“Convivir con la incertidumbre es el elemento diferencial para la competitividad en el siglo XXI, y estoy convencido de que las empresas andaluzas volverán a demostrar que saben hacerlo”
Hemos conocido recientemente datos muy positivos sobre las exportaciones agro- alimentarias que hablan incluso de récord histórico. Anda- lucía siempre ha sido un gran exportador ¿Qué condiciones especiales se dan ahora para que podamos hablar de crecimiento del 10%?
En 2021 Andalucía ha alcanza- do un récord histórico en el global de sus exportaciones, con 34.552 millones de euros. Es un 24% más que en 2020, pero también 2.000 millones más que el mejor registro anterior, el de 2018; luego, efectivamente estamos en un buen momento, en el que Andalucía incluso contribuye con su superávit comercial de 1.358 millones a paliar el déficit de España, de más de 26.000 millones.
Más de uno de cada tres euros de estas ventas (38%) lo protagoniza la potente industria de alimentos y bebidas andaluza que, con 12.385 millones, acapara más de uno de cada cinco euros de estos productos que España vende en el exterior, y que ha aportado a la economía andaluza un saldo positivo con el exterior de 7.257 millones de euros.
Los datos dejan claro que vivimos el mejor momento de nuestra agroindustria en el exterior, que no dejó de crecer en sus exportaciones ni siquiera en el difícil 2020. Por tanto, ese 10% de subida tiene incluso más importancia, y, junto al buen comportamiento habitual en los últimos años de los capítulos de frutas y hortalizas, en 2021 ha sido determinante la vuelta a la senda de crecimiento del que es el primer producto exportado por Andalucía, el aceite de oliva. La recuperación de sus precios ha permitido una subida del 17%, que rompe dos años consecutivos de bajada en facturación, que no en toneladas. Los 2.643 millones que ha exporta- do han tenido una gran importancia en el crecimiento final de toda la agroindustria.
Para ello, ha sido fundamental la suspensión de los últimos aranceles impuestos por la administración Trump, que le ha permitido crecer un 21% en América, su primer destino no comunitario; del buen comportamiento en sus principales mercados europeos y, lo que es más importante, los fuertes crecimientos del 18% y 32% que ha tenido en Asia y África, respectivamente, los mercados que le aportan diversificación y mayor posibilidad de seguir creciendo.
Sin embargo, el sector está pasando por momentos complicados que están propiciando numerosas manifestaciones en torno al bajo precio de los productos en origen, la falta de ayudas, la competencia des- leal y también la escasez de lluvias. ¿Podría parecer que nuestro sector agroalimentario le va mejor fuera que dentro de nuestras fronteras?
En esto tenemos que diferenciar el agricultor individual de la agroindustria y su facturación exterior. Se trata de un ámbito en el que los márgenes de beneficio para los agricultores son muy pequeños y, por tanto, su situación se tensiona hasta niveles insoportables en momentos como los actuales, en los que está afectados por la fuerte sequía que padecemos; el reparto de la PAC; los grandes crecimientos del precio de la energía eléctrica y los combustibles; y el incremento de los precios de los piensos. Buena parte de todo ello, agravado por la guerra de Rusia y Ucrania.
Su situación de hoy la veremos reflejada en los resultados de las exportaciones también. Todo lo comentado está provocando una inflación desbocada, lo que hace a nuestros productos menos competitivos frente a otros competidores en el mercado exterior.
Dicho todo esto, nuestros agricultores y nuestra agroindustria serán más fuertes en el mercado interior y exterior mientras más se extiendan las fórmulas de agrupación empresarial y de cooperativas de grado superior, que con tanto éxito se han puesto en marcha en productos como el aceite de oliva o las frutas y hortalizas. Escalar en tamaño es fundamental para incidir en la cadena de comercialización y para desarrollar estrategias de marca y diferenciación de producto que hagan mayor el margen de beneficio para el agricultor
Lo hemos visto claramente en el aceite de oliva, un ámbito en el que hemos sido líderes históricos en producción, pero en el que la atomización nos impedía serlo en comercialización. En un mercado tan exigente como Estados Unidos, al que llegamos medio siglo después que Italia, hoy día mantenemos una cuota igualada; y en los nuevos grandes mercados, como China o la India, el liderazgo de Andalucía es indiscutible. Debemos empezar a valorarnos, Andalucía sola exporta más del 70% que toda Italia.
Andalucía es responsable de 1 euros de cada 5 que exporta España. Supongo que eso supone un gran esfuerzo tanto por parte de nuestras empresas.
Las empresas y cooperativas andaluzas son las grandes protagonistas. Con su esfuerzo y su apuesta decidida por la calidad y la innovación han conseguido estos grandes resultados.
Hablamos de un total de 4.380 exportadoras agroalimentarias en 2021, que son 651 más que el año anterior (+17,5%), de las que 1.761 empresas son exportadoras regulares. El papel de estas es fundamental, ya que son las responsables de 9 de cada 10 euros de las exportaciones. Se trata de una categoría que alcanzan las que llevan cuatro años seguido exportando, y que da idea del nivel tan consolidado de internacionalización que alcanza el tejido agroalimentario andaluz, con un 40% de exportadoras con la categoría de exportadoras regulares, es el doble de proporción que la que tiene el global del tejido productivo andaluz, en el que la proporción es del 20%.
¿Cuáles son los retos para seguir creciendo y cómo ayuda Extenda?
Son dos los factores decisivos para que Andalucía siga creciendo de forma determinante y por encima de la media: uno tiene que ver con lo anteriormente comentado, y es el incremento de la base exportadora, es decir, incorporar más empresas a la exportación y que las que ya exportan lo hagan de manera regular; el segundo es la diversificación, de mercados y de productos.
Desde Extenda tenemos un amplio catálogo de servicios para todas las empresas, independientemente de su tamaño, sector o momento en el proceso de internacionalización. Les ofrecemos un abanico de servicios adaptables a su realidad, además de una completa programación de acciones de promoción para alcanzar la mejor relación con sus importadores y distribuidores potenciales
Pero en esta última etapa de Extenda hemos querido incidir en la prestación de servicios diferencia- les, que otorguen a las empresas andaluzas un plus de competitividad en el mercado exterior, y todo ello en los dos aspectos fundamentales comentados.
Para el incremento de la base exportadora hemos puesto en marcha la Red Andalucía, que cuenta con consultores expertos en comercio exterior en todas las provincias dedicados a identificar firmas con potencial exportador, para llevarlas al mercado internacional a través de los servicios de Extenda. En el primer año de funcionamiento activamos 1.400 empresas a través de nuestros servicios para iniciarse en la exportación.
Para la diversificación de destinos, hemos dotado a Extenda de un nuevo enfoque de promoción por mercados. No pueden ser la misma la estrategia que debe seguir una empresa para alcanzar el éxito en Francia que en Malasia, ni es lo mismo llegar el primero a un mercado de oportunidad que llegar cuando la competencia lleva tiempo en el mercado. Este nuevo enfoque a mercado lo desarrollamos por medio de una nueva unidad de inteligencia de negocios que opera con uso de big data, y que se apoya igualmente en el conocimiento sobre el terreno que tiene nuestra red exterior, cuyo radio de operación hemos incrementado de 50 a 62 mercados, sin necesidad de aumentar el número de sedes, para dar el uso más rentable de los fondos públicos.
En todo ello, el protagonismo que damos a la agroindustria es fundamental, no en vano, hacia ella va dirigida más de un tercio de las acciones que organizamos cada año, en las que en 2021 participaron 1.369 empresas. Eso significa dar servicio a un número equivalente al 79% del total de las empresas exportadoras regulares de agroindustria en la comunidad o al 37% de todas las que vendieron en el exterior, lo que refleja que nuestro tejido exportador confía en Extenda y nos ve como un instrumento útil, un buen aliado en su éxito internacional.
Andalucía está representa- da en todas las ferias internacionales, la última la de Dubai. ¿Nuestros productos agroalimentarios nos representan? ¿Nuestros productos son reconocidos? Porque parece que la marca Andalucía siempre se ha asociado al Turismo.
Precisamente se trata de aprovechar las sinergias de la marca Andalucía, usada en promoción turística, y la marca España, que nos da reconocimiento en los mercados más lejanos.
Que Andalucía es despensa Europa, es conocido y reconocido. No obstante, estimamos que fuera de Europa, nuestros productos y nuestras empresas ganan valor si vinculamos la marca Andalucía a la marca España. Así, alcanzamos el éxito en la promoción agroalimentaria, siempre de la mano de las empresas y sus productos, y de forma coordinada con ICEX-España Exportación e Inversiones.
Desde Extenda el interés funda- mental es el reconocimiento en el mercado de destino de la empresa y su producto, y la relación ésta con el cliente profesional o final. Todo ello ligado a las marcas Andalucía y España. En este sentido, en nuestras acciones de promoción, aprovechamos tanto las sinergias generadas por la marca de turismo de Andalucía, con el uso de su misma grafía y marca, como por las de España, con el uso de elementos comunes de marca a los de ICEX. Fuimos la primera comunidad en hacerlo. Ahora se han unido a esa misma estrategia la mayoría de las comunidades.
El liderazgo de productos almerienses parece indiscutible, pero llama la atención como otras provincias como Córdoba o Cádiz se están expandiendo en mercados internacionales.
La mayoría de las veces el comercio exterior se ve como una sucesión de números y porcentajes: más de 34.000 millones exportados, crecimiento del 24%, representa, el 20% del PIB andaluz, superávit de 1.300 millones, más de 300.000 empleos, etc. Pero si algo aporta el comercio exterior a Andalucía es cohesión territorial, empleo, riqueza para todas las provincia, comarcas y pueblos. Porque todas aportan de forma significativa, tanto al comercio exterior general como, aún más, al de alimentos y bebidas.
Concretamente, en 2021 han sido siete de las ocho provincias las que incrementaron significativamente sus exportaciones agroalimentarias, y la única que bajó muy levemente fue Málaga, motivada porque había sido la que experimentó los mayores crecimientos en el año precedente, hasta un 7,7% en un año tan complejo como el 2020, impulsada por su sector cárnico.
El buque insignia es efectiva- mente Almería, con un 28% del total de Andalucía, que en 2021 creció un 8,4% y que acapara uno de cada tres euros de las ventas hortofrutícolas de España. Pero son Córdoba y Cádiz las provincias que más crecen en el último año, más de un 18% cada una, y, tras ellas Jaén, con un 16,6% más. Viene motivado por el repunte del aceite de oliva en Córdoba y Jaén, y de los productos de la pesca en el caso de Cádiz, que supone más de una cuarta parte de sus exportaciones agro, donde también crecieron sus vinos.
Los acontecimientos que están ahora mismo sucediendo sobre todo la invasión de Rusia a Ucrania y las penalizaciones que la Unión Europea está aplicando a Rusia ¿cómo pueden afectar a las exportaciones andaluzas?
Un hecho tan dramático y trascendente como una guerra en Europa, y con una gran potencia como Rusia implicada como agresora ha roto todos los equilibrios geopolíticos, y está afectando ya de forma importante a las economías de todo el continente y, por ende, al comercio exterior.
Las consecuencias humanitarias son terribles y, respecto a las económicas, van más allá de los productos que compramos o vendemos en Rusia y Ucrania, o de las que pueden sufrir más directamente el centenar de empresas andaluzas que en ellos operan de forma regular.
Afortunadamente, en España y Andalucía estamos menos expuestos que otros países como Alemania a los suministros de gas, y en este aspecto estamos más protegidos, pero ya estamos viendo con- secuencias graves en importantes sectores y empresas exportadoras, que están planteándose ertes por falta de suministros básicos o por las consecuencias que el conflicto está produciendo en los precios de la energía eléctrica (el gas es un componente decisivo en la fijación de su precio) y los carburantes, cuya escalada está sacando de la rentabilidad actividades tan básicas como la siderurgia, el transporte, la pesca, la agricultura, etc.
La inflación controlada es innata a la evolución de la economía, pero actualmente el peligro de estanflación –alta inflación sostenida en el tiempo sin crecimiento económico—, es real, y eso sí puede afectar gravemente a las economías europeas, española y andaluza, produciendo en el corto-medio plazo una falta de competitividad de nuestros pro- ductos frente a los de otros países en el mercado internacional, lo que podría en riesgo el crecimiento de nuestras exportaciones. Es un escenario que se puede producir, para el que debemos prepararnos, y ante el que los ejecutivos de la UE, nacional y regional deben adoptar las medidas necesarias para que el impacto se amortigüe lo más posible.
Esta guerra, como ha hecho la pandemia, como antes hizo la guerra comercial EE.UU.-China y como anteriormente hizo la crisis de origen financiero de 2008 vuelve a demostrar que si alguna certeza nos ha traído el siglo XXI es que no hay certezas. Hasta ahora, las empresas que conforman el sector exterior de Andalucía han demostrado en todas esas coyunturas una alta y creciente capacidad de adaptación y un éxito basado en una apuesta sostenida por la internacionalización. Esto nos ha llevado a disfrutar de un crecimiento de las exportaciones como nunca había sucedido, hasta fijar un nuevo récord en 2021, en plena pandemia.
Saber convivir con la incertidumbre es el elemento diferencial para la competitividad en el mundo actual, y estoy convencido de que las empresas andaluzas volverán a demostrar que saben hacerlo, incluso en esta desgraciada coyuntura.