Se dijo en un almuerzo privado con tono anda- luz en Madrid, por una alta representante de la Comisión Europea en España, “la siguiente crisis energética será la del agua”. Por si no veníamos acumulando suficiente, 2007, Covid-19, guerra, subida de tipos de interés, etc., ya tenemos a la vista la siguiente, el agua.
Pero puede ser que para Andalucía, no es tanto la siguiente crisis, como una crisis actual, solo que se ha visto tapada por las otras. No podemos obviar que desde 2007 ésta preocupante situación ha ido en aumento, con niveles a octubre de 2022 del 23,32% en agua embalsada en la región sobre el volumen total, menos de la mitad respecto de los últimos 10 años, en el mismo mes. Siendo este verano pasado el más seco desde que hay registros en Andalucía y Europa, según los expertos.
Y resulta que el tan conocido como “PERTE del agua” se denomina realmente como “PERTE de digitalización del ciclo del agua”, 3.060 millones de euros en inversiones públicas y privadas hacía el impulso a la digitalización, ciclo urbano del agua, digitalización en el regadío y programas de seguimiento y control de los vertidos, pero qué pasa si de lo que hablamos es de no tener suficientes recursos hídricos, ¿qué vamos a digitalizar?
Porque efectivamente este PERTE no considera, ni tampoco el marco global de los NEXT GENERATION, sorpresa, las inversiones públicas y privadas en el ámbito de las infraestructuras hidráulicas, depuradoras, desaladoras, embalses, interceptores, modernización de regadíos, etc.
Positivo, la alta representante en el citado almuerzo, al conocer esta particularidad del “PERTE del agua”, se lo apuntó. Confiemos que ese apunte resulte en acción.
Aun pudiendo ser conocidas por todos, cabe mencionar las consecuencias directas e indirectas de que ese vaticinio, “la siguiente crisis energética será la del agua”, se haga realidad, en lo que a impacto económico y social se refiere, por cortes en el suministro, menor producción agrícola y ganadera, alza de precios e inflación, escasez de alimentos, etc.
Evitemos pensar “no es posible que pase aquí”, porque lo mismo no sólo hablamos de impacto en Andalucía, sino por ende, también en Europa, por aquello de ser su huerta.
La propia Mesa Social del Agua, formada por organizaciones como CCOO Andalucía, COAG Andalucía, UPA Andalucía, Aeopas, FACUA Andalucía, WWF, Greenpeace, SEO/BirdLife, Ecologistas en Acción Andalucía, Fundación Savia, Fundación Nueva Cultura del Agua y Red Andaluza de la NCA, en su carácter activo, ha ido señalando a la Junta de Andalucía que el déficit actual no es exclusivo de la falta de lluvias, sino del des- equilibrio existente entre la demanda y los recursos e infraestructuras disponibles.
Sin quedarse atrás, desde la propia Junta de Andalucía, se ha creado la Comisión de Seguimiento de la Sequía, al frente al propio Presidente, e integrada por 6 consejerías del actual gobierno, Presidencia, Agricultura, Turismo, Fomento, Sostenibilidad y Política Industrial.
O mencionando también los planes del Estado contra esta crisis por valor de miles de millones de euros.
Pero si todos los estamentos públicos y sociales comparten la misma preocupación por el agua, y aquí va mí crítica siempre constructiva, me falta en todos esos órganos la experiencia del sector privado en materia hídrica, investigadores, ingenierías, constructoras, etc.
Es una llamada positiva a la acción, a la efectiva colaboración público-privada.
Debiendo formar parte de toda mesa social, comisión de seguimiento o gabinete de crisis que se precie, en la búsqueda de la tan deseada colaboración público-privada, no sólo como un sector privado ejecutor de infraestructuras, sino desde inicio, en la definición de toda estrategia y planeamiento que se necesite, aportando cuáles son las mejores soluciones hidrológicas, no sólo para hoy sino para el mañana, optimizando al máximo las inversiones públicas.
Si ya lo hemos hecho antes, recordad aquella comisión de seguimiento durante la Covid-19, público-privada, conformada no sólo por profesionales sanitarios sino también por el sector privado, en su aporte desde el punto de vista sectorial y económico a las medidas que se iban adoptando.
Pues repliquemos, abogo porque efectivamente se de entrada en tales órganos, a modo consultivo, a esos actores privados expertos en materia de agua, y que seguro los encontramos muy cerca, en Andalucía.
