Ha sido usted recientemente galardonada con el premio FAME a la trayectoria empresarial. ¿Cómo valora este premio dada su juventud?
Para mi fue una gran satisfacción el que la Confederación Andaluza de empresas de alimentación y perfumería me propusiera para este galardón, así que imagínate la ilusión que me hizo, coincidiendo con el veinticinco aniversario de mi incorporación en la empresa. Desde que termine mis estudios he trabajado día a día con gran ilusión de mejora y crecimiento de la empresa familiar que fue fundada en 1977 por Juan Y Antonio Ruiz Galan, pero sobre todo he trabajado para poner en valor la figura de la mujer y la estabilidad laboral, en un sector muy feminizado, con poca formación y con muchas dificultades de conciliación por los horarios del sector comercio.
No es muy habitual que una mujer esté al frente de una gran compañía como es su caso. ¿Qué sello ha querido imprimirle y qué cree que ha mejorado desde que usted está al mando?
Desde que era una niña acompañe a mi madre cuando trabajaba en el supermercado así que mi vida ha estado siempre entorno al supermercado, donde he podido crecer conociendo de cerca a clientes, proveedores, empleados y como no a mi familia empresaria. Los años que estuve formándome fui clienta de otras firmas de las que iba tomando buena nota de las cosas que hacían muy bien y de las que no me gustaba nada como gestionaban las tiendas, así que cuando me incorporé a la empresa, grandes establecimientos competidores estaban montándose a las puertas de los nuestros. Tuve claro que el modelo de diferenciación en frescos, las mejoras de las condiciones laborales de la plantilla y el refuerzo de la estructura central para poder tener una marca propia competitiva, debían ser los pilares del cambio. Desde el año 2000 se empezó con la formación de personal, contratación indefinida, mejoras salariales y retribución variable y mejoras en conciliación laboral. El siguiente objetivo fue la gestión directa de carnicerías y fruterías.
Una vez consolidados los frescos, inicie un plan de reformas, ampliaciones y mejoras de nuestros establecimientos para adaptarlos a las nuevas demandas del mercado; mejoras en eficiencia energética, cambio de gases fluorados, accesibilidad, iluminación. Como objetivo me platee una apertura por año, tenia claro que en un modelo de bajos márgenes las economías de
escala son base para nuestro negocio. Crecer no es una opción, era una necesidad a largo plazo para poder permanecer en un sector tan maduro.
El modelo de empresa familiar está casi desapareciendo. ¿Por qué cree que hay que reivindicar su papel dentro de la economía andaluza?
Las empresas familiares son una parte esencial de la economía andaluza, al representar más del 90% de su tejido empresarial, el 78% del valor añadido bruto (VAB) y el 83% del empleo total de la región. El peso de estas compañías en el tejido productivo de la comunidad es además superior al de la media española, donde, a pesar de tener la misma representatividad dentro del total de empresas, muestran unas tasas de contribución al empleo y al VAB algo inferiores, según los estudios publicados en su momento por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF).
Para mi parecer es muy importante lo que los empresarios transmitimos a nuestros hijos sobre el trabajo, el esfuerzo y la dedicación que requiere el dedicarse a este mundo tan apasionante; no todo es negativo, al contrario, y muchas veces es lo que las siguientes generaciones perciben. El valor de lo que construimos desde la nada, la contribución a la sociedad, los puestos de trabajos que se generan, la ilusión de hacer las cosas a tu manera, gestionar tu tiempo, metas.
Destacar también como en una empresa familiar el valor de equipo, de familia, se inculca en el trabajo. Cada persona se conoce por su nombre, no es un número, como suele ocurrir en las grandes compañías. Esto es un valor diferencial, repercute de manera positiva en el bienestar personal.
Como mujer empresaria. ¿Qué cree que queda por hacer en el mundo empresarial femenino?
No soy partidaria de diferenciación de sexo, porque entiendo que ya la naturaleza nos hizo diferentes y no tenemos las mismas cualidades y diferentes capacidades, pero esta claro que aun nos queda mucho por seguir reivindicando. Hay sectores productivos aún muy masculinizados. La corresponsabilidad en el hogar es algo que hay que seguir trabajando para que las siguientes generaciones puedan seguir creciendo profesionalmente sin tener que sacrificar metas personales.
A nivel personal ¿Cuánto de su vida ha tenido que sacrificar por estar al frente de su empresa?
Sobre todo, horas de sueño y momentos a mis hijos. Soy persona muy exigente conmigo misma y eso me ha llevado a tener que adaptarme en cada momento según mi situación personal para poder atender a mi responsabilidad en la empresa, y al final sacrificas tiempo personal, pero cuando sigues sin llegar a todo lo que tienes proyectado, terminas sacrificando descanso y tiempo a la familia.
Durante 9 años me dediqué a la política, siendo concejal liberada del equipo de gobierno de mi ciudad natal, trabajando en la empresa familiar y fui madre por aquel entonces de mis tres hijos, Darío, Álvaro y Lola.
Tengo la suerte de que mi familia me ha ayudado mucho, soy organizada y siempre he fijado objetivos claros y metas alcanzables, constante y trabajadora, así que me siento muy afortunada de haber alcanzado la mayoría de mis metas tanto personales como profesionales.
La gran ventaja de ser directiva es que puedes organizarte como quieras, pero siempre atendiendo tus responsabilidades.
En su empresa ¿hay relevo familiar femenino?
Mi hija Lola actualmente, aunque aún es muy jovencita, es la única mujer de la familia y con muchas opciones para poder liderar el proyecto. Tiene muchas cualidades innatas, muy inteligente, extrovertida y líder, pero aun con 14 años, no tiene claro a que se va a dedicar. Para mí lo más importante es que aprenda a ser buena propietaria y que profesionalmente se desarrolle en lo que le haga feliz.