Andalucía cerrará 2025 con más autónomos que personas paradas registradas
Este dato que el Presidente de la Junta de Andalucía acaba de anunciar, es un hito clave que marca el inicio de una nueva narrativa en Andalucía sobre el empleo, el emprendimiento y el potencial económico de una comunidad que no deja de reinventarse.
Hablar del futuro del empleo es hablar del presente de los autónomos. En una Andalucía que acumula 54 meses creando empleo y se ha convertido en la comunidad con más empresas registradas del país, este dato no es anecdótico: es una declaración de fuerza. Más de 570.000 personas autónomas sostienen buena parte del tejido económico andaluz, y con los más de 220.000 empleos asalariados que generan, su impacto alcanza ya más de 810.000 puestos de trabajo. Un movimiento virtuoso de emprendedores y profesionales que madrugan, arriesgan, crean valor y hacen región.
Este cambio no ha ocurrido por azar. Andalucía ha sabido generar un entorno donde cada vez más personas deciden emprender, especialmente en sectores con mayor proyección de futuro. En seis años, el número de autónomos vinculados a la ciencia, la tecnología y la investigación ha crecido un 33 %. Este dato refleja que el talento se activa cuando se dan las condiciones adecuadas: capacidades digitales, oportunidades reales y referentes cercanos.
Y es que el talento no se improvisa: se cultiva y se cuida. Y cuando encuentra el contexto adecuado y tierra fértil, brota con fuerza.
Una Andalucía que acelera
Detrás de estos datos hay una narrativa distinta a la que tradicionalmente ha acompañado a nuestra tierra. Entre 2020 y 2023, Andalucía identificó 1.140 empresas gacela: aquellas que logran un crecimiento exponencial en sus primeros años de vida. El 8,3 % de las empresas andaluzas de más de 10 empleados pertenece a esta categoría, por encima del 6,3 % de la media nacional. No es una casualidad. Es un síntoma de que aquí se está construyendo con estrategia y escala. Que hay equipos que han pasado de sobrevivir a acelerar. Que la ambición no está reñida con el arraigo, ni el crecimiento con el compromiso social.
Los autónomos, motor de la economía
Durante años, la palabra “autónomo” ha estado asociada a fragilidad. A esfuerzo sin red. A supervivencia en solitario. Pero hoy ese relato está cambiando. El autónomo ya no es el último eslabón de la cadena, sino el primer motor del cambio. El que explora nuevos modelos de negocio, el que introduce soluciones sostenibles, el que reconfigura sectores desde la experiencia de cliente y la eficiencia operativa. En ese nuevo paradigma, cada autónomo es también un embajador de la innovación. No solo por lo que produce, sino por cómo lo hace, con quién colabora y qué impacto genera.
Detrás de cada alta en el RETA hay una historia. Pero también empieza a haber un ecosistema. Políticas públicas más ágiles, redes de apoyo entre iguales, espacios de conexión con la empresa y la tecnología, programas de formación y aceleración. Cada vez más instituciones, universidades y administraciones entienden que el crecimiento económico se siembra desde abajo, y se sostiene conectando capacidades.
Y cuando hablamos de ecosistema, hablamos de cultura. De valores que acompañan. De una sociedad que empieza a admirar al que emprende, en lugar de juzgarlo por intentarlo. Uno de los grandes aciertos de esta nueva etapa es haber situado la cultura empresarial y emprendedora y la formación como palancas clave del desarrollo. Y es ahí donde la figura del autónomo está cambiando. Estamos construyendo entre todos una Andalucía que cree en sí misma y en su futuro.
Un sector que crece y que genera impacto
Con más autónomos que parados registrados, Andalucía no solo supera una estadística. Supera un relato. Y lo hace con datos que hablan de verdad, no de promesas: el 80 % de las nuevas empresas registradas en la Seguridad Social en el último año nacieron aquí. Es decir, el dinamismo se está quedando. Ya no se fuga.
Este es un punto de inflexión. Un momento para darles visibilidad, escucha y proyección. Para que su esfuerzo no solo se reconozca, sino que inspire. Para que cada uno de ellos –desde la peluquera de barrio al desarrollador de software, desde el agricultor ecológico al profesional del marketing digital– sepa que forma parte del motor que está redefiniendo el futuro económico de Andalucía.
Lo mejor está por llegar
Vivimos en un mundo que necesita más propósito y menos burocracia, más innovación y menos excusas, es oro. Por eso, es tan acertado cuidarles. Trabajando unidos desde lo público y desde lo privado creando las condiciones necesarias para emprender, comprendiendo los costes crecientes a los que se enfrentan los autónomos, su necesidad de acceso a la financiación y a la tecnología, y su apasionante camino hacia la digitalización y la innovación.
Somos afortunados, se está consolidando un mindset emprendedor que cambia las reglas del juego: los jóvenes ya no ven el autoempleo como un plan B, sino como una vía real para desplegar su talento, desarrollar todo su potencial y generar valor para la sociedad y la economía. Sigamos apostando por este movimiento. Porque cuando una comunidad pone a sus autónomos en el centro empieza a escribir su propia historia.
