Este deseo puede ser escuchado tanto desde el lado de lo público como desde el lado de lo privado.
Parecía que con el nuevo año todo cambiaría, pero llega el primer fin de semana del año, y resulta que todo parece seguir igual en el horizonte. Guerra de Ucrania, fantasma del COVID-19, inflación, tipos de interés, cadenas logísticas por ajustarse, etc.
Más bien parece que volvemos allá por septiembre de 2022 en el que todo lo que estaba por venir a final del mismo año era apocalíptico, mismos ingredientes en la coctelera con los que empezamos el 2023, pero resultó que todo no fue tan como se pensaba, algo escribí por aquellos meses, ya fuese porque nos habíamos protegido bien con crema solar o porque habíamos llenado bien nuestras despensas. Pues ahora nos toca abrigarnos bien y seguir cuidando nuestra despensa, en este contexto de permanente incertidumbre.
Para que se cumpla lo que hemos pedido, en 2023, cumplir Presupuestos. Nada vengo a descubrir aquí sobre una herramienta de gestión como son los presupuestos,
pero al menos sí poner en valor su utilidad para dar luz a este nuevo año. Y a toda empresa que aún nos los tenga, todavía está a tiempo de definirlos y hacerlos cumplir.
En un entorno de continuidad y de espera de la denominada recesión leve, ya no llamada crisis como en septiembre del 2023, en el que los indicadores de crecimiento económico y empleo moderarán sus tendencias a la baja, debemos aferrarnos a esa petición de cumplir nuestros presupuestos para 2023, más si cabe de lo normal, monitorizándolos como mínimo mensualmente, y trabajando con escenarios conforme vayamos avanzando trimestres.
Es cierto que todo proceso de elaboración de presupuestos genera vértigo en los responsables de su elaboración y aprobación, ante la asunción de hipótesis y toma de variables en las que apuntalar nuestras cifras de negocios para 2023, y que además, gusten a nivel interno (dirección, accionistas, etc.) y externo (banca, inversores, etc.) en el ámbito de las organizaciones. Imaginemos entonces cómo puede haber sido el proceso para 2023, en los que incluso a día de hoy, podemos tomar estudios de diferentes observatorios, que aún yendo todos en la línea de incertidumbre y moderación económica, cada uno ofrece previsiones diferentes en décimas, pero sensibles en términos absolutos, en millones de la divisa que deseamos.
Felizmente todos comparten la moderación de la inflación, en este caso, moderación positiva, desde el 8,5% de 2022 al 4%-5% para 2023, a modo de ejemplo la CEOE, aún alta, pero aquí cualquier menos es mejor, paso a paso. En un contexto nacional de crecimiento del 1%, debemos quedarnos con la anunciada mejor resiliencia de España respecto a Europa en los próximos meses, en términos de menor estrés energético y de un mejor comportamiento o resistencia del mercado laboral por encima de lo esperado. Y no olvidemos la nueva adenda al Plan de Recuperación, por fin, que como regalo de Reyes, nos llega a inicios de año para recuperar la confianza pérdida en el mismo, incrementándolo en 10.000 millones no reembolsables, y recuperando los famosos más de 80.000 millones en forma de préstamos, no solicitados en un primer momento, lo que situará el Plan en más de 200.000 millones de euros, y que deben nutrir a nuestra economía. Objetivo, hacer que efectivamente lleguen al tejido empresarial, y en virtud de esa confianza de nuevo año, bien ejecutados, seguro que nos ayudarán a cumplir con nuestros presupuestos.
Y mirando a Andalucía, empieza el año con unas previsiones de crecimiento de los diferentes centros de estudios sensiblemente inferiores a lo pintado en Presupuestos, en el rango 0,9% (BBVA Research) al 1,6% (Analistas Económicos de Andalucía) frente al 1,9%. Esto es justo lo que todos deseamos que no ocurra con los presupuestos de nuestras organizaciones, al menos que lo tengamos contemplado como escenarios.
Ante esto, cada uno de nosotros, en el ámbito de nuestras responsabilidades, debemos empezar el año con unos presupuestos resilientes aunque positivos, y seguro alcistas, que en el marco de nuestros sectores de actividad (cíclicos o contra cíclicos), nos guiarán por el 2023, fijando como como objetivo y deseo el cumplimiento de los mismos. Seguro que nues- tros grupos de interés, externos e internos, lo desean tanto como nosotros. El primer trimestre del año, más que otros años, será clave, mucho ojo al mismo.
Con el vaso siempre medio lleno, tan sólo llevamos avanzados 20 días del 2023, ni el 6% del año, por llevarlo todo a porcentajes, mucho tiempo por delante para hacer cumplir nuestras previsiones e hipótesis, y hacer realidad nuestros presupuestos y cifras de negocios. Esto hará que el crecimiento de Andalucía esté más cercano al tramo superior de las previsiones, también depende de nosotros.
