“El aceite de oliva y la aceituna son una seña de identidad de este país, como los relojes en Suiza, en Bélgica el chocolate o en Alemania los coches”
Recientemente hemos visto a Aceitunas Torrent participando en la Expo 2020 de Dubai y en otras grandes ferias internacionales. ¿Cuáles son las sensaciones? ¿Cree que los productos andaluces están triunfando en el mundo?
Ante unas expectativas malas ya que venimos de un COVID que todavía no ha desparecido y con problemas con materiales auxiliares como son las subidas de precio de todos los costes: salariales, de materias primas, de energía, íbamos un poco con el ánimo apagado a ver que nos podíamos encontrar, sin embargo las sensaciones han sido positivas. El mundo quiere salir de la crisis, del COVID, tiene ganas de consumo, el mercado está abierto y por supuesto los productos andaluces triunfan. Les gusta como los empresarios y los trabajadores hacemos bandera de los nuestro, sobre todo en el ámbito agroalimentario e incluso, aunque nuestros precios son más caros, por nuestra forma de producir y porque ofrecemos más calidad, nos eligen.
El sector del aceite y la aceituna de mesa se ha visto perjudicado en los últimos años por la imposición de aranceles por parte de la administración Trump en Estados Unidos. ¿En qué situación se encuentran actualmente las exportaciones a Norteamérica tras la llegada de Joe Biden?
La situación es la misma aunque es cierto que hay un cambio de tendencia con esta nueva administración Biden pero todavía por un tiempo tendremos que seguir luchando y defendiéndonos, porque no es una cosa que se soluciona de la noche a la mañana. Hay otra tendencia, son más de tender puentes que de destruirlos. El sector se ha defendido a capa y espada y hemos conseguido ganar batallas y vamos poco a poco reduciendo los aranceles y vencemos en diversas contiendas en los tribunales americanos y europeos. Desde el principio es un problema de Europa y de España pero se ha dejado al sector solo y hemos tenido que defender- nos nosotros mismos a pesar de que en realidad hemos sido la punta de lanza de una política de agresión por parte de la administración Trump, que también utilizó al aceite y a los cítricos con problemas como los de Boing o Airbus. Somos un sector pequeño y nos hemos tenido que gastar mucho dinero en estos últimos cuatro años para defendernos, a pesar de que el aceite de oliva y la aceituna son una seña de identidad de este país, como los relojes en Suiza, en Bélgica el chocolate o en Alemania los coches.
Usted forma parte de la cuarta generación de una empresa familiar que está a punto de cumplir 125 años, que se dice pronto. ¿Ve garantizado el relevo generacional?
Nunca están los relevos asegurados. Somos la cuarta generación pero nuestros hijos todavía son pequeños. De los cuatro hermanos que somos todos tenemos hijos pero la más mayor tiene 15 años. Es verdad que se les inculca el sentimiento familiar porque con esto se nace, se vive día a día porque siempre estás entre olivos y salmuera y se les ve que les gusta, pero nunca lo puedes saber. Se les está dando una preparación porque tenemos un protocolo familiar para ello.
La apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) permite a las empresas ser más competitivas, generar valor y crear empleo cualificado. ¿Cuáles son las principales actuaciones de ámbito?
Es algo muy importante. Nuestro empeño innovador lo centramos principalmente en mejorar la cadena productiva sobre todo en lo que redunda en la sostenibilidad. Tenemos proyectos termo solares, en tratamiento de aguas residuales para optimizar recursos. El I+D+i sirve tanto para las mejoras de productos como para avanzar en sostenibilidad dentro del concepto de economía circular.
Más allá de lo tradicional, dentro del amplio abanico de productos gourmet de Aceitunas Torrent nos llama la atención las olivas aromatizadas para niños ‘Oliva Clan’. ¿Cómo surge esta innovadora idea?
Innovar es invertir dinero en ver que no te puedes quedar anclado en la aceituna de mesa en todas sus variedades. Tenemos que intentar buscar algo nuevo, que nos saque de lo general. Surgió esta idea de darle sabor a esta aceituna pensada en los consumidores del futuro para que vayan entrando en este apasionante mundo de la aceituna. Se trata de una gama que no existía, una aceituna negra con sabor a fresa. Es algo súper novedoso. Queríamos algo totalmente innovador que rompiese el devenir del mercado que llevaba ya muchos años siendo muy uniforme.
La trayectoria de su empresa ha sido premiada en múltiples ocasiones por su internacionalización, responsabilidad social e iniciativas pioneras dentro del sistema agroalimentario. ¿Qué nuevos proyectos tienen en el horizonte?
Cuando algo funciona lo que intentas es mantenerlo. Tenemos que seguir reforzando la internacionalización. Vemos como las nuevas formas de venta ya no son las mismas. Está claro que hay que tener mucha inversión para optimizar los recursos y el proceso productivo. Que seamos capaces de darle valor añadido a la aceituna, seguir creando nuevos productos y nuevas fórmulas para poder llegar a más lugares, teniendo en cuenta que ya es un producto que se consume en todos los continentes. Cada cinco años intentamos sacar productos nuevos. Para nosotros es muy importante que todo este esfuerzo revierta en los pueblos y en las ciudades en forma de empleo.