02/08/2025

El equilibrio del progreso
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La sostenibilidad es sinónimo de eficiencia. Una empresa sin digitalizar, sin establecer un plan energético sostenible, que no hace un consumo responsable del agua o que no fomenta  una movilidad […]

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La sostenibilidad es sinónimo de eficiencia. Una empresa sin digitalizar, sin establecer un plan energético sostenible, que no hace un consumo responsable del agua o que no fomenta  una movilidad sostenible, es una empresa poco competitiva.

Y es que el cuidado del medio ambiente ha pasado, en relativamente pocos años, de ser un reclamo publicitario para algunas empresas, a convertirse en un requisito exigido por los clientes. De ser práctica bien valorada, a una necesidad ante el consumidor final. Una empresa que no es medioambientalmente eficaz es una empresa poco fiable.

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En Andalucía esta doctrina ha ido permeando poco a poco en el tejido empresarial de nuestra región y, cada día, más industrias están adquiriendo prácticas respetuosas con nuestro entorno. No hablo solo de cerrar el grifo o de reciclar papel (que también), sino de implantar sistemas digitales que ayuden a optimizar recursos, dar una segunda vida a los recursos, es decir reutilizar o reusar, extendiendo así su vida útil. Además de otras medidas que nos permitan generar una huella de carbono lo más reducida posible.

Como ingeniero técnico industrial, he tenido la oportunidad de observar de cerca cómo la innovación y la ingeniería pueden ser motores clave para un desarrollo más sostenible, especialmente en regiones con un potencial tan grande como la nuestra. Considero firmemente que la sostenibilidad no solo es una estrategia para reducir residuos y optimizar recursos, sino también una oportunidad para impulsar la innovación, crear empleo y proteger nuestro entorno.

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Uno de los conceptos más relevantes en este contexto es la economía circular, que busca reducir al máximo los residuos y aprovechar al máximo los recursos disponibles. La ingeniería juega un papel crucial en el diseño de procesos y productos que sean más eficientes y sostenibles.

Uno de los campos en el que nuestra región cuenta con todos los componentes para ser un referente europeo es en la generación de biogás y biometano. Se trata de gases renovables que se obtienen de residuos orgánicos y tienen múltiples aplicaciones eléctricas, térmicas e incluso, puede usarse como combustible para vehículos. La clave, para obtenerlo se pueden emplear lodos de depuradoras, estiércol, residuos pesqueros o residuos agrícolas, como el alperujo del olivar. Si Andalucía es el mayor productor de aceite del país (con el 80% del total), también somos los mayores generadores de residuos olivareros. Un residuo al que ahora podemos darle una vida útil generando empleo, riqueza, energía y terminando de una vez por toda con el problema que conlleva el almacenaje de residuos que la UE está persiguiendo con mano de hierro. La ecuación parece sencilla, el problema radica en la falta de plantas transformadoras. Toda una contradicción.

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La Junta de Andalucía ya ha tomado cartas en el asunto y, a principios de año, puso en marcha en Jaén la Alianza Andaluza por el Biogás A2Bio. Más de 90 entidades ya se han sumado a esta iniciativa que quiere seguir la estela del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, otro ejemplo de innovación sostenible.

Con una inversión de 3.000 millones de euros, esta iniciativa ha nacido con el ambicioso objetivo de acelerar la transición energética, promoviendo la descarbonización de la industria y el transporte pesado, reduciendo las emisiones de CO2, promoviendo la independencia energética, impulsando el desarrollo de biocombustibles y productos derivados del hidrógeno verde y, por supuesto, generando nuevos puestos de trabajo y promoviendo el desarrollo económico de nuestra tierra.

Pero la innovación andaluza no acaba aquí. El próximo año verá la luz, también en la provincia de Huelva el proyecto CirCular, una iniciativa de Atlantic Copper que promete revolucionar el reciclaje de metales estratégicos como oro, platino, paladio, estaño, níquel y cobre. Está previsto que empiece a operar a principios de 2026 y tenga capacidad para procesar unas 60.000 toneladas anuales, lo que va a marcar un antes y un después en la industria del reciclaje no solo de España, sino de Europa. Es decir, esta planta tratará residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) como móviles, ordenadores portátiles, baterías y cámaras, que serán transformados en recursos esenciales a los que darles nuevos usos en electrónica.

Como podemos ver, el reciclaje es una pieza clave en esta ecuación. Buena muestra de ello ofrece Éxxita Be Circular, una empresa tecnológica sevillana líder en la gestión integral e inteligente del ciclo de vida de los recursos. Presenta capacidad operativa en más de 60 países de los cinco continentes gracias a sus más de 140 empleados y su amplia red de partners. Éxxita Be Circular recupera una media de 500.000 dispositivos al año gracias a la optimización y gestión del proceso a través de herramientas propias de inteligencia artificial, big data, y análisis predictivo. Su gran labor fue reconocida en 2023 con el premio Colegiado de Honor que concede el Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Sevilla, COGITISE.

Pero no todo depende de empresas dedicadas expresamente a la reducción de residuos. El sector industrial es clave en la conservación del medio ambiente y, sobre todo, en la reducción de residuos. Un claro ejemplo de ello lo tenemos al alcance de la mano. Heineken España ha conseguido reducir en un 50% sus emisiones de CO2 desde 2018 y espera alcanzar el ansiado 0% en 2040. La clave para ello no es ningún misterio, han apostado fuerte por la implantación de fuentes de energía renovables y tecnologías innovadoras. Otra de los grandes logros de Cruzcampo ha sido lograr “0 residuos”, logrando valorizar el 99,7% de los residuos que produce, ya que han logrado reutilizarlos en sus propios procesos o destinarlos a alimentación animal. A todo esto, debemos añadir que el 94,4% de los envases de cerveza de esta compañía son reutilizables, vidrio al que se le da una segunda vida.

Ahora, en los últimos meses, uno de los sectores cuyo impacto medioambiental está siendo mirado con lupa es el textil. Según datos publicados por la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2022, los países de la UE generaron 6,94 millones de toneladas de desechos textiles, unos 16 kilos por persona de los que el 85% acabó en vertederos o incinerados. Nuestra región puede presumir de tener nombre propio en el mundo de la moda, somos la cabecera mundial de la moda flamenca, por lo que más pronto que tarde, estoy segura de que podremos disfrutar de trajes de flamenca elaborados con fibras de piña o palmeras, de la pulpa de madera de eucalipto, abedul o roble, de hongos y algas, …

Como podemos comprobar, la implantación de la economía circular lleva consigo un cambio de modelo productivo y de consumo que tiene que pasar, necesariamente, por dos fases: un cambio de consciencia a nivel personal y dos, una modernización de la normativa a nivel global.

El gobierno andaluz ya ha hecho los deberes con la Ley de Economía Circular aprobada en 2023 y la Estrategia Andaluza de Economía Circular que ayudan a establecer un modelo productivo basado en la reutilización de los activos y en la optimización de los recursos empleados. Esta estrategia trae consigo que nuestra tierra esté en sintonía con el ‘Clean Industrial Deal’ que promulga la Unión Europea.

Tenemos todos los ingredientes para que la sostenibilidad se establezca de lleno en Andalucía, es más, para que seamos todo un referente de su implantación y desarrollo porque debemos sumar a este listado nuestro liderazgo en producción de energías renovables, como la solar y la eólica cuya integración avanza a pasos agigantados en el sector industrial, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y disminuyendo la huella de carbono.

Estamos, por tanto, en una posición privilegiada para liderar esta transición. Sin embargo, para que esto sea posible, es imprescindible contar con profesionales capacitados en ingeniería técnica industrial que puedan diseñar, implementar y gestionar procesos sostenibles y eficientes.

Los ingenieros son los encargados de desarrollar sistemas que minimicen el uso de recursos, reduzcan los residuos y fomenten la reutilización de materiales. Los ingenieros son, además, generadores de nuevas oportunidades de negocio en sectores emergentes como el reciclaje avanzado, la biotecnología o la fabricación de productos sostenibles. Por tanto, la innovación y el conocimiento técnico son la base para convertir a Andalucía en un referente en economía circular a nivel internacional.

Nuestro compromiso y capacidad de innovación pueden transformar los recursos de nuestra región en un ejemplo de sostenibilidad, economía y bienestar social. Es hora de aprovechar todo nuestro potencial para construir un futuro más verde y próspero para nuestra tierra.

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