AMINER ha sido una de las grandes impulsoras del renacimiento minero andaluz. ¿Cómo describiría la situación actual del sector y qué balance hace de los últimos años?
La minería metálica de Andalucía será parte la respuesta europea ante el nuevo equilibrio internacional, al tener importantes reservas de materias primas. Necesitamos aumentar el autoabastecimiento de estos materiales, indispensables para las transiciones energética y digital y para industrias estratégicas como la aeroespacial. La convulsa situación mundial, la invasión de Ucrania o el interés en estas materias por parte de EEUU evidencia que debemos proteger la producción y la cadena de suministro en Europa.
En los últimos años, Andalucía ha hecho grandes inversiones en investigación y desarrollo tecnológico para hacer sus minas más eficientes, seguras y sostenibles, situándonos en buena posición para responder a la demanda creciente de minerales. Tenemos una minería innovadora, altamente digitalizada, que responde a una legislación muy exigente en materia medioambiental y de seguridad. Así se han diseñado proyectos como Cobre las Cruces y Los Frailes (Sevilla) o Masa Valverde, impulsada por Atalaya (Huelva); y se ha explorado para detectar nuevos yacimientos que permitan continuar la actividad. Podemos concluir que la minería ha hecho sus deberes.
En un contexto de transición energética y digital, la demanda de metales críticos está creciendo. ¿Qué papel puede jugar la minería andaluza en garantizar el suministro europeo de cobre, zinc o plomo?
Las mayores reservas de minería metálica están en la Faja Pirítica Ibérica, que acumula el 90% de la producción nacional de metales. Se produce sobre todo cobre, y también cobalto, níquel, wolframio, barita, manganeso o estroncio, cuya única mina europea está en Granada. Actualizar el mapa de minerales críticos en Andalucía ha permitido identificar indicios de hasta 22 materias primas fundamentales.
Pero debemos mejorar la extracción y el reciclaje, reactivando yacimientos que se cerraron sin agotar sus reservas porque los sistemas de extracción de la época no lo permitían. Incluso las antiguas escombreras pueden producir hoy metales gracias a los avances desarrollados.
En cuanto al reciclaje, España apenas recupera el 7% de las materias críticas. Ahora, el proyecto CirCular de Atlantic Copper permitirá reutilizar metales valiosos de aparatos eléctricos y electrónicos en desuso.
La sostenibilidad se ha convertido en un eje central del discurso minero. ¿Cómo trabaja AMINER para asegurar una minería más responsable y respetuosa con el medio ambiente?
Aminer impulsa la concienciación, formación e intercambio de conocimientos entre el sector, las administraciones y la sociedad. Facilitamos espacios para compartir y difundir buenas prácticas, como nuestras jornadas técnicas. Las mineras andaluzas hacen grandes esfuerzos en innovación, seguridad, eficiencia o sostenibilidad y desde Aminer contribuimos a difundir esos conocimientos.
Como interlocutores con las administraciones, trasladamos las necesidades de la industria. Desde hace un año representamos al sector en todo el país, y nuestra adhesión a entidades como Euromines nos permite participar a nivel europeo, donde se están dando los debates más importantes sobre sostenibilidad y donde las empresas andaluzas están dejando huella.
El sector minero andaluz presume de ser referente en innovación tecnológica. ¿Qué avances destacarían en digitalización, automatización o economía circular?
Tenemos dos de los siete proyectos declarados estratégicos por la Comisión Europea por su tecnología y su sostenibilidad. La refinería polimetalúrgica de Cobre Las Cruces, una apuesta por la minería de nueva generación que será pionera en el mundo en integrar en una única instalación la extracción, procesamiento y refino de cuatro metales esenciales; y CirCular de Atlantic Copper, que será la primera planta en Europa en recuperar metales procedentes de aparatos electrónicos, cumpliendo un doble objetivo: producir metales esenciales y elevar los niveles de reciclaje.
Otros ejemplos son Los Frailes, una mina subterránea dotada de avanzada tecnología que estará operada con sistemas automatizados, y que construirá una estación depuradora para reutilizar más del 80% del agua de proceso; o el sistema teleremote de Sandfire Matsa en Almonaster la Real, que permite operar una perforadora en una galería subterránea desde la superficie, a través de wifi y pantallas ubicadas en una oficina, de manera teledirigida y semiautomática.
Además, antes de poder aplicarlas, las empresas respaldan investigaciones que serán la tecnología del futuro. Atalaya y el CSIC están desarrollando la plataforma tecnológica Minerva para alertar de deformaciones en el subsuelo meses antes de producirse fallos superficiales, lo que aplicado al control de depósitos estériles permite anticipar medidas preventivas y evitar riesgos personales o materiales. Esta tecnología incorpora hallazgos surgidos del proyecto Stone, que durante dos años investigó cómo monitorizar los terrenos combinando tecnología de satélite y análisis de deformación subterránea.
Un tema recurrente es la relación entre minería y territorio. ¿Cómo se trabaja para reforzar la aceptación social y la colaboración con las comunidades locales?
Nos esforzamos por trasladar de forma transparente a la sociedad la realidad de un sector que ha dejado atrás antiguas prácticas. La minería es hoy una actividad moderna que no se conforma con no alterar el entorno, sino que aspira a mejorarlo con programas de rehabilitación y cuidado. Esto nos ha permitido alcanzar un gran respaldo ciudadano donde operan las minas, al constatar la generación de riqueza a través de la creación de empleo, impulso al tejido económico o inversiones en materia social, educativa o cultural.
La administración pública es clave. ¿Qué medidas o reformas considera prioritarias para agilizar los permisos mineros y mejorar la seguridad jurídica en Andalucía y España?
Las nuevas normativas en Europa, España y Andalucía pretenden reducir la burocracia y agilizar los tiempos, manteniendo todas las garantías de sostenibilidad y seguridad. Ahora hay que cumplirlo: si son 27 meses como máximo para proyectos mineros estratégicos, así debe ser. En Andalucía, la Unidad Aceleradora de Proyectos también ha reducido los plazos, sobre todo en las iniciativas estratégicas.
La nueva legislación también incrementa los porcentajes mínimos de producción y reciclaje en Europa para elevar nuestra autonomía energética frente a terceros países, y facilita la financiación. Pero hay que desarrollar esa normativa marco a nivel nacional y autonómico para conseguirlo.
En términos de empleo y formación, ¿qué impacto real tiene la minería andaluza en la economía regional? ¿Qué perfil profesional está demandando el sector actualmente?
El año pasado se produjeron 24 millones de toneladas de mineral procesado, y se calcula que el sector genera unos 12.000 empleos directos y 32.000 indirectos e inducidos. La industria necesita todo tipo de profesionales, sobre todo especializados, para que en los pueblos mineros podamos contratar mandos intermedios y puestos de responsabilidad.
Los costes energéticos y la gestión del agua son grandes desafíos industriales. ¿Cómo están afrontando las empresas asociadas a AMINER estos retos?
La reducción del consumo de agua y electricidad y su reutilización son habituales en las empresas mineras.
Los nuevos proyectos ya incluyen depuradoras, sistemas de recirculación del agua y de autoabastecimiento de energía, como plantas solares o centrales térmicas. No derrochar los recursos básicos está integrado en el funcionamiento de la industria.
El reto es que las infraestructuras necesarias para abastecer los nuevos proyectos lleguen a tiempo. El Gobierno se ha comprometido a incrementar la red eléctrica para poder materializar las iniciativas industriales.
En el caso del agua, Huelva acumula un gran retraso en la construcción de la presa de Alcolea, que abastecerá a la industria y la agricultura. Construirla llevará al menos diez años, por lo que urge comenzar para no frenar las inversiones en la Faja Pirítica.



