Es una realidad: Andalucía está viviendo una transformación estratégica. La logística y el transporte se están convirtiendo en uno de los motores de nuestra economía. Una economía que necesita de inversión, avances tecnológicos y una apuesta clara por la sostenibilidad.
Está más que claro que nuestra situación geográfica es privilegiada. Situada en un cruce de rutas marítimas globales, especialmente por el Estrecho de Gibraltar, podemos decir que Andalucía es el puente natural entre tres continentes: Europa, África y América. Esta “característica” permite, desde tiempo inmemorial, ser escala obligada para rutas que conectan el Mediterráneo con el Atlántico, lo que facilita el tránsito de mercancías y hace de Andalucía una escala indispensable para numerosas transacciones económicas.
Tampoco podemos olvidar la conectividad con Europa gracias a una red de infraestructuras que refuerza este punto neurálgico en el que se ha convertido Andalucía. Aunque, y a modo de “llamada a la acción”, en los últimos tiempos, la alta velocidad se está viendo afectada por diversos motivos que en numerosas ocasiones resultan injustificables para los usuarios, así como la necesidad de una permanente conservación de las carreteras, no sólo en Andalucía sino en toda España.
Esto, traducido a cifras resulta muy positivo ya que el sector aporta el 6% al PIB regional con más de 64.000 empresas y 125.000 empleos directos. Datos que evidencia que no sólo genera riqueza a una comunidad que tiene que buscar vías para sumar al turismo (nuestra mayor fuente de ingresos), sino que también aporta una parte muy significativa del tejido laboral andaluz.
Navieras, pymes especializadas en transporte terrestre, almacenamiento… esta es la diversidad de un sector que permite que tenga presencia en grandes núcleos urbanos y que debe buscar muchas más en las zonas rurales porque, esto contribuirá al equilibrio territorial y que no se cumpla eso de la “Andalucía vaciada” que nadie desea.
Y es que todo esto va mucho más allá de Andalucía, ya que actualmente tenemos una proyección internacional en la que está más que posicionada. Con una gestión de aproximadamente el 25% del tráfico portuario nacional, lo que nos convierte en una potencia logística.
Contar con el Puerto de Algeciras, como puerta de entrada y salida al comercio internacional y con el Puerto de Sevilla como único puerto marítimo interior de España, es ofrecer soluciones a corto, medio y largo plazo para continuar con su apuesta de conectividad, integración, sostenibilidad e innovación. Además de ver reforzada su imagen gracias a la participación en redes europeas de transporte como la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T).
Así que, y para continuar creciendo de manera sostenible (sí, nos repetimos), tenemos que seguir sumando áreas operativas a las ya existentes en Sevilla, Málaga, Algeciras, Córdoba y Antequera y a las que se prevén añadir en Majarabique, Níjar, Bailén y Granada antes de 2030.
Este crecimiento conectará la región más grande de España, o como dicen algunos: “vertebrará Andalucía”, creará riqueza y contribuirá a que nuestros pueblos tengan presencia y futuro por esta ampliación. Una ampliación que necesita de visión de futuro capaz de responder a las exigencias del comercio global, a los retos medioambientales y sin dejar a nadie atrás porque eso, si me lo permiten, también es sostenibilidad.
Por supuesto que para esto hace falta PROFESIONALES TÉCNICOS, asesoramiento especializado e inversión pública, tal y como ha anunciado la Junta de Andalucía, con más de 160 millones de euros hasta 2030 para ampliar y modernizar la red. Por supuesto que la digitalización será absolutamente necesaria para optimizar rutas, gestionar las flotas y mejorar la trazabilidad.
Por supuesto que la energía verde tendrá un papel destacado, pero ojo, haciéndolo de manera consciente, sin impactar en el paisaje, contando con los propietarios de las tierras (porque son los que más saben) e invirtiendo para continuar con la gestión de la agricultura y la ganadería porque, y ATENCIÓN: es lo que nos da de comer… (Este “por supuesto” es el equivalente en emprendimiento a esa lección de validación de la idea).
Por supuesto que habrá que mejorar la conectividad ferroviaria, las infraestructuras e incluir las plataformas de gestión.
Todos estos “por supuestos” es una referencia clara para que Andalucía deje de buscar posicionarse como centro logístico de referencia en el sur de Europa para que sea una realidad. Un ejemplo para otros países. Que vengan a buscar nuestro asesoramiento. Que nos pongan como modelos de buena gestión ya que esto será lo que atraerá inversión extranjera, se generará empleo de calidad y daremos respuestas a los desafíos del comercio global hoy.
Se preguntarán que qué hace falta para que se cumpla todas estas propuestas. Colaboración empresarial, porque esto será lo que dé fortaleza al sector. Plataformas que funcionen promoviendo la cooperación entre actores públicos y privados para afrontar los retos. A todo esto, habría que añadir innovación tecnológica, formación especializada y capacitación. Creación de espacios de encuentros entre empresas y relación real entre pymes y grandes empresas. Grandes empresas que no sólo deben ser “tractoras” sino que además están obligadas a que las pymes crezcan sin ayudas ni dependencia.
Y aquí, si me lo permiten, hago un inciso. Y aunque no sé si me leerán desde las consejerías a las que corresponden y competen lo que voy a escribir; sí que quiero hacer hincapié en la necesidad URGENTE de apoyar a las PYMES y a los autónomos de Andalucía porque son ellos y ellas los que contribuyen ¡Y DE QUÉ MANERA! a que nuestra economía siga creciendo.
Cuando entrevisté a la apicultora Reyes Martín, propietaria de Miel La Alameña, y sabia entre las sabias, porque está en contacto permanente con la Naturaleza, me dijo que, si todas las abejas levantarán el vuelo en Andalucía, nuestro cielo se nublaría.
Dirán ustedes que esto qué tiene que ver con el tema que tratamos. Muy sencillo. Lo pongo como ejemplo porque nuestras PYMES, nuestros autónomos andaluces son los que más trabajan y aportan a nuestra economía. Los que si, al igual que las abejas elevan el vuelo, ellos y ellas dejaran de trabajar un solo día, el impacto que tendría, tanto en la micro como en la macroeconomía, sería de un impacto económico incalculable.
¿Exagerada? Puede porque nunca se ha dado esta situación y damos por hecho que ellos y ellas no se pueden permitir el “lujo” de parar. Así que por esto y por mucho más, desde nuestras instituciones tienen el deber de cuidar un tejido empresarial, que ha de ser tenido en cuenta para que Andalucía sea, por fin, el motor no sólo de nuestra comunidad, sino de España.
¿Seremos capaces de liderar la transición hacia una logística más verde y digital sin dejar a nadie atrás?
Claro que sí. Y aunque el camino hacia el liderazgo será largo y no exento de desafíos, merecerá la pena hacer un esfuerzo para lograr la cohesión territorial y el desarrollo de una región que tiene que ser consciente del papel protagonista va a “interpretar” en un futuro que ya es presente porque nos toca trabajar en el aquí y en el ahora.
FUENTES: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA). Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras y Puerto de Sevilla. Universidad de Sevilla y Universidad de Cádiz. Mujeres Valientes.




