La asociación de clínicas y centros de hospitalización privada de Las Palmas, +Sanidad Canarias, han hecho público el estudio sobre cómo ha afectado la Covid-19 en el sector sanitario privado.El análisis ha sido realizado por la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), de la cual forma parte +Sanidad Canarias, y recoge datos a nivel nacional para tener una radiografía sobre el impacto de la crisis sanitaria en cada comunidad autónoma.
Del estudio se extraen cifras como que el porcentaje de ingresos hospitalarios por Covid-19 atendidos en los hospitales privados de las islas ascendió a un 8%, esto es, 258 pacientes, por encima de otras regiones como Extremadura, Murcia, Castilla La Mancha, Galicia, La Rioja o Aragón.
Asimismo, Canarias asumió un volumen de ingresos en las unidades de cuidados intensivos (UCI) a causa de la Covid-19 de un 2% en sus centros privados, en concreto 10 afectados, mientras que las bajas registradas entre su personal sanitario fue de un 19,2%, una cifra inferior a otras comunidades entre las que se cuenta La Rioja, Extremadura, Castilla La Mancha o Cataluña.
En lo que se refiere al gasto en material de protección, las compras en este capítulo aumentaron en un 288%, algo similar a lo que ha ocurrido en el resto del territorio español donde algunas comunidades como Castilla y León llegaron a multiplicar esta partida hasta en un 1.750% más de lo habitual. De hecho, los precios de los productos relacionados con equipos de protección de equipos personales, como batas, gafas, gel hidroalcohólico, guantes, mascarillas de protección respiratoria, mascarillas quirúrgicas y monos de protección, han incrementado de manera significativa en 2020. El precio de las mascarillas quirúrgicas, por ejemplo, ha subido un 749% con respecto a 2019.En opinión de Sebastián Sansó, presidente de +Sanidad Canarias, “la sanidad privada se ha enfrentado, de la misma manera que le ha ocurrido al sistema público, a la prueba más dura, a las situaciones más difíciles que jamás se nos hubieran planteado.
Con el añadido de que nos hubiera gustado que hubiesen contado más con nosotros. De hecho, nuestra sensación es de cierta frustración porque no nos permitieron colaborar de una manera más amplia”.Tal y como señala Sansó, “al comienzo de la crisis nos ofrecimos para tratar no sólo casos de Covid, sino también pacientes no Covid con cualquier otra patología que no tenía que ver con el virus. Podríamos haberles tratado de una manera eficiente, dando una respuesta rápida y evitar que les afectaran largas listas de espera en el sistema público, lo que en muchos casos se tradujo en el empeoramiento de su estado de salud.
Insistimos: nuestra contribución es vital para que todos los canarios tengamos una asistencia de calidad”.Asimismo, el presidente de +Sanidad Canarias destaca que “en contraste con esta situación, durante la ola de contagios que se produjo con la llegada de las vacaciones del verano del año pasado, se vio un cambio importante cuando nos dejaron poner al servicio de la población la red sanitaria privada y colaboramos más activamente”.Volviendo al estudio realizado por ASPE, del que se extraen cifras de cada comunidad autónoma, Sebastián Sansó añade que “el análisis muestra con detalle, región a región, qué es lo que ha ocurrido durante la peor parte de la pandemia en el sector privado sanitario.
La información revela que los hospitales de nuestra red han visto afectada su actividad, sus gastos, su personal, sus inversiones… todo se ha tenido que ajustar a un escenario inesperado y que exigía la toma de decisiones urgentes”.A nivel nacional, según se desprende del análisis, uno de cada tres pacientes fueron atendidos en centros privados durante 2020, mientras que el 30,2% de los hospitalizados fueron tratados en la red privada, en cifras absolutas un total de 63.800 hospitalizaciones.
Asimismo, el número de afectados que necesitaron ingreso en las UCI privadas fue del 29%, en concreto 5.302 pacientes.Por otro lado, tal y como destaca el presidente de +Sanidad Canarias, “la Covid-19 trajo consigo una actividad totalmente distorsionada en áreas como urgencias, consultas externas, quirófanos, ingresos hospitalarios por otras patologías… lo que nos obligó a adaptar nuestros procesos y equipos humanos a unas necesidades no habituales.
Prácticamente toda la actividad se vio reducida de forma significativa, e incluso durante algunas semanas, totalmente interrumpida, tras la irrupción del virus. Ver nuestros hospitales vacíos nos hizo pasarlo muy mal y sentirnos desesperanzados”.Tomando como referencia el año 2020 y comparado con 2019, la actividad en urgencias ha descendido un 31,1%; los ingresos hospitalarios un 12,8%; las intervenciones quirúrgicas un 10,8%; los ingresos en la UCI por otras patologías un 7,9%; y las consultas externas un 10,6%.
Esta situación ha afectado de lleno a la facturación de los centros de la red privada del Archipiélago, con una pérdida aproximada de 17 millones de euros. A pesar de estas dificultades, insiste Sansó, “el 83% de los hospitales privados no ha llevado a cabo ningún expediente de regulación de empleo y tan sólo el 33% acudió a un expediente de regulación temporal en los peores momentos de la crisis”. Es más, en 2020 las inversiones realizadas por los hospitales privados en las islas se incrementaron un 21% respecto a las registradas en 2019, “una muestra del esfuerzo titánico realizado por las empresas del sector para estar al día en innovación y seguir prestando un servicio excelente a sus pacientes. Queremos estar preparados y no defraudar a quienes necesitan de asistencia sanitaria de calidad”.En estos momentos en los que todo apunta a una recuperación y aparecen signos de una vuelta a la normalidad, Sebastián Sansó admite que “a lo que nos enfrentamos ahora es a una escasez de profesionales. La red privada precisa de la incorporación de personal.
En concreto, el 100% de los centros asociados presentan una alta demanda de contratación en el área de enfermería, mientras que el 67% de los hospitales advierten de la falta de personal médico. Es nuestra prioridad”.
