Pues sí, parecía que no pero ha llegado la primavera y con ella, un calendario de meses repletos de fiestas en toda Andalucía.
El calor tempranero de este mes de abril, nos está avisando para que vayamos preparando una agenda, en la que toda la Comunidad Autónoma se viste de gala para ofrecer a los de aquí, y a los que vienen de fuera lo mejor.
Porque si algo tiene nuestra tierra es que, en esa búsqueda incesante de la excelencia, pone su cara buena para que el visitante se lleve una impresión única pero también, para que, los que somos de aquí, nos sintamos orgullosos de los que somos, de lo que sentimos, de cómo vivimos, de lo que hacemos, de nuestro trabajo y de cómo transmitimos esa identidad que nos hace diferentes.
Yo no me canso de decirlo. Y a riesgo de resultar pedante, presumo de la “casa” tan bonita que tengo y de cómo es por dentro y por fuera. Y sí, me lo tengo, como decía mi generación, esa a la que llaman los del “Baby Boom”: muy creída.
Y sí, tengo que reconocer que me río para mi misma cuando, tras decir eso de que: “no sé ustedes pero yo, cada día me lo tengo más creída” y guardo un mínimo espacio de silencio, me miran de soslayo para respirar aliviados cuando, a continuación, dar la explicación pertinente de por qué me siento así.
Me siento así porque allá donde vamos, enseguida nos reconocen. Porque eso que llaman idiosincrasia, es lo que nos distingue de los demás y porque es lo que nos imprime el carácter y el temperamento que nos convierte en únicos.
De Este a Oeste, Andalucía se vertebra ni necesidad de realizar ninguna parada. Y es que Andalucía, tiene mil caras que la diferencia de los demás porque somos innovadores, tecnológicos, emprendedores y capaces de reinventarnos una y otra vez. Y porque sabemos disfrutar, como nadie, de todo lo que hemos heredado de un pasado rico en tradición.
Somos esto y mucho más porque somos capaces de hacer guardia para no perder nada de lo que fuimos porque eso, y sólo eso, es lo que nos convierte en distintos y auténticos.
Y en esa distinción y autenticidad hacemos las cuentas y los resultados no pueden ser positivos, con una Semana Santa en la que hemos batido todos los récords, ya que Andalucía ha recibido en esta semana, y por primera vez el millón de turistas.
Esto significa, para quien necesite traducción, que los ingresos que hemos tenido, gracias a los visitantes que hemos recibido han alcanzado los 400 millones, lo que ha supuesto un 27% más que el año anterior.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno lo publicaba en sus redes: “Los datos ya son oficiales: Andalucía ha tenido la mejor Semana Santa de su historia”. Dando información precisa de todo lo que conlleva un aumento de ingresos más que merecido para todos los andaluces.
El turismo remonta en Andalucía y tras unos años en los que la pandemia, el cierre perimetral, la post pandemia y los daños colaterales, nos han perjudicado y mucho, no sólo a nuestra nosotros sino a todos por igual; pero hemos sabido recomponernos. El tejido empresarial, una vez más, ha dado un paso al frente para asumir algo más que su propia responsabilidad.
Grandes, medianos y pequeños empresarios se han vuelto a reconstruir para recapitular y, esta vez sí, y como decían las madres de antes, “darse a valer” y no conformarse con cualquier cosa. Porque no sé si se habrán dado cuenta pero el turista ha cambiado. Y si nosotros ofrecemos excelencia, calidad y un producto inigualable, es para atraer, de una vez por toda, al turista que más nos interesa. Un turista con mayor poder adquisitivo y que sabe, y tiene la certeza de que aquí va a encontrar lo que está buscando.
¿Me entienden ahora cuando digo que cada día me lo tengo más creída de ser andaluza, de lo que representamos y de la imagen que damos?.
Una imagen moderna y avanzada a nuestro propio tiempo. Y aunque Andalucía no es perfecta, aquí todo sorprende: la luz, el color, la alegría, la forma de vivir, de mirar, de escuchar. Los colores, el azul de un cielo que se hace limpio en Huelva o el de un mar transparente como el de Cádiz.
No hay espacio más infinito que el de Almería ni olor más profundo que el de los Patios de Córdoba. Nadie dispone de un “oro líquido” como el que se produce en Jaén, y tampoco tienen una perla más hermosa que nuestra Sierra Nevada en Granada.
Pocos pueden presumir de una tierra como Málaga. Una provincia que se ha convertido en un ejemplo y referente de #espírituemprendedor o de Sevilla y ese saber estar que convence a al viajero que llega y que se siente bien, además de ser capaz de ver más allá de las opiniones prejuiciosas que muchos vierten, sin ningún tiempo de fundamento.
Así que por eso, y por mucho más, debemos cuidar nuestra esencia. Lo que nos hace singulares y lo que hace mostrarnos a un mundo que nos identifica siempre, con el lugar al que hay que volver no una sino mil veces.
Fuente: Agencia EFE.
