¿A qué se dedica Bioazul?
Bioazul conforma una empresa de ingeniería tecnológica en la que se diferencia un área de ingeniería y un área de consultoría tecnológica, ambas inmersas en actividades de investigación, desarrollo e innovación. Estamos enfocados en el desarrollo de soluciones eco-innovadoras, principalmente, para la gestión sostenible del agua y especialmente para el tratamiento, reutilización y recuperación de recursos.
En general, trabajamos en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y tenemos un firme compromiso tanto con la innovación como con la eficiencia en idea de trabajar en la recuperación de recursos alineados con los principios de la Economía Circular.
Se acaba de aprobar la Ley de Economía Circular en el Parlamento de Andalucía. ¿Habéis participado en ella de alguna manera? ¿Qué opinión les merece la misma?
Nuestra gerente, Antonia Lorenzo, trabajó con la Agencia Andaluza del Conocimiento para las líneas estratégicas del reglamento en aras de la regulación respecto a los objetivos de Europa y de la Agenda 20-30. Tenemos la suerte de haber sido, en cierta forma, partícipes de esta alineación que incluye a la Economía Circular como uno de los principales pilares.
En nuestra empresa no solamente trabajamos las soluciones tecnológicas, sino que buscamos la sostenibilidad de los recursos hídricos y el aprovechamiento de los recursos que hay en el agua residual, que para nosotros no es un residuo, sino una materia prima, y lo que intentamos en todos los trabajos y servicios que realizamos es aprovechar el ciclo del agua con el máximo aprovechamiento de nutrientes y de recursos hídricos. Por ende, tenemos muchos proyectos y actividades vinculadas a la Economía Circular.
El aprovechamiento del agua es un tema de máxima actualidad. Este periodo de sequía parece que ha hecho reflexionar sobre el uso de este recurso. ¿Existe una solución tecnológica a lo que está aconteciendo?
No creo que exista una solución única. Bioazul se fundó en el 2003, este año es nuestro 20 aniversario y llevamos desde un inicio trabajando en el sector del recurso hídrico. No hay una única tecnología, no hay una clave para la solución, pero sí es fundamental que pensemos que el agua es limitada, el recurso es limitado, el gasto que hacemos está por encima de la disponibilidad que tiene el planeta, pero tenemos alternativas que nos permiten que ese recurso pueda reutilizarse y en eso es en lo que nosotros nos movemos desde hace muchos años.
En Europa y en el resto del mundo se ha trabajado más esta importante reutilización del agua que, en España, con la última sequía sí parece que comenzamos a mirar a otras opciones y a otros recursos alternativos. El pasado mes de marzo estuvimos en la Conferencia del Agua de Naciones Unidas y uno de los principales aprendizajes que obtuvimos es que se está intentando que la cooperación privada y pública sea el motor para que el agua se utilice de una forma controlada y sostenible a lo largo del tiempo.
Nuestras líneas de negocio se centran en proyectos de investigación y desarrollo para trabajar el agua, por un lado, de manera personalizada al contexto y, por otro, plantear la solución adecuada a cada caso. Por eso te decía que no puedo utilizar una forma, sino que de acuerdo al contexto lo haré de diferente manera, por ejemplo, no es lo mismo España que La India, pero en ambos tenemos un problema con el agua.
Bioazul lleva bastante tiempo trabajando en la zona de la comarca de la Axarquía, en la provincia de Málaga, en la que hay una gran demanda por parte del sector agrícola, pero el recurso de agua fresca -como se suele decir coloquialmente- no está disponible por la sequía y por las infiltraciones de agua de mala calidad. ¿Qué es lo que hemos hecho? Llevamos distintos proyectos y tenemos un grupo de trabajo recientemente aprobado “Axarquía Sostenible” con el que intentamos hacer énfasis en la utilización de tecnología para la recuperación del agua y sus nutrientes a través del agua residual urbana. En esta zona de la Axarquía en verano hay una producción de unos 30.000 m3 de agua residual y en invierno 20.000 m3. Es un recurso que está ahí, lo que hay es que tratarlo de manera conveniente, segura y útil para que se pueda adaptar a cada cultivo.
Por otro lado, en La India el problema recae en núcleos urbanos con una alta población. Allí nosotros tenemos un proyecto en el que tratamos agua residual urbana, un agua diferente a la que hay que aplicarle una tecnología diferente, pues su uso es distinto.
La desalación ha sido un tema de debate en muchas ocasiones. ¿Qué opináis al respecto?
Nosotros no hacemos tratamientos de desalinización, porque no solo es que sea caro económicamente, sino que también lo es energéticamente. Es un proceso que demanda mucha energía y que no aporta el valor extra que nosotros le vemos, por ejemplo, al agua residual. Es un agua que está, que es de origen natural, pero no conlleva tanta circularidad como la reutilización de aguas residuales.
También centráis muchos esfuerzos en la formación, en informar acerca de vuestros proyectos a diferentes niveles…
Llevamos 20 años trabajando en este área y ahora tenemos la suerte de que está en el punto de mira la reutilización del agua y su empleo sostenible. Digamos que estamos utilizando el conocimiento y la experiencia adquirida en estos años de trayectoria para transmitirlo en cursos y formaciones. Principalmente, lo hacemos a través de los distintos proyectos. Llevamos en nuestra trayectoria más de 80 proyectos, principalmente, internacionales, trabajando de la mano de la Comisión Europa en los distintos programas marco de investigación y desarrollo.
Antes hacíamos proyectos muy técnicos y tecnológicos, pero ahora estamos comenzando a participar en proyectos formativos como, por ejemplo, las Acciones Marie Curie, en las que se trabaja mucho con universidades y centros tecnológicos a los que intentamos llevar el conocimiento que nosotros tenemos desde el punto de vista de usuario, de empresa privada y del sector privado en general para que haya una conexión entre la realidad y el
punto clave donde se produce el desarrollo y conocimiento, como son los centros tecnológicos.
Por otro lado, tenemos otro tipo de proyectos, por ejemplo, con el Instituto Tecnológico Europeo principalmente centrados en el sector agroalimentario en el que llevamos acciones ciudadanas. Ahí sí tenemos actividades relacionadas con colegios, universidades, hacemos actividades de formación y sensibilización en distintos sectores, dependiendo del proyecto.
