¿Cómo está influyendo la medicina personalizada en la práctica diaria de la anestesia?
Tanto en la medicina en general, como en la anestesiología en concreto, el concepto actual de medicina personalizada todavía es algo muy incipiente. Desde siempre nuestro objetivo ha sido centrar nuestra actuación en cada paciente concreto, pero ¿desde dónde se obtienen los datos para personalizar ese trato al paciente? Hasta hace poco solo contábamos con la entrevista personal, antecedentes personales y familiares, con la documentación clínica registrada y con los resultados de las pruebas complementarias. Con este nuevo enfoque se introducen nuevos parámetros como marcadores genéticos y bioquímica molecular, que aportan datos más exactos y objetivos, entrando así en una medicina de precisión.
Estos parámetros nos ayudan a detectar variaciones genéticas que pueden influir en la aparición de complicaciones en el entorno de una cirugía, y nos permite predecir cómo va a responder cada persona a determinados medicamentos. De esta forma podemos elegir los fármacos más adecuados, ajustar las dosis y evitar efectos secundarios innecesarios.
Con el futuro desarrollo y accesibilidad a estas pruebas genéticas y biomoleculares, seremos capaces de evaluar de una forma más objetiva y precisa la probabilidad de que un paciente pueda presentar determinadas complicaciones en el contexto de una cirugía bajo anestesia, pero todavía su uso no está generalizado, ya que son de difícil acceso.
¿Qué papel están empezando a jugar tanto la Inteligencia Artificial como el Big Data en la planificación anestésica y la seguridad del paciente?
En referencia al Big Data, la digitalización en los hospitales nos ha permitido contar cada vez con bases de datos más completas. Estamos convencidos de que aprender a analizar e interpretar correctamente esta información nos permitirá en un futuro temprano orientar mejor nuestras acciones, mejorando nuestros servicios y la atención de nuestros pacientes. Nos dirigimos a una medicina de valor: en lugar de centrarnos en la cantidad de servicios prestados, optimizaremos el uso de los recursos con mejores resultados clínicos.
En definitiva, una atención más eficiente y centrada en el paciente.
En cuanto a la Inteligencia Artificial, es un campo en el que estamos comenzando. Hay programas de consulta con los que llevamos más de un año trabajando: médico y paciente entablan una conversación y la Inteligencia Artificial elabora el informe. Los primeros resultados nos hicieron desconfiar de su aplicación clínica, pero su continua capacidad de autoaprendizaje y evolución nos ha convencido de que este es el camino. A día de hoy nos permite centrarnos en la atención al paciente, desplazar la mirada del teclado del ordenador a la persona que tenemos en frente. Con su capacidad de mejora, estos sistemas, además de optimizar diagnósticos y tratamientos, nos apartan de los problemas puramente administrativos o burocráticos.
¿Qué retos actuales enfrenta la formación de los nuevos anestesistas y cómo se están preparando para afrontarlos?
En los últimos años, tanto en el sistema de salud público como en el privado, hemos observado una tendencia creciente a delegar en el personal de enfermería funciones asistenciales propias de los médicos especialistas. Por motivos de eficiencia económica, se prioriza el ahorro por encima del criterio profesional. La formación de un anestesiólogo es altamente especializada, exige años de estudio, de formación continua y de experiencia clínica intensiva. Su sustitución por profesionales de otros estamentos supone una infravaloración de la especialidad y un riesgo directo para la seguridad del paciente. Rebajar los estándares de formación en un área tan delicada no es una medida de eficiencia, sino de precarización. Defender el papel del anestesiólogo no es una cuestión corporativa, sino una exigencia de rigor médico y de respeto al derecho del paciente a ser atendido por un profesional debidamente cualificado.
Como grupo participamos de la formación continuada de nuestros profesionales, con financiación y organización de cursos de formación. En el mismo sentido, varios de nuestros compañeros ejercen como profesorado en la formación universitaria de los futuros médicos, tanto en el ámbito público como privado.
Para concluir, nos gustaría conocer, ¿cuáles son los principales proyectos de la Sociedad Hispalense de Anestesia, tanto a corto como a medio plazo?
Seguimos trabajando en la misma línea desde hace varios años. Queremos formar a nuestros equipos no solo en la parte médica, sino también en escuela de negocios, que los médicos salgan un poco de su zona de confort y sepan que nos encontramos en un entorno que obliga a profesionalizarse como empresa. No queremos limitarnos a ser simplemente una empresa de servicios, sino ser proactivos, captar clientes (grupos hospitalarios, aseguradoras y equipos quirúrgicos) y participar con otras sociedades médicas.
Seguiremos trabajando en temas de comunicación, dar visibilidad a la especialidad, que la gente conozca lo que hacemos. Para ello, debemos estar presentes en redes sociales con minivídeos educativos que expliquen nuestra labor, con charlas explicativas para estudiantes de medicina y residentes de la especialidad, con entrevistas en medios y con participación en foros científicos.
Es decir, se están adaptando a los nuevos tiempos, ya que estas nuevas tecnologías han irrumpido de manera satisfactoria dentro de la medicina y, más concretamente, en su campo, la anestesia.
Exactamente, las nuevas tecnologías se han integrado de forma irreversible en el ámbito médico. Quienes no se adapten corren el riesgo de quedarse obsoletos: negarse a evolucionar es renunciar a avanzar.