Innovación Social
Pocos conceptos hoy día se prestan a ideas e interpretaciones como el de la innovación social.
No es una mala noticia, porque quizá es un síntoma de un sentir ciudadano, muy transversal. Podríamos decir con cierto atrevimiento, que la innovación tiene su campo de acción preferente allá donde no llega lo público o lo privado, o están en la zona de sombra de las fuerzas del mercado.
Y en esa circunstancia, una física o jurídica puede tomar la iniciativa y tratar de hacer cosas que hagan que las soluciones a los problemas sociales se puedan sustanciar desde el protagonismo de las personas.
Desde una cooperación público-privada se potencian la eficiencia y el impacto positivo de las iniciativas sociales al aprovechar los recursos y las capacidades de ambos sectores de manera complementaria. Pero hoy en día, la innovación social desde la cooperación público-privada es aún un modelo por armar.
Lo público y lo privado son aún culturas organizativas muy alejadas, muy condicionadas por procedimientos y modelos de eficiencia que les son propios, y que aún no son capaces de concordar en primera persona del plural para articular las soluciones que vienen empujando con fuerza desde las personas y los territorios. No es sencillo.
Crear iniciativas de innovación social desde la propia sociedad, en cooperación con instituciones públicas y privadas, requiere de una colaboración real de todos los agentes implicados.
Aunque hay proyectos de éxito de cooperación público-privada de innovación social en todo el mundo, aún existen obstáculos que se deben superar para conseguir unir recursos, conocimientos y capacidades de ambos sectores con el fin de generar soluciones más efectivas y sostenibles para abordar los desafíos sociales.
LABME Innovación Social
LABME Innovación Social es un proyecto empresarial para el desarrollo y difusión de proyectos de innovación social, emprendimiento y creación de valor en territorios de España, Portugal y Latinoamérica. Y para ello ha impulsado la creación de un ecosistema abierto mediante la construcción de una comunidad en la que participan emprendedores, instituciones públicas y privadas, agentes del conocimiento, medios de comunicación, entidades asociativas y organizaciones no gubernamentales, siempre poniendo en el centro de acción la participación ciudadana.
Los proyectos de innovación social necesitan el impulso de los nuevos espacios de la colaboración público-privada real y de la participación ciudadana; del tratamiento singular y diferenciado de los territorios; y de una apuesta firme por la sostenibilidad social, cultural y económica. Espacios de innovación social que pretenden aportar soluciones reales y sostenibles a los problemas estructurales de los territorios como la desocupación, la retención de talento joven, la despoblación y envejecimiento, la prestación de servicios básicos o los cuidados del medio ambiente, entre otros.
LABME desarrolla una metodología que articula un conjunto de fases coordinadas y construidas en torno a un proceso de innovación social estructurado, centrado en las personas y los territorios, incorporando sistemas de participación abierta, que tratan de incentivar la captación y capacitación de emprendedores locales capaces de poner en marcha proyectos reales de aprendizaje y emprendimiento en el ámbito de las nuevas tecnologías, la innovación educativa, las energías renovables, las nuevas artesanías y los saberes y oficios tradicionales, el turismo, la cultura y el patrimonio cultural, la agroalimentación o los servicios básicos, en un itinerario formativo que los conciencie y prepare para la construcción de un plan de vida personal y el desarrollo de oportunidades, tomando como sector tractor la economía creativa, aquella que combina la creación, producción y comercialización de contenidos intangibles y de naturaleza cultural, y que puede convertirse en un bien o servicio que use el capital intelectual como su insumo principal.
El objetivo final es construir una infraestructura viva de desarrollo endógeno desde parámetros de Innovación Social. Desarrollar una plataforma con vocación de permanencia que cree valor social en escenarios ejecutivos entre la Comunidad local y un nuevo modelo de ecosistema de innovación educativa y social.
Innovación educativa y social
La innovación social en el ámbito educativo proyecta esta filosofía de participación para aplicarla a los centros educativos, generando valor social desde su activación como comunidades educativas innovadoras que sean una palanca para el cambio social en sus entornos más próximos.
Comunidades dinámicas que se ajusten al cambio social; y que sean capaces de incluir nuevas conductas organizativas. De hacer nuevas normas o patrones de funcionamiento con un determinado carácter colectivo y participativo, conformado en un modelo permanente de evaluación formativa.
La innovación social será el proceso que se encargue de activar y ajustar la energía social y creativa de todas las comunidades educativas, y engarzarlas en dinámicas de colaboración y convivencia para:
Generar espacios de transferencia para promover la creación de comunidades de práctica y generar incentivos para la participación en redes construidas para afrontar retos complejos de manera creativa y colaborativa.
Desarrollar programas de mejora continua que se adapten a entornos locales, que involucren al sector privado, y cree vínculos con los centros de investigación y producción de la economía real con la sensibilidad derivada del contacto con las realidades locales.
“INFOXICACIÓN”
En el mundo actual de “infoxicación” en el que vivimos, donde la información nos llega por infinidad de medios, sobre todo digitales, sin filtros y en forma de avalancha informativa difícil de gestionar, debemos ser capaces de constituir un relato que desde la templanza, la autocrítica y el sentido común, nos invite a la conexión y a la participación desde la innovación social.
Las nuevas generaciones merecen que desde la innovación social se habiliten las herramientas necesarias para ser autosuficientes en la gestión del aluvión informativo que consumen a diario. Para ello es fundamental una buena herramienta educativa, colaborativa y sobre todo participativa.
La educación es la base de la estructura imprescindible para capacitar a los jóvenes en estos difíciles tiempos que vivimos. Desde un uso responsable y saludable de la tecnología, pero ante todo, recuperando los espacios de cercanía social para disfrutar también analógicamente de lo más sencillo, de lo que nos enseña a apreciar y dar valor a todo lo alcanzable que nos rodea.
Ser capaces de imaginar el cambio y emprender en iniciativas innovadoras que se conviertan en momentos y lugares de convivencia. En experiencias genuinas y altamente satisfactorias que alimenten nuestra mente y nos capaciten para luchar por nuestros objetivos.
Hacer que las cosas sucedan es nuestra filosofía diaria. Y es una realidad gracias al mayor valor que posee LABME Innovación Social, su Comunidad; personas emprendedoras que desarrollan su potencial innovador para mejorar la calidad de vida de la sociedad, personas que representan a instituciones públicas y privadas y se implican en el impulso de estos proyectos sociales, y personas que representan a medios de comunicación y dan amplia difusión a estas soluciones innovadoras diseñadas como solución a problemas reales que existen en los territorios. La cooperación de todas estas personas comprometidas en hacer de la innovación social la herramienta necesaria para construir una sociedad adaptada al siglo en el que vivimos es fundamental y necesaria.ue