reforzamos con el trabajo de nuestro departamento de I+D, orientados a investigar y trasladar a obra soluciones para construir mejor, con menos impacto y más valor en el ciclo de vida del edificio.
En cuanto a clientes y proyectos, ¿qué tipologías concentran actualmente la mayor parte de la actividad de Bilba?
La mayor parte de nuestra actividad se concentra en residencial plurifamiliar de gran escala, trabajando con promotores de primer nivel en Andalucía, Madrid y Canarias, y aplicando industrialización cuando aporta valor para dar certeza en plazo y coste.
Un pilar adicional es la obra pública orientada a vivienda asequible, donde contamos con experiencia contrastada en sistemas industrializados, especialmente steel frame, además de hormigón prefabricado y madera estructural. Estas soluciones nos permiten acelerar plazos, asegurar calidad y reducir impacto ambiental, manteniendo la trazabilidad de costes. Junto a ello, mantenemos un peso relevante en hoteles (obra nueva, reformas integrales y reposicionamientos).
Y, por último, somos referentes en el segmento residencial de lujo, con años de experiencia en proyectos de alta gama en la costa, donde la excelencia en acabados y la coordinación de oficios nos hace diferenciales.
Andalucía vive un momento de dinamismo en materia de construcción y desarrollo urbano. ¿Qué papel desempeña Bilba en este contexto regional?
Andalucía necesita más vivienda, mejor y antes, especialmente asequible, y ahí es donde Bilba actúa como tractor de oferta: estructuramos operaciones con promotores y administraciones, organizamos la producción para acortar plazos, dar certeza de coste y asegurar la calidad.
El objetivo social: poner casas en el mercado con criterios de accesibilidad, eficiencia y confort, allí donde la demanda es más intensa. Y, como parte de Sinerba Holding, grupo de referencia, contamos con la capacidad industrial, financiera y organizativa para hacerlo realidad.
De cara al futuro, ¿cuáles son los principales retos y objetivos estratégicos que se marca Bilba para consolidar y expandir la presencia de la constructora?
Aquí miramos al futuro con objetivos muy claros: crecer donde aportamos más valor, poner más vivienda en el mercado y hacerlo con más certeza y menos huella. Eso significa escalar la vivienda, especialmente la asequible, de manera repetible, consolidando nuestra presencia en Andalucía, Madrid y Canarias a través de grandes acuerdos privados y de la colaboración público-privada, con especial foco en proyectos plurifamiliares que nos permitan replicar soluciones y acortar plazos.
También buscamos impulsar la industrialización de forma escalable, estandarizando sistemas como el steel frame, el hormigón prefabricado o la madera, y avanzando hacia una logística sincronizada que aporte mayor previsibilidad en coste, plazo y calidad. Otro de nuestros retos es alcanzar la excelencia operativa y digital, desplegando metodologías como Lean/Last Planner® en todas las obras, gestionando con indicadores clave de rendimiento —como fiabilidad de planificación, variación de costes o ausencia de accidentes— y promoviendo el aprendizaje continuo entre equipos. La descarbonización es igualmente prioritaria: queremos reducir la huella de obra y de materiales, además de potenciar la circularidad.
En paralelo, trabajamos en desarrollar el talento y el liderazgo en obra, atrayendo y formando mandos intermedios, e implantando una cultura de seguridad y colaboración como estándar. Sabemos que para sostener todo esto necesitamos consolidar un tejido sólido de partners y contratos estables, que garanticen precio, plazo y capacidad, integrando a proveedores clave desde la fase de diseño para eliminar incertidumbres.
Y, finalmente, nos proponemos un crecimiento selectivo y con disciplina financiera, reforzando nuestras áreas de expansión allí donde tengamos una ventaja competitiva demostrable.