28/10/2025

Carmelo González (PRESIDENTE CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE TRANSPORTES DE MERCANCÍAS): “Nuestra hoja de ruta pasa por las personas, la competitividad y la productividad”
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El gran reto es la falta de personal en el sector

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¿Cuáles son, a su juicio, los principales retos estructurales que afronta actualmente el transporte de mercancías por carretera en España y cómo está trabajando la CETM para darles respuesta?

La verdad, son muchos temas, y algunos vienen de lejos sin resolverse del todo. Pero si tuviera que quedarme con uno, el gran reto es la falta de personal. No solo de conductores, que es lo más urgente, sino también de mecánicos, jefes de tráfico… en general, gente con ganas de sumarse al sector. Aunque haya avances tecnológicos como el platooning, el factor humano sigue siendo clave.

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El segundo gran desafío es la descarbonización y la digitalización. Todos queremos un transporte más limpio, pero creemos que el ritmo que se está imponiendo es demasiado rápido. En la Confederación siempre decimos: descarbonizar no es solo electrificar. Hay que hacer una transición ordenada, pasando por alternativas como el HVO o el metano, y renovando la flota poco a poco. Un camión Euro 6 contamina mucho menos que uno viejo, y eso ya es un paso adelante.

Y el tercer frente es la ley de la cadena de transporte, que busca que nadie trabaje por debajo de costes. Es una buena idea, pero se hizo deprisa y hay que mejorarla.

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La transición hacia la descarbonización es una exigencia europea. ¿Considera que el sector está preparado para afrontar este cambio y qué papel debería jugar la Administración para facilitarlo?

Lo primero es que no hay equipos suficientes ni material. Los fabricantes dicen que ya hay producto para el sector, y es verdad que algo hay, sobre todo para distancias cortas o reparto urbano: furgonetas, vehículos ligeros, incluso alguno de más tonelaje. Pero para larga distancia, sinceramente, no existe producto real todavía.

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Hay que tener en cuenta que un camión diésel puede recorrer unos 3.500 kilómetros, mientras que uno eléctrico apenas llega a 600 o poco más, y eso en condiciones favorables. Si hace calor, hay tráfico o se usa el aire acondicionado, la autonomía baja mucho.

Entonces, el primer problema es ese: no hay vehículos que cubran todas las necesidades del sector. Y el segundo, igual de importante, es que no hay red de recarga. No podemos poner en marcha flotas eléctricas si luego no tenemos dónde recargar, cuánto tiempo tardamos o cuánto nos va a costar.

Ahora mismo, las empresas hacemos nuestros cálculos con un precio por kilovatio sin impuestos, pero nadie sabe qué pasará cuando empiecen a aplicarse tasas o impuestos a la electricidad, como ya pasa con los combustibles.

El aumento de costes (combustible, peajes, mantenimiento) está afectando a las empresas transportistas. ¿Qué medidas defiende la CETM para garantizar la sostenibilidad económica de las empresas del sector?

Has dado en el clavo con la pregunta. No puede haber sostenibilidad medioambiental si no hay sostenibilidad económica. Si la empresa no gana dinero, no puede invertir ni mejorar.

Los costes están subiendo: el combustible se mantiene, pero el mantenimiento y el IPC siguen al alza. En este sector no se pueden fijar precios mínimos por ley, así que lo que pedimos es que cada empresa cobre lo que realmente cuesta su trabajo. Trabajar por debajo de costes es hacerse daño a uno mismo y al resto del sector.

Ahora mismo hay actividad, hay movimiento, y eso debería permitirnos ajustar los precios con sentido. Y, muy importante, el coste más relevante hoy es el de los conductores. Si no se sienten bien pagados, no vendrán al sector. Es un trabajo duro, y debe tener una compensación justa.

¿Cómo está impulsando la CETM la digitalización de las empresas de transporte, especialmente las pymes que representan gran parte del tejido empresarial?

Efectivamente, nuestro sector está muy atomizado.

La media en el sector sigue siendo de unos tres camiones por empresa, lo que muestra lo fragmentado y limitado que está, sobre todo en recursos. Hay compañías grandes, sí, pero la mayoría son pequeñas y con poca capacidad para invertir.

El Gobierno lanzó ayudas para la digitalización, unos 110 millones, pero la mayor parte se fue en renovar tacógrafos. Al final, muchas pymes ni siquiera accedieron, y casi la mitad del dinero quedó sin usar.

Ahora está el kit digital, que acaba el 30 de octubre, pensado para empresas pequeñas. Esto busca prepararlas para lo que viene: desde 2026 será obligatorio emitir facturas electrónicas con control directo de la Administración.

Aun así, la digitalización en el transporte avanza despacio. Somos un sector muy atomizado y cuesta adaptarse, aunque no hay vuelta atrás. Ya se está hablando de la carta de porte electrónica, que permitirá más trazabilidad y cobrar antes. Es un cambio necesario, pero complicado para las pequeñas por la financiación.

Existe un déficit de conductores profesionales en toda Europa. ¿Qué iniciativas está promoviendo la CETM para atraer y retener talento en este ámbito?

Llevamos tiempo intentando mejorar la situación, pero la verdad es que cuesta avanzar. Hablamos mucho con la Administración, pero faltan medidas concretas. Una de las cosas que pedimos es una formación profesional adaptada al transporte y la logística, que permita a los jóvenes salir con el carnet, el CAP y todo lo necesario para empezar a trabajar de inmediato.

También hemos intentado atraer a personal del Ejército, gente que termina su contrato y podría incorporarse al sector, pero no hemos tenido mucho éxito. El transporte tiene horarios duros y turnos complicados, y eso lo hace poco atractivo.

Otra vía es traer conductores de terceros países, pero el problema es la burocracia: conseguir los papeles puede tardar más de un año, y mientras tanto esos trabajadores no pueden conducir ni generar ingresos.

Por eso queremos dar a conocer el sector desde los institutos, explicar que es una profesión dura, sí, pero esencial. Todo lo que tenemos en casa ha pasado por un camión o una furgoneta.

Y, por último, necesitamos avanzar en temas como la conciliación y la posibilidad de una jubilación anticipada, para hacer más atractiva esta profesión.

De cara al próximo año, ¿cuáles son los principales objetivos estratégicos que se marca la CETM y qué retos considera prioritarios abordar para garantizar la competitividad, sostenibilidad y modernización del transporte de mercancías por carretera en España?

Un poco como decíamos al principio, nuestra hoja de ruta pasa por las personas, la competitividad y, algo que muchas veces se olvida, la productividad. No puede ser que los camiones estén cuatro o cinco horas parados esperando para cargar o descargar. Eso nos hace perder tiempo, dinero y desmotiva al personal.

Desde la CETM queremos reforzar al sector, hacerlo más fuerte. Es un sector muy fragmentado, con muchas asociaciones pequeñas, y creemos que es importante unirnos para tener más peso ante la Administración y la opinión pública.

Nuestro objetivo es proteger e impulsar el transporte, liderando una agenda basada en la sostenibilidad económica, medioambiental y social, apostando por la innovación y la competitividad. Queremos que el sector se crea lo que es: esencial para la economía del país.

El reto es enorme, pero tenemos la voluntad y la energía para afrontarlo.

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