El Grupo Q, es una gran empresa que se mueve, fundamentalmente, dentro de dos ámbitos: el relacionado con el turismo a través de sus hoteles y apartamentos y el de la construcción y venta de promociones inmobiliarias. En cuanto al primero ¿Cuál ha sido la evolución de su grupo?
Nuestra actividad se centraba principalmente en la construcción. En el ámbito hotelero entramos casi por casualidad cuando adquirimos, en su día, El Cortijo de Zahara en Zahara de los Atunes. Fue algo muy especial porque era un hotel muy pequeñito pero muy emblemático. Es un antiguo cortijo andaluz del s. XIX, que también tuvo uso como cuartel y que hemos ido reformando hasta convertirlo en un complejo de cuatro estrellas con una ubicación privilegiada. A partir de ahí hemos ido añadiendo más establecimientos que nos han proporcionado mucho trabajo y que han hecho que nuestro corazoncito esté en esta parte de Andalucía. La rama hotelera nos está funcionando muy bien y nos gusta que tenga además un componente emocional porque la gran parte de nuestros hoteles son resort con lo que la gente va a allí a descansar, a pasarlo bien y a vivir experiencias y eso es muy satisfactorio para nosotros.
Fundamental nosotros trabajamos sobre dos tipos de establecimientos, por un lado, los hoteles y por otro los apartamentos turísticos, que suelen ser de menor tamaño.
¿Su actividad se centra únicamente en la provincia de Cádiz?
Ahora mismo la mayor carga la tenemos en Cádiz, pero tenemos proyectos, por ejemplo, en la provincia de Sevilla, en donde, en breve, vamos a desarrollar dos complejos de apartamentos turísticos y creo que después haremos algunos más. No descartamos seguir expandiéndonos por el resto de Andalucía a medida que vayan surgiendo oportunidades. Nosotros tenemos una gran infraestructura en Cádiz, con oficinas por toda la provincia, por eso siempre es más fácil realizar proyectos allí. Y en Sevilla tenemos nuestra sede central lo que nos permite también estar más cerca de las infraestructuras que desarrollamos en esta provincia. A nosotros nos gusta montar infraestructura antes de empezar a trabajar por eso nos resulta mucho más fácil trabajar en determinados emplazamientos. Pero esto no quiere decir que no vayamos a abordar proyectos fuera de Cádiz y Sevilla.
Con respecto a la provincia de Cádiz que ha experimentado un auge turístico muy importante en los últimos años. ¿Cree usted que puede morir de éxito?
Yo creo que el desarrollo de Cádiz todavía está en pañales si lo comparamos, por ejemplo, con Málaga. Son dos provincias que tienen un potencial turístico tremendo, pero a Cádiz le falta mucha infraestructura. Tenemos el aeropuerto de Jerez, pero no se puede comparar con el gran aeropuerto internacional de Málaga. Además, en Cádiz hay deficiencias a nivel de carreteras y conexiones ferroviarias.
Nosotros tenemos dos hoteles en Cádiz para segmento MICE, el Cádiz Bahía en la capital y el Event Tarifa, que inauguramos el año pasado y estamos teniendo una gran demanda para celebrar allí eventos de todo tipo. Están llenos permanentemente de clientes que quieren celebrar reuniones empresariales y solicitan eventos en exclusividad, las 280 habitaciones por ejemplo del Hotel Cádiz Bahía y los más de dos mil metros de salones de los que disponemos, más espacios polivalentes para exposiciones y presentaciones.
Las empresas ven en nuestros hoteles una forma de combinar ocio con negocio. Tienen todo en el mismo recinto, puedes realizar tu congreso, ir a tu habitación donde tienes todas tus cosas, organizar una reunión informal en uno de los salones, comer a la hora que sea y después aprovechar la piscina o la playa. Esto no te lo puede ofrecer un palacio de congresos, por ejemplo. El hotel es un lugar más cálido y con muchas más posibilidades para organizar lo que quieras, como quieras. Hacemos un traje a medida para cada uno de nuestros clientes.
Y tenemos a favor que el destino es magnífico porque a la gente le encanta Cádiz. Yo creo que, a nivel turístico, Cádiz tiene todavía mucho recorrido por delante.
Desde su puesto al frente de una gran empresa del sector turístico. ¿Cómo cree que ha cambiado la forma de hacer turismo de las personas?
Se están acortando las estancias. La gente cada vez busca más calidad, más lujo, más experiencias de todo tipo: paisajística, deportiva, culinaria. Nosotros tenemos eso muy en cuenta. Se empieza con el diseño del propio hotel, el interiorismo y eso se traslada hasta el personal y el trato que debe tener con nuestros visitantes. Lo importante es que estén a gusto, que tengan buenas experiencias y que se vayan con un buen recuerdo. Y creo que lo conseguimos porque en nuestros hoteles, que son hoteles boutique, la gente cuando sale reserva ya para el año siguiente.
El sector turístico arrastra varios problemas, uno de ellos es la dificultad para los empresarios de encontrar personal bien formado para sus establecimientos. ¿Están ustedes viviendo esta circunstancia?
Existe una gran paradoja en este sentido, porque hay una gran demanda por nuestra parte de personal cualificado y por otra parte hay una enorme tasa de paro sobre todo juvenil. Yo creo que los políticos son los que tienen que atajar este problema porque, al final, son los que tienen la varita mágica para hacer que las cosas sucedan.
Yo creo que el sector turístico y el de servicios son flexibles en adaptar horarios y jornadas, es cuestión de llegar a acuerdos. Pero considero que cualquiera del resto de los ámbitos laborales es mucho más rígido y complicado en este sentido.
Nosotros hemos participado en varias ocasiones en los planes de Formación Profesional Dual que se han puesto en marcha a través de las Cámaras de Comercio. Hemos acogido en nuestros establecimientos a personas en prácticas y estamos siempre a disposición de cualquier escuela de hostelería para que sus alumnos puedan terminar de formarse en nuestros hoteles. Creemos que es una labor necesaria, porque a todos nosotros nos han ayudado también alguna vez.
Dice usted que los políticos son los que tiene la varita mágica, pero realmente son los empresarios los que generan empleo y riqueza. ¿Cómo ha contribuido el Grupo Q en este sentido?
La labor fundamental de un empresario es generar puestos de trabajo y riqueza a la sociedad y lo tenemos que acometer sin ningún miedo y con valentía absoluta. Es nuestra obligación.
Grupo Q lleva activo 47 años y hemos tenido un crecimiento continuo. En el año 2008 llegó el gran batacazo para el sector de la construcción y pasamos unos años muy complicados. Fue una travesía del desierto para nosotros y para otras muchas empresas.
Ahora mismo las cosas van muy bien. En el último año hemos crecido un 50% y estamos en plena expansión y crecimiento.
Respecto a su otra línea de negocio, el inmobiliario. ¿Cómo es su planteamiento? ¿Se centran también en las provincias de Sevilla y Cádiz?
En esta línea estamos en Sevilla, en Málaga y en Cádiz. Ahora mismo estamos en un momento álgido. Tenemos alrededor de 45 promociones en carga y unas 1.700 viviendas en promoción.
Arrastramos algunos problemas de la crisis, como que muchos trabajadores de este sector se quedaron sin trabajo y buscaron acomodo en otros sectores y luego no han querido volver, con lo que nos encontramos por un parte con una personal de edad avanzada y por otro con gente muy joven que apenas tiene experiencia.
Por otra parte, la construcción apenas ha evolucionado, parece que los años de crisis no han servido para nada. Se sigue construyendo como siempre y eso tiene que evolucionar y modernizarse. Tenemos que meternos en la cabeza la palabra industrialización y hacer edificios que sean un poquito más funcionales. Lo importante es que seamos capaces de satisfacer la demanda de viviendas, que es muy elevada en estos momentos. Las viviendas que se están construyendo no son suficientes con lo que no queda más remedio que facilitar la construcción.
¿Qué tipo de viviendas construyen ustedes? ¿Están promoviendo viviendas de alquiler?
Nosotros nos metemos en todo. Hacemos primera residencia, libre y VPO, viviendas turísticas, edificios de oficinas, también de uso industrial. No estamos en el tema del alquiler más allá del uso terciario de locales y oficinas.
Creo que la contribución que nosotros hacemos es importante desde el punto de vista que ahora mismo tenemos suelo para construir aproximadamente 1.200 viviendas de protección oficial. Viviendas asequibles para que los jóvenes tengan un acceso más fácil a su primera vivienda.
¿Y cuáles son los problemas con los que se encuentran? ¿Realmente hay tanta burocracia que dificulta que las viviendas se puedan construir con la rapidez que demanda el mercado?
Está creciendo y eso hace que cada vez haya menos agilidad. La Junta de Andalucía ha sacado varios decretos de agilización que aplaudimos, pero todavía se pueden agilizar más las cosas. Para poder transformar un suelo de rústico a uno en el que se pueda construir, pueden pasar diez años. En diez años una empresa puede haber muerto hasta varias veces, `y además todos los retrasos provocan encarecimientos.
El sector de la construcción ha pasado por un post COVID, en el que se dispararon las materias primas y la inflación en los materiales de construcción. Eso parece que se ha ido asentando, pero ha dejado su poso. Ahora mismo hay una inflación de costes en la construcción, aproximadamente un 6% por encima del IPC.
El Grupo Q está próximo a cumplir medio siglo. ¿Hacía donde se proyecta su futuro?
Nunca se puede saber que te va a deparar el futuro. Nosotros estamos abiertos. En estos años hemos acometido cosas en las que pensamos que nunca íbamos a entrar como en el sector hotelero, por ejemplo.
Lo que tenemos claro es que tenemos dos líneas muy sólidas que están funcionando muy bien y que nos gustan mucho con lo que vamos a continuar con ellas. Ahora mismo tenemos proyectos de crecimiento importante en las dos.
Y lo que más me enorgullece y me tranquiliza es que el relevo generacional está garantizado y la empresa seguirá en manos de nuestra familia.
