Andalucía despega a nivel económico en el panorama nacional. El asesor estratégico de empresas José Luis González, mentor y coaching empresarial, número 1 de España e Iberoamérica, ha resaltado que “del contacto con mis clientes aprecio un crecimiento progresivo del volumen de negocio gracias a la innovación, la sostenibilidad y el talento local. Una tendencia al alza que nos está ayudando a consolidar un crecimiento sostenible y a fortalecer la competitividad andaluza en el contexto nacional e internacional”.
Para José Luis González, las empresas andaluzas atraviesan un estupendo momento, marcadas por sectores emergentes, como la producción de hidrógeno verde, el turismo sostenible y la bioeconomía forestal, “que son algunas de las actividades innovadoras que están actuando como locomotoras de nuestra economía”, indica.
Con el desarrollo de estos sectores estratégicos y emergentes, el refuerzo de la capacidad productiva y la mejora en los niveles de empleo y productividad, Andalucía se posiciona como una región con un alto potencial de crecimiento en la próxima década.
El coach estratégico animó a seguir marcando la diferencia, y ha recordado que “en la última década, la economía andaluza ha experimentado una notable transformación, caracterizada por la diversificación de su estructura productiva y la incorporación de sectores emergentes que han impulsado el desarrollo regional. Históricamente dependiente de la agricultura y el turismo, Andalucía ha logrado diversificar su economía con un fuerte impulso en sectores estratégicos como la industria aeronáutica y el hidrógeno verde. El sector aeronáutico se ha consolidado como uno de los motores industriales de la región, con un crecimiento sostenido en producción, empleo e innovación tecnológica”.
REFERENTE NACIONAL
A juicio de José Luis González, “Andalucía se ha posicionado como un referente en la producción de hidrógeno verde, aprovechando su potencial en energías renovables. Proyectos en desarrollo permitirán la generación de cientos de miles de toneladas de hidrógeno verde al año, con un impacto significativo en la creación de empleo y en la reducción de la dependencia de fuentes energéticas tradicionales. Además de estos sectores, Andalucía está viendo el crecimiento de nuevas industrias con alto potencial de desarrollo. En el ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la digitalización y la automatización están fomentando la demanda de profesionales especializados en inteligencia artificial, ciberseguridad, análisis de datos y desarrollo de software”.
Ciudades como Málaga y Sevilla se han consolidado como hubs tecnológicos, atrayendo talento y capital y posicionando a la región como referente en innovación. “En el sector de las energías renovables, más allá del hidrógeno verde, Andalucía está invirtiendo en proyectos de economía circular, como la producción de electricidad y fertilizantes a partir de aguas residuales. También se está promoviendo un turismo más sostenible, impulsando el turismo rural, cultural y de naturaleza para diversificar la oferta y reducir la estacionalidad. La integración de la tecnología en la agricultura está optimizando la producción a través del uso de drones, sensores y sistemas de gestión de datos, permitiendo prácticas más sostenibles y eficientes. Por otro lado, la bioeconomía forestal está emergiendo como una oportunidad para combatir la despoblación rural y generar empleo mediante el aprovechamiento sostenible de los recursos agroganaderos y forestales”, indica.
En términos de contribución al Producto Interior Bruto (PIB), el sector servicios sigue siendo el pilar fundamental de la economía andaluza, representando aproximadamente el 75% del PIB, con el turismo como una de sus principales fuentes de ingresos, aportando un 12% y empleando al 12,5% de la población activa. “La agricultura -añade el asesor estratégico de empresas- mantiene su relevancia con un 6,2% del PIB, consolidando a Andalucía como una de las principales regiones agrícolas de España. La industria manufacturera, aunque inferior a la media nacional, representa el 7,5% del PIB y ha mostrado signos de fortalecimiento con el desarrollo de nuevos proyectos de inversión y modernización de infraestructuras. La construcción, por su parte, sigue siendo un sector clave con una participación del 6% en la economía regional. A pesar de estos avances, Andalucía aún enfrenta desafíos significativos en comparación con el conjunto de España y la Unión Europea. Según datos de 2023, el PIB per cápita de Andalucía se situó en 23.218 euros, por debajo de la media nacional de 30.968 euros y de la media de la UE-27. Además, la tasa de desempleo en Andalucía ha sido históricamente superior a la media nacional y europea, situándose en 2023 en un 19,4%, mientras que la media nacional fue del 13,6%. Estos indicadores reflejan la necesidad de seguir implementando políticas que fomenten la productividad y la competitividad de la región”.
Para José Luis González, “a pesar de los desafíos actuales, como la inflación, el aumento de los costes de materias primas y la incertidumbre geopolítica, las perspectivas económicas de Andalucía son prometedoras. La apuesta por la innovación, la sostenibilidad y la formación de talento local será clave para consolidar un crecimiento sostenible y fortalecer la competitividad andaluza en el contexto nacional e internacional. Con el desarrollo de sectores estratégicos y emergentes, el refuerzo de su capacidad productiva y la mejora en los niveles de empleo y productividad, Andalucía se posiciona como una región con un alto potencial de crecimiento en la próxima década. Una línea de trabajo que ya empieza a dar sus frutos a través de cifras ilusionantes que no dejan de mejorar”.